MLS vs. Arabia Saudita: La nueva 'Guerra Fría' por atraer futbolistas (y el caso fallido de China)
En los últimos años, las ligas de Estados Unidos y Arabia Saudita se han convertido en destinos atractivos para los futbolistas más importantes del fútbol mundial. ¿Cómo ha surgido esta batalla y qué se puede esperar para el futuro?

Lionel Messi, futbolista del Inter Miami de la MLS, y Cristiano Ronaldo, del Al Nassr de la Saudi Pro League.
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Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son los nombres más trascendentales del fútbol en este milenio. Los hinchas han disfrutado verlos en los equipos y las ligas más importantes a nivel mundial, sea Barcelona SC y Real Madrid en España, Manchester United en Inglaterra, PSG en Francia o Juventus en Italia.
Los años han pasado y estas estrellas siguen derrochando su talento, pero ya no son las canchas europeas las que acogen a estas leyendas. El astro argentino ha decidido pasar los últimos años de su carrera en el Inter Miami, de la MLS de Estados Unidos, mientras que el goleador portugués se encuentra en el Al Nassr, como uno de los principales embajadores de la liga de Arabia Saudita.
Como estos dos jugadores, son cientos los futbolistas los que han decidido dejar a un lado las ligas de primer nivel de Europa para fichar por clubes de alguno de estos dos países. Y ya no es solo el caso de figuras cerca del retiro, también hay jugadores jóvenes o en su máximo nivel que han optado por estos destinos.
¿Por qué Estados Unidos y Arabia Saudita se han convertido en opciones atractivas para los futbolistas (y por qué China intentó lo mismo y no le funcionó)?
MLS: De liga emergente a imán de estrellas
La Major League Soccer (MLS) fue establecida como parte de un compromiso de Estados Unidos para acoger el Mundial de 1994. Dos años después, se creó oficialmente el torneo, con 10 equipos, entre los cuales estaban Los Angeles Galaxy, DC United y New England Revolution.
El crecimiento de este certamen fue lento y no captaba la atención de los hinchas norteamericanos. Fue por esto que, en 2007, se estableció la 'Regla de Jugador Designado', la cual permitió a los clubes fichar hasta a tres jugadores cuyo sueldo exceda el límite salarial establecido, con el objetivo de atraer a jugadores estrella.
El inglés David Beckham fue el primer beneficiario de esta nueva regla, con un contrato de USD 6,5 millones anuales con Los Angeles Galaxy, y esto abrió las puertas para la llegada de posteriores estrellas, como Kaka, Thierry Henry, Andrea Pirlo y Zlatan Ibrahimovic.

Posteriormente, el mismo Beckham invirtió para crear su propio club en Estados Unidos, el Inter Miami. El equipo de Florida fue fundado en 2020 y, tres años después, hizo historia al anunciar el fichaje de Lionel Messi. Con un contrato de dos años y medio, el astro podría ganar hasta USD 150 millones, en montos correspondientes a su salario, patrocinios con Apple y Adidas y acciones del club.
Junto con el argentino, llegaron varios de sus excompañeros del FC Barcelona, como Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets, mientras que Javier Mascherano se convirtió en el director técnico. También arribó su gran amigo de la selección argentina, el volante Rodrigo de Paul.

Saudi Pro League: La nueva y ambiciosa apuesta árabe
El primer campeonato de fútbol de Arabia Saudita se conformó en 1976, con la participación de clubes como Al Hilal, Al Nassr, Al Ittihad y Al Ahli. Durante décadas, este torneo se jugó con futbolistas locales y estaba lejos de la atención pública del resto del mundo.
Sin embargo, desde 2007, el gobierno de Arabia Saudita se enfocó en desarrollar e invertir en el deporte, con la ambición de convertirse en un referente futbolístico en el continente asiático y, posteriormente, a nivel global.
En 2020, el Fondo de Inversión Pública (PIF), la principal entidad financiera del estado saudí, tomó el control de los principales clubes y destinó miles de millones de dólares en infraestructura, marketing y fichajes de jugadores de primer nivel.
Cristiano Ronaldo se convirtió en el embajador de la Saudi Pro League con su llegada en 2022 al Al Nassr. Tal como Messi en la MLS, su fichaje abrió las puertas para los arribos de futbolistas de renombre como Karim Benzema, Sadio Mané, N'Golo Kanté y Neymar.

El impacto de la liga saudí fue evidente en el último Mundial de Clubes de la FIFA, en el que el Al Hilal hizo historia al llegar a los cuartos de final (en el camino empató con el Real Madrid y eliminó al Manchester City en octavos).
La escuadra estaba dirigida por el italiano Simone Inzaghi y tenía a jugadores como el marroquí Yassine Bounou, el senegalés Kalidou Koulibaly, los portugueses Rúben Neves y Joao Cancelo, el brasileño Malcom y los serbios Aleksandar Mitrovic y Sergej Milinkovic-Savic.

El caso fallido de China
A partir de 2010, el gobierno chino quiso convertir a su país en la nueva potencia futbolística mundial y tenía, incluso, la intención de organizar un Mundial. Junto con esta estrategia, la Chinese Super League irrumpió en el mercado global con varios fichajes de renombre.
Los clubes, respaldados financieramente por el estado, invirtieron millones en traer a futbolistas como los argentinos Carlos Tévez y Ezequiel Lavezzi, los brasileños Oscar, Hulk y Paulinho o el colombiano Jackson Martínez. También arribaron directores técnicos como Marcelo Lippi, Luiz Felipe Scolari y Manuel Pellegrini.
Sin embargo, este auge durante poco y, desde 2018, la liga china se vio afectada por ciertas medidas del gobierno, como el impuesto del 100% sobre fichajes mayores a USD 6 millones, restricción de máximo tres extranjeros en cancha y políticas para priorizar el talento local.
Actualmente, la Superliga de China ha dejado de ser atractiva para los futbolistas extranjeros y su intención de desarrollar talento local tampoco ha funcionado. Este país, con una de las poblaciones más grandes del planeta, apenas ha jugado un Mundial en su historia y tampoco estará en la edición de 2026.

¿Hacia dónde irá el fútbol global?
La Major League Soccer y la Saudi Pro League han logrado convertirse en ligas atractivas a través de dos estrategias distintas. Los clubes de Estados Unidos se financian a través de la inversión privada, mientras que los equipos de Arabia Saudita tienen un fuerte respaldo estatal.
Sin embargo, el caso fallido de la Superliga de China demuestra que, a pesar de contar con una estrategia sólida y un financiamiento firme, los proyectos ambiciosos pueden caer de un día para otro.
Por otra parte, en este momento es difícil pensar que la MLS o la Saudi Pro League puedan ser más atractivos que LaLiga de España, la Premier League de Inglaterra, la Bundesliga de Alemania, la Serie A de Italia o la Ligue 1 de Francia. Actualmente, los mejores futbolistas del mundo quieren estar en Europa y pelear por ganar la Champions League.
¿Podrán Estados Unidos o Arabia Saudita convertirse, en algún momento del futuro, en el epicentro del fútbol mundial? Suena como una utopía, pero la ambición y el respaldo económico de sus ligas parece no tener límite.
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