VIDEO: “Hasta con cuchillo se pelean por el agua”: la tensión crece en el sur de Quito por la escasez
Familias enteras llevan más de cinco días sin agua potable tras un derrumbe en la línea de transmisión La Mica. Las disputas por tanqueros y la falta de soluciones inmediatas elevan la tensión en barrios como Lucha de los Pobres.

Habitantes del barrio Lucha de los Pobres haciendo fila para poder dotarse de agua potable de un tanquero, lunes 14 de julio de 2025.
- Foto
Primicias
Autor:
Actualizada:
Compartir:
La escena se repite cada cuadra: filas de baldes, niños sentados junto a botellones vacíos y adultos mayores mirando la calle con resignación. En el sur de Quito, el agua se ha vuelto un bien escaso desde el jueves 10 de julio de 2025, cuando se quedaron sin servicio tras un derrumbe que dañó una tubería clave de la línea de transmisión La Mica–Quito Sur.
En este populoso sector de Quito, donde viven al menos 88.000 familias, la desesperación crece con cada jornada sin agua. En el barrio Lucha de los Pobres, a la falta del servicio se suma un nuevo problema: los conflictos entre vecinos por conseguir agua.
“Abajo se pelean, se amedrentan. Hasta con cuchillo pelean, se halan de los pelos por un poco de agua. Y si vamos más arriba, tampoco nos dejan hacer fila. Dicen que no pertenecemos allá”, cuenta Magdalena, una vecina que vive en al zona media del barrio.
Ella, como otras 70 familias de su zona, ha optado por quedarse en medio de ambas zonas con la esperanza de que algún tanquero haga una parada, o para obligarlo a detenerse. El sábado “nos paramos en la vía , porque si esperamos que vayan a otro lado ya no nos alcanza”, dice.
Un sector de la ciudad en crisis
La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable (Epmaps) anunció que el servicio se restablecerá progresivamente, mientras el Municipio de Quito ha desplegado 60 tanqueros y varios puntos fijos para distribución.
Pero eso no es suficiente para los vecinos del sur, donde muchas familias no tienen vehículo para movilizarse a los puntos de abastecimiento ni recursos para pagar una carrera.
Gladys Simbaña vive con cuatro familias bajo un mismo techo. Dice que el poco líquido que han conseguido se reparte como puedan. “Cogí dos baldes para cuatro familias. ¿Qué hacemos con eso? Si botamos en el baño, ¿con qué cocinamos? ¿Con qué tomamos?”, lamentó.
Asegura que, pese a que se prometió priorizar a personas de la tercera edad y con discapacidad, ella ha sido ignorada. “A nosotros ya no nos dan. Tal vez a los jóvenes sí, pero a nosotros no”.
Luis Guanoluisa, otro vecino, logró llenar tres canecas el día anterior. “Hoy voy a ver si me colaboran con dos más”, dice, sin muchas esperanzas. En su casa viven tres personas y ya no han podido lavar ropa ni bañarse. “Toca dejar el trabajo para venir a esperar”.
Aunque en algunos puntos hay presencia de agentes metropolitanos, los vecinos denuncian que la falta de uniformados permite que la situación se descontrole. “En un sector llegó un tanquero y como no había Policía, todo se salió de control. Se fueron a los golpes”, contó otro ciudadano.
Una solución que no tarda
El Municipio de Quito asegura que la distribución de agua con tanqueros continuará mientras duren las reparaciones, y el Gobierno Nacional prometió instalar tres plantas potabilizadoras portátiles para reforzar el abastecimiento en el sur.
Pero en barrios como Lucha de los Pobres, la promesa no es suficiente.
“Dicen que viene el tanquero más tarde… ya veremos”, dice María Gualoto, mientras vigila dos grandes recipientes vacíos. “Hoy madrugué a vender caramelos para poder pagar la carrera al camal y traer agua. Pero no alcanza. Cocinamos con eso y ya”.
Compartir: