Tradición, viento y vacaciones: ¿Cuáles son los mejores lugares de Quito para volar cometas?
Entre julio y agosto, el verano y las vacaciones escolares convierten a miradores y parques de Quito en escenarios ideales para volar cometas.

Una niña volando una cometa en el parque Itchimbía, en el centro de Quito, 23 de julio de 2025.
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Julio y agosto son los meses en que el cielo de Quito se llena de colores y movimiento. Las vacaciones escolares coinciden con la temporada de verano, cuando el clima despejado y las corrientes de viento hacen que volar cometas se convierta en una tradición para niños y adultos.
Quito, rodeado de montañas y con múltiples miradores, es un lugar privilegiado para esta práctica que combina juego, destreza y un toque de nostalgia.
Andrés Márquez, quien fabrica cometas desde su infancia, llega cada verano al parque Itchimbía junto a su hija Daniela, de apenas nueve años pero experta en elevar cometas de todos los tamaños.
“Comencé a hacerlas cuando tenía su edad, en Santo Domingo. De niño veía el cielo lleno de cometas, pero muchas veces no podía salir a jugar por ayudar en casa. Ahí nació esa necesidad”.
Andrés Márquez, dueño de Cometas en Quito.
Andrés convirtió esa pasión en una pequeña empresa familiar que fabrica y vende cometas resistentes, hechas con plástico y varillas de bambú, que pueden durar varios años.
Para Márquez, los mejores lugares para volar cometas son los que tienen viento constante, como la Cima de la Libertad, el mirador de la avenida Simón Bolívar y el Panecillo.
“En el Itchimbía es tradición, aunque a veces el viento es variable. En cambio, en los miradores pega bastante viento y ahí se disfruta mucho más”.
Andrés Márquez, dueño de Cometas en Quito.
Estos son los lugares más óptimos para volar cometas en Quito:
Negocio de cometas
La actividad también dinamiza la economía temporal. Fernando Chiriboga, quien vende cometas en el Itchimbía desde la pandemia de Covid-19, cuenta que durante julio y agosto aumenta la afluencia de familias y campamentos escolares.
“Hay cometas desde USD 2 hasta USD 5, aunque también existen modelos de colección que pueden llegar a costar USD 20. El Parque Bicentenario, el Panecillo y los alrededores del Trébol son otros sitios donde mejor se venden”.
Fernando Chiriboga, comerciante de cometas.
Padres e hijos se reúnen, comparten una tarde al aire libre y reviven una costumbre que para muchos simboliza libertad y alegría.
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