Ultratumba pisa un escenario grande a sus casi 30 años; así se prepara para el Quitofest 2025
La banda guayaquileña de punk nació en 1996, sin más pretensiones que hacer poca música y mucho show. Sin embargo, la música los sigue acompañando y se presentarán en el Quitofest 2025.

Paolo Thoret y Omar Sotomayor, de Ultratumba, en 2025.
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Si hay un banda que quizás no debió ser, esa es Ultratumba. Nació con otro nombre, con la única facilidad de molestar al resto, ir de 'terroristas' a los shows (y hacer un poco de música) y hubo momentos en los que casi dejó de existir.
Pero existe, sigue sacando canciones, captando fans… Y a sus 30 años tocará por primera vez en un festival grande: el Quitofest 2025.
¿Emocionados? Más que nada, “con preocupación”, dicen, pero con la firme convicción de no pasar desapercibidos en esta edición del festival capitalino.
Asi nació Ultratumba
Guayaquil.
En la Alborada de mediados de los 90, dos hermanos adolescentes que escuchaban reggae y rock en español, crearon un grupo para ir a las kermesses de colegios guayaquileños a causar problemas.
"Decíamos: ponte, nos llevan a la kermesse del Javier y salimos en calzoncillos. Óscar se lanzaba al público, se ahorcaba. Era un show, y él no es que cantaba bacán, pero tenía buena parada. No era nuestra idea hacer una banda de verdad"
Omar Sotomayor, Ultratumba
Eligieron como nombre ‘Molotov’, pero cuando se enteraron de que ya existía una banda mexicana con ese nombre, se rebautizaron como Ultratumba.
Los dos hermanos eran Óscar y Omar Sotomayor. El primero cantaba, el otro componía y tocaba la batería. Consiguieron dos integrantes más, Omar pasó al bajo y empezaron a participar en pequeños conciertos.

La fórmula del grupo era sencilla: pocos instrumentos, canciones cortas. Al principio el plan era hacer algo parecido al reggae, pero todo terminó sonando más radical.
Y aunque Ultratumba no formó parte oficial del gran movimiento punkero que hubo en Guayaquil en esos años, con grupos como No Token y Diez 80, no se los podría encasillar en otro género musical que no fuera el punk.
Entre conciertos en bares y coliseos, han pasado casi tres décadas, casi un centenar de canciones, aciertos, desaciertos y más de diez integrantes: Paolo Thoret ([hijo de Gastón Thoret guitarrista de Descontrolados, la primera banda punk guayaquileña de mediados de los 80), se convirtió en miembro oficial, Óscar migró al extranjero y Omar se convirtió en la voz de Ultratumba.

“No hicimos una banda para conquistar chicas, si no para asustarlas” dice parte de su bio en Spotify. Los temas de Ultratumba son cotidianos, incorrectos y a ratos contrapolíticos:
La Sangre De Cristo Tiene Poder, Por Un Par De Cervezas Bailo, Ofrecida, Juntos De La mano, A Mis panas Los Botan De Las Fiestas, Forever Pinga, Soy Horrible, Kristian Kastro e Improvisado son algunos de los más populares de la banda.
Sus integrantes creen que, aunque el grupo no es masivo, tiene algo que lo hace especial: no sonamos como nada. Aquí hay grupos buenos, pero los puedes catalogar como indie, y tienen características similares. Ultratumba suena como Ultratumba.
En 2025, Ultratumba es un trío. Además de Paolo y Omar, está Fabricio Carriel, de 30 años, en la batería. Se complementan con Sergio Vivar en el sonido, quien los acompañará el 29 de noviembre en el segundo día del Quitofest 2025.

Dos de sus integrantes tienen casi 50 años, pero se rehúsan a dejar de hacer música, a dejar de juntar acordes y lanzar dos o tres frases tajantes y únicas que hacen de las canciones de Ultratumba lo que son: verdades guayaquileñas cantadas.
¿Qué los mantiene unidos, a pesar de la vida, los problemas y los contratiempos? Omar contesta por WhatsApp
-Porque seguimos haciendo canciones
-Después de todas esas formaciones
-Nos quedamos estables Paolo y yo
-Y el man y yo tenemos, digamos, química. Hacemos temas de la nada
-Es como juntarse y hacer
Omar dice que, sobre todo, toca y graba los temas de Ultratumba para escucharse cuando sea viejo y ya no pueda subir a un escenario. Paolo, en cambio, lo hace porque no solo es integrante, si no ULTRAFAN.

Hace unos meses, durante un concierto de Mashuta (otra banda de los noventa) uno de los encargados de elegir las bandas del Quitofest escuchó a Ultratumba y decidió que debían estar en el line-up del festival.
A partir del acuerdo, aumentaron los días y horas de ensayo, hicieron algunas canciones nuevas y desempolvaron las nunca grabadas. Llevarán, incluso, visuales al Quitofest, "como hacen los grupos de verdad", dice el vocalista.
Ahora Ultratumba está trabajando con la productora Diamante. Están grabado un disco nuevo que sale en diciembre, y otro llamado ‘Debimos grabarlas antes’, de temas antiguos (1996-2015). Estos se suman a los dos discos de la banda: '14 cañonazos NO bailables' y 'Mi pene por Andy Warhol' y a los sencillos lanzados a través de los años.
Omar recuerda como el mayor público a uno de la Fiesta de la Música de la Alianza Francesa, del año 2000. Eran máximo 2 mil espectadores. Ultratumba nunca ha tocado en un escenario tan grande, con tantos espectadores, con visuales.
Esta ‘chance’ no solo les da un poco de miedo, también les genera emoción y expectativa. Para ellos es como un antes y un después: “nos puede ayudar, o nos puede hacer quedar muy mal”, creen.
En la altura quiteña y el frío de fines de noviembre, Ultratumba finalmente medirá su música, luego de 30 años de existencia: verá si la multitud baila con ellos, así sea “por un par de cervezas”.
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