El papa León XIV se mantiene en línea con su querida Chiclayo, que añora su regreso
El vínculo del papa León XIV con su “querida diócesis de Chiclayo” sigue activo. Esa conexión impulsa ahora una ruta turística que combina historia y sabor en el norte de Perú.

Catedral de Chiclayo, en Lambayeque, norte de Perú, donde Robert Prevost sirvió como obispo antes de ser nombrado papa León XIV.
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Santiago Sarango / Primicias
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Fuera del círculo del Vaticano y de la propia Iglesia católica, muy pocas personas podrían decir que tienen comunicación directa con un papa, el representante de Dios en la Tierra. Pero cerca de Ecuador hay un caso reciente: se trata de Magali Castillo, cocinera del entonces obispo Robert Prevost, hoy conocido como León XIV.
Ella recibió a PRIMICIAS en la casa del obispado de Chiclayo, ciudad del norte de Perú, donde Prevost sirvió durante ocho años como líder de esa diócesis.
Durante ese tiempo, el actual Sumo Pontífice dejó una huella imborrable, lo que ha despertado el interés de cientos de turistas que hoy visitan la zona.
Y, por supuesto, esto representa también una oportunidad para que la región de Lambayeque, a la que pertenece Chiclayo, impulse sus atractivos culturales y gastronómicos, apalancándose en el cariño y el vínculo que mantiene con León XIV.
Un papa de “mucho trabajo”
Actualmente, la diócesis de Chiclayo se ha convertido en un punto estratégico para quienes quieren conocer más sobre los orígenes pastorales de León XIV en Perú.
Para muchos, el trabajo que Prevost realizó allí anticipa cómo será su papado. De hecho, pocas horas después de conocerse su elección en el cónclave, comenzaron a circular testimonios sobre su labor pastoral en lugares como Trujillo, Chulucanas y Chiclayo.

En todos esos lugares, dos rasgos se repetían: humildad y trabajo. Ese legado sigue presente, y hoy el padre Fidel Purisaca es uno de sus principales guardianes. Él compartió casa con Prevost durante su tiempo como obispo y lo conoce bien.
"Cuando se desempeñaba como obispo era un hombre de mucho trabajo. Tenía buena salud y siempre estaba al servicio de la gente. Me invitó a vivir con él, y aprendimos de su lado más humano".
Fidel Purisaca, vocero de la catedral de Chiclayo
En esa misma línea, César Cortavitarte, maestro de ceremonias de la catedral de Chiclayo, afirma que el trato a las personas era la mejor carta de presentación de Prevost.
Él lo conoció cuando llegó a la Iglesia como acólito, y lo acompañó durante los ocho años que León XIV permaneció en Chiclayo. Sus prédicas, recuerda Cortavitarte, estaban centradas en la bondad: "Quería una Iglesia que no maltrate, sino que sea un espacio de acogida".
No los deja en visto
Por todo lo que vivió y aprendió en Perú, los mensajes de León XIV siguen llegando a Chiclayo sin interrupciones, especialmente a Magali Castillo, la cocinera del obispado.
Ella asegura que Prevost la contrató y le dio la bienvenida al lugar. Desde el primer momento, el ahora papa León XIV se mostró como una persona sencilla, incluso a la hora de comer.
Según Castillo, no le gustaba endulzar el café o la leche, pero siempre estaba dispuesto a probar un buen platillo de cabrito norteño o arroz con pato.

Estos platos hoy engrosan la lista de comidas típicas que Perú promociona para atraer a los turistas. Si le gustaron al papa, es muy probable que también conquisten al resto del mundo.
Castillo da fe de aquello, y hasta sueña con volver a cocinarlos si Prevost regresa algún día a Perú. La idea no suena tan descabellada, considerando que ya volvió a Chiclayo tras ser nombrado cardenal. Meses después partiría al Vaticano y saldría al balcón de la Basílica de San Pedro como Sumo Pontífice.
"Cuando se fue de Chiclayo, tras ser obispo, nos dijo que volvería a visitarnos… y lo hizo. Soñamos ahora que lo haga como papa"
Magali Castillo, cocinera del obispado de Chiclayo
Aunque no se atreve a decir si ya le ha hecho la invitación, Magali asegura que “no ha perdido la comunicación” con él.
Le envía mensajes por WhatsApp cada tanto y, pese al cambio horario, tratan de mantener el contacto. “Nos mensajeamos, le mandamos saludos y él nos responde”, relata.
Incluso, Castillo mantiene contacto con Edgard Iván Rimaycuna, el sacerdote peruano de 36 años que hoy es secretario privado de León XIV.
Con dos "chiclayanos" en el Vaticano —Prevost y Rimaycuna—, es comprensible que Perú sueñe con una visita papal. Mientras eso ocurre, la llamada ruta turística Papa León XIV ya toma forma y se perfila como un nuevo motor de desarrollo para las regiones de Piura, La Libertad y Lambayeque.

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