Avenida Samborondón: La falta de provisión estatal de asfalto desnuda crisis vial en los accesos a Guayaquil
120.000 vehículos enfrentan embotellamientos en la vía a Samborondón, que conecta con Guayaquil, Durán, Daule y Salitre. El parque automotor crece 7% anual y Guayaquil supera los 800.000 vehículos.

Congestión vehicular en la avenida Samborondón, en la parroquia La Puntilla de Samborondón, la mañana del martes 11 de agosto de 2025.
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PRIMICIAS
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Redacción primicias
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La crisis de suministro estatal de asfalto desde la Refinería de Esmeraldas ha puesto al descubierto un problema estructural que afecta diariamente a 120.000 vehículos que transitan por la avenida Samborondón en ese cantón de Guayas y por el complejo de puentes de la Unidad Nacional, en el principal acceso vial a Guayaquil desde los cantones vecinos.
La interrupción en la provisión estatal de asfalto desde mayo pasado ha postergado la finalización de la reestructuración integral de 10,5 kilómetros de la vía a Samborondón por lo menos hasta octubre de 2025 -cuando el proyecto debía concluir en agosto-. Además, ahonda en la fragilidad vial de la infraestructura que conecta a los cantones del Guayaquil metropolitano.
Obras retrasada por falta de asfalto
Juan Emilio Kronfle, gerente general de la Autoridad de Tránsito y Vigilancia de Samborondón, confirmó que las obras de reestructuración integral de la avenida Samborondón avanzan en un 75%, pero su culminación depende totalmente del suministro regular de asfalto desde la refinería estatal.
"La obra debería estar terminada en octubre, siempre y cuando el despacho de asfalto sea regular", explicó Kronfle, quien detalló que el 10 de agosto se restableció la provisión de asfalto. El proyecto no se limita al repavimentado, sino que incluye ampliación de carriles, reconformación de retornos, arborización, señalización y sistema de aguas lluvias.
El funcionario reveló que aproximadamente 70.000 de los 120.000 vehículos diarios que transitan por esta vía provienen de cantones como Guayaquil, Durán, Daule y Salitre, lo que evidencia su importancia como corredor de integración metropolitana.
La obra, que inició en noviembre de 2024 a un costo de USD 15,3 millones para el Municipio de Samborondón, enfrentó primero contratiempos por la etapa de lluvias entre diciembre y abril, y posteriormente el incendio en la Refinería de Esmeraldas en mayo interrumpió el suministro de asfalto.
Crisis del asfalto impacta a todo Guayaquil
El problema trasciende Samborondón. Aquiles Alvarez, alcalde de Guayaquil, reveló que la ciudad no supera el 30% de las obras previstas de asfaltado en lo que va del año, debido a la falta del insumo.
"Tenemos calles rotas, obras paralizadas, porque no hay asfalto para continuar", dijo Alvarez, quien confirmó que 49 frentes de trabajo permanecen detenidos, afectando 104 calles en sectores del norte, sur, centro y suburbio.
La situación se agravó cuando el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) negó el martes pasado la solicitud municipal para importar asfalto, señaló Alvarez, en medio de una disputa entre el Gobierno y el Municipio. “Eso complica con la planificación para poder mitigar el invierno que se viene”.
Petroecuador anunció la reanudación del despacho de asfalto desde el 10 de agosto pero la provisión a los municipios se retomó de forma progresiva conforme a un cronograma.
Un problema más allá del asfalto
Alejandro Chanabá, docente de la Escuela Politécnica del Litoral y experto en transporte, advierte que el problema de saturación vial en los accesos a la ciudad es estructural y no se limita a las obras actuales, aunque dijo que los múltiples frentes abiertos de los municipios por el asfalto agrava la situación.
El crecimiento poblacional y del parque automotor en Samborondón, Durán y los cantones aledaños ha convertido el ingreso a Guayaquil en un caos, dijo.
Chanabá advierte de la necesidad de desarrollar nuevas obras de infraestructura para enlazar a las cinco cantones pues el crecimiento urbanístico descontrolado en área metropolitana se está extendiendo hasta Salitre. Además, sugiere implementar transporte público masivo de calidad por vía terrestre y fluvial, en lugar de medidas restrictivas como el pico y placa.
Solo Guayaquil supera los 800.000 vehículos y el parque automotor crece un 7% cada año, mientras que la infraestructura vial no crece al mismo ritmo. Además, la implementación de dos nuevos puentes de Guayaquil con La Puntilla (Samborondón) y con La Aurora (Daule) entre 2018 y 2020 han terminado también por saturar la avenida Narcisa de Jesús en el norte de Guayaquil.

¿Qué dicen los usuarios?
Moradores de las urbanizaciones privadas de Ciudad Celeste, en Samborondón, uno de los puntos que sufre mayores congestionamientos, se quejan del tráfico pesado y de los recurrentes embotellamientos a la salida de este sector, durante las horas pico.
Augusto Montesdeoca, morador del sector, dice que los tiempos de traslado se han más que duplicado en las mañanas. “Estoy perdiendo una hora para trasladarme hasta el centro de Guayaquil. La salida de Ciudad Celeste es un caos y los proyectos inmobiliarios siguen creciendo sobre una única vía”.
El problema es que se siguen construyendo más centros y plazas comerciales, y nuevas ofertas inmobiliarias, sin nuevas alternativas viales que desconcentren el flujo vehicular.
La situación es similar en Durán. Carlos González dice que la congestión en la avenida Nicolás Lapentti ha obligado a salir de casa más temprano, pues los tiempos de traslado hasta Guayaquil se han hasta triplicado. El mayor cuello de botella está en La Puntilla -dijo- precisamente por la incorporación de la avenida Samborondón al Puente de la Unidad Nacional.
La reestructuración de la avenida Samborondón contempla la ampliación a cinco carriles de la avenida que actualmente cuenta con entre tres y cuatro carriles, además de la intervención los retornos para garantizar flujo continuo. Hasta la fecha se han intervenido cinco retornos y están pendientes por optimizar cinco más, supeditado al suministro regular de asfalto, pues primero se debe ensanchar la vía.
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