¿La LigaPro está aburridísima? Mejor entreguemos el título a Independiente del Valle y paremos este suplicio
El actual sistema de LigaPro se hizo pensando en dar más partidos a los clubes, pero de nada sirve aumentar las fechas con hexagonales o cuadrangulares si el espetáculo es anodino.

Jugadores de Independiente del Valle festejan el triunfo sobre Orense, el 16 de agosto del 2025 en el Estadio Banco de Guayaquil.
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¡Qué aburrimiento! ¡Qué sopor! La LigaPro 2025 es un auténtico monumento al bostezo, al punto que sería mejor detenerlo todo ahora mismo, darle a Independiente del Valle el título nacional y prepararnos para el Campeonato de 2026.
Pese a que las emociones son poquitas fecha a fecha, esto no se debe al formato de la competición, como muchos creen. Antes, había un sistema de todos contra todos que desembocaba en una final, el punto culminante del Campeonato. Los finalistas, como se recordará, salían de una rueda de ida y una rueda de vuelta.
Si este año hubiéramos aplicado ese sistema, de todos modos Independiente del Valle sería el primer finalista porque, al final de la rueda de ida acabó en primer lugar. Si tomamos los puntos desde la fecha 16 para acá, Independiente ha sido líder y nadie lo amenaza. En otras palabras, con el sistema anterior, este año ni siquiera habría final.
El problema no está en el formato, sino en la calidad del espectáculo. Hay partidos interesantes y otros han sido emotivos, pero es palpable que los equipos grandes sufren por las deudas y se han armado como han podido: no tenemos unos cuatro o cinco equipazos que pongan suspenso. Independiente camina casi sin oposición al título por su solidez, sin escolta. Ni las películas de Karate Kid son tan predecibles.
Quizás para ponerle sazón a esto hubiera sido bueno apelar a los play-offs, porque no hay nada más emocionante que la eliminación directa. Claro que esto era abrir la puerta a un margen de injusticia, pues con este sistema la regularidad no garantizaba la corona.
Lo más justo siempre será un sistema de liga, todos contra todos, que corone al que más puntos haya cosechado. Lo más emocionante, pero en cambio no tan justo, será ponerle palos en las ruedas a los que van arriba. El sistema anterior, de finales, era una mezcla imperfecta que todos aceptaban.
El actual sistema se hizo pensando en dar más partidos a los clubes, pero de nada sirve aumentar las fechas con hexagonales o cuadrangulares si el espetáculo es anodino. Ni siquiera hay emoción por el descenso, porque Emelec está salvado y El Nacional también está cerca de librarse de caer en esa zona. Y, seamos sinceros: a nadie le da ni un poquito de pena que Vinotinto se vaya a la Serie B.
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