Guayaquil desde las alturas: tres miradores para redescubrir su belleza en estas fiestas
Los cerros Santa Ana, del Carmen y Bellavista ofrecen perspectivas únicas para redescubrir la ciudad que nació entre colinas, creció mirando al río Guayas y celebra sus 205 años de Independencia.

Plataforma del mirador del Cerro Santa Ana en el centro de Guayaquil, con su faro y capilla, en un espacio que ofrece una vista de 360 grados de la ciudad.
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Municipio de Guayaquil
Autor:
Redacción primicias
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Guayaquil, la ciudad que un 9 de octubre de 1820 gritó su independencia, se originó casi tres siglos antes entre dos colinas, parte de una misma formación natural: el Cerro Santa Ana y el Cerro del Carmen, cuyas cimas son hoy sus principales miradores en el centro de la ciudad.
Allí, donde los conquistadores españoles vieron una elevación cubierta de vegetación, conocida en sus inicios como Cerrito Verde o Cerro de la Culata, nació la urbe que hoy parece extenderse hasta el horizonte del Golfo.
Ambos cerros formaban una figura semejante a una silla de montar. Por ello, Guayaquil fue nombrada en un tiempo -tras su asentamiento en el cerro Santa Ana en 1547- como la “Ciudad de la Gineta Ensillada”, una metáfora topográfica de la fisonomía inicial de la ciudad.
Como ciudad nacida en los cerros, sus principales miradores públicos ofrecen desde las alturas diversas perspectivas y panorámicas de la ciudad. Entre los miradores emblemáticos destacan además del Santa Ana y el Carmen, Bellavista (en el Cerro Paraíso).
Estos son los miradores emblemáticos para celebrar a Guayaquil:
Santa Ana, 444 escalones de ascenso al origen de la ciudad
Llegar a lo alto de este cerro fundacional implica ascender sus célebres 444 escalones, que parten desde el Malecón 2000 y las faldas del pintoresco barrio Las Peñas, Patrimonio Cultural de Ecuador desde 1982. El recorrido, flanqueado por casas coloridas, galerías y cafés, culmina en el Faro Mirador, inaugurado en 2002, desde donde se obtiene una de las vistas más emblemáticas de Guayaquil.
Desde el mirador principal se despliega una panorámica privilegiada: el río Guayas, las ciudad de Durán y la parroquia La Puntilla (Samborondón), las cabinas del sistema tipo teleférico Aerovía cruzando el río, el Malecón 2000 y su noria, todo enmarcado por el movimiento urbano del centro y parte del centro-norte.
En la cima, junto al faro, se levanta una pequeña capilla edificada en el sitio donde, hacia 1590, se ubicó la primera iglesia matriz de la ciudad. Tanto el faro como la capilla cuentan con vitrales coloridos, mientras que cuenta también con cañones coloniales, una estatua de Juan Pueblo -personaje icónico guayaquileño- y representaciones de los ataques piratas que sufrió la urbe.
Así es el El Faro Mirador del Santa Ana:
- El 31 de julio de 2025, el Faro Mirador del Cerro Santa Ana celebró 23 años desde su inauguración, con una vista ubicada a 85,9 metros sobre el nivel del mar, ofrece una vista panorámica de 360° que abarca Guayaquil, Samborondón, Durán, la isla Santay y, por las noches, las luces del centro urbano de la parroquia de Chongón, ubicada a más de 23 kilómetros en la vía a la Costa (al oeste).
- Aunque en ese punto de la ciudad nunca existió un faro original, su diseño rinde homenaje al primer faro del Ecuador, construido en 1841 en la isla Santa Clara (isla del Muerto), cuya luz orientaba a los navegantes en el Golfo de Guayaquil.
- La torre, de 18,75 metros de altura y 6 metros de base, luce franjas diagonales celestes y blancas. En su interior, una escalera de caracol conduce al mirador, donde se exhiben un mapamundi y un mapa del mar territorial ecuatoriano con la ubicación de los faros del país. En la parte superior, una veleta corona la linterna y marca los puntos cardinales.
- En El Faro Mirador, los visitantes suelen dejar candados en el enrejado como símbolo y promesa de amor, una tradición que al estilo de "candados del amor" de París (Francia) también se replica en el Mirador de Bellavista.

El cerro del Carmen, una cima con vientos de fe
En el Cerro del Carmen se erige el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, una imponente escultura de 27,2 metros de altura -15,6 corresponden a la figura y 11,6 al pedestal- inaugurada en 1973. El tamaño y la postura del ícono espiritual, la mirada escrutadora del Cristo hacia abajo, por donde ascienden los visitantes, puede resultar estremecedora en una cima por la que corren los vientos que ascienden desde el Golfo de Guayaquil.
Considerada una de las esculturas más altas de su tipo en el mundo, la imagen domina el paisaje y ofrece desde su base amplias vistas del sector norte de la ciudad, de sus barrios y avenidas, la pista del aeropuerto de la ciudad y del río Daule.
El ascenso por los 165 escalones, adornados con placas escultóricas en altorrelieve del Vía Crucis, ofrece también vistas del centro y sur. El Municipio de Guayaquil promociona el mirador como visita obligada durante las festividades por la fundación o la independencia de la ciudad.

Mirador Bellavista, romance en lo alto del "Paraíso"
El Mirador Bellavista, ubicado en el Cerro Paraíso e inaugurado en 2012, se ubica en el sector norte a 175 metros sobre el nivel del mar. El sitio cuenta con infraestructura que incluye ingreso adoquinado en automóvil, iluminación nocturna y juegos infantiles.
Desde su plataforma se domina una vista que abarca desde las lejanas grúas portuarias al sur de la ciudad hasta los poblados cerros de Mapasingue, en el norte. El estero Salado, parte del río Guayas, el perfil urbano con sus cerros, edificios, barrios y avenidas hacen parte de la panorámica.
En el tronco de un árbol de palo santo, decenas de corazones tallados y nombres de parejas de enamorados testimonian los encuentros de quienes se cobijan a sus pies para contemplar la ciudad. En el enrejado metálico del mirador frente al palo santo los novios cierran como ofrenda sus candados y tiran las llaves por el barranco.
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