¿Qué es la oniomanía, que se agrava con Black Friday y Navidad?
Las personas que padecen oniomanía presentan tendencia por comprar más artículos de moda, cosmética y tecnología.

Promociones en un centro comercial en Guayaquil por Black Friday, el 29 de noviembre de 2024.
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La adicción a las compras, un trastorno psicológico que se ha incrementado en los últimos 20 años y que afecta al 8% de la población, se agrava a finales de cada año. ¿Por qué? Debido a la fiebre de compras por los descuentos del 'Black Friday', Navidad y el fácil acceso al comercio electrónico.
La llegada de estas fechas, con su bombardeo de promociones que parecen irresistibles, enciende una luz roja para un sector de la población que sufre de oniomanía, conocida popularmente como la adicción a las compras compulsivas.
Este trastorno, lejos de ser un simple "capricho", está clasificado como un problema de salud mental que implica un impulso irrefrenable por adquirir productos, a menudo innecesarios, para experimentar una breve sensación de placer o alivio.
Perfil del adicto a las compras
La oniomanía se caracteriza por un patrón de conducta que incluye una intensa tensión o ansiedad previa a la compra, seguida de una euforia momentánea al realizarla, que rápidamente se transforma en arrepentimiento, culpa o vergüenza. Quienes la padecen suelen gastar más de lo que pueden permitirse, ocultar sus adquisiciones a sus seres queridos y acumular objetos sin usar.
Se observa una mayor prevalencia de este trastorno entre mujeres con tendencia a comprar artículos de moda y cosmética, mientras que los hombres se inclinan más por la electrónica y tecnología.
El ahondamiento de la oniomanía también responde a la comparación social: ver constantemente a otros, especialmente en redes sociales, mostrando sus compras o su estilo de vida “alimenta la necesidad de validación social externa, dando la sensación de que te quedas atrás si no lo tienes”, detalla la psicóloga María Bernardo a El País.
Black Friday: El catalizador de la compulsión
El ambiente de urgencia y escasez que promueven las campañas de Black Friday y el Cyber Monday actúa como un poderoso disparador para el comprador compulsivo. La omnipresencia de la publicidad, las "ofertas que desaparecen en minutos" y la facilidad del clic en las compras virtuales anulan la capacidad de control. El miedo a "perderse una oportunidad" impulsa la adquisición, a pesar de que el objeto no sea una necesidad real.
Según la empresa de tecnología de marketing Bluecore, un 72% de las transacciones comerciales realizadas durante Black Friday en Estados Unidos fueron compras por impulso.
Eso en un contexto en el que la exposición constante a estímulos, recomendaciones y promociones personalizadas en redes sociales impulsan compras compulsivas, sostiene una publicación del International Journal of Accounting, Finance, Auditing, Management and Economics.
Más allá de la deuda
Las repercusiones de la oniomanía van mucho más allá del ámbito económico. El sobreendeudamiento, el uso excesivo de tarjetas de crédito e incluso la ruptura de relaciones personales por la mentira y la ocultación de gastos, son consecuencias comunes.
El problema se autoalimenta: la culpa y la ansiedad post-compra llevan a un nuevo impulso de compra para intentar aliviar esas emociones negativas.
Los expertos instan a la población a adoptar estrategias de consumo responsable: establecer un presupuesto fijo, hacer una lista de compras estricta y evitar navegar por sitios de e-commerce cuando se experimenten emociones negativas.
La oniomanía es un trastorno que requiere atención profesional, y su incremento en estas fechas subraya la necesidad de abordar el consumismo excesivo como una cuestión de salud pública.
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