VIDEO | Los contrastes del Parque Bicentenario de Quito: del deporte y la naturaleza a la chatarra y el abandono
Entre áreas verdes bien cuidadas y espacios para el deporte, el antiguo aeropuerto convive con chatarra vehicular, estructuras abandonadas y problemas de seguridad. El Municipio prevé una repotenciación del 60% para 2026.
Autor:
Andrés Salazar / Nelson Dávalos
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El Parque Bicentenario, levantado sobre las 105 hectáreas que ocupaba el antiguo Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, es hoy un lugar donde conviven dos realidades opuestas.
En el espacio que estaba destinado a las pistas —donde desde 1960 hasta 2013 despegaron y aterrizaron miles de aviones— ahora trotan corredores, pedalean ciclistas y juegan niños en áreas recreativas. Hay zonas para mascotas, juegos infantiles, una laguna con peces de colores y espacios para gimnasia al aire libre.
Pero a pocos metros, la imagen cambia radicalmente. En el sector occidental del parque, decenas de vehículos de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) se oxidan a la intemperie: camiones, busetas y automóviles destrozados, incluso uno partido en tres, se pudren en canchones improvisados.

Cerca de allí, estructuras que pertenecieron a la antigua terminal aérea acumulan polvo, vidrios rotos, cables viejos y escombros.
Y, para hacer más visible el contraste, una base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana mantiene un museo de aviación en buen estado. El Centro de Convenciones Metropolitano, que durante la pandemia fue un hospital temporal, hoy recibe grandes eventos. Sin embargo, al oriente, más vehículos dañados y bodegas municipales en deterioro marcan la otra cara del parque.
En el extremo norte, antiguas canchas de fútbol también están abandonadas. Lo que fue una institución educativa está en ruinas. En el sur, la terminal terrestre de El Labrador conecta el Metro y el Trolebús, pero a pocos pasos una malla verde, grafitis y maleza dañan la imagen del lugar.

Los visitantes lo confirman. Nelly Chávez, usuaria frecuente del parque, destaca que se hayan instalado juegos y se haya retirado la maleza, pero pide mayor control y limpieza de los desechos de mascotas.
Sonia -nombre protegido-, encargada de un baño público desde 2014, dice haber sufrido robos recurrentes por la inseguridad, sobre todo, al caer la noche. Pablo Yépez, también visitante del parque, coincide: “Falta iluminación y seguridad. Aquí han asaltado hasta hace una semana”.
Otros usuarios, como Fanny Freire, creen que el espacio que está desaprovechado en el parque podría destinarse a canchas o instituciones educativas.
¿Y las obras?
Varios alcaldes, incluyendo el actual, Pabel Muñoz, han ofrecido proyectos de transformación de todo el parque Bicentenario. Algunos, como Jorge Yunda y Santiago Guarderas dejaron el palacio Municipal sin convertir en realidad este cambio. Y ahora, aunque hay zonas recuperadas, todavía está lejos del escenario anunciado por Muñoz.
El Jardín Botánico de Quito asegura que cambiará parte de esa imagen del parque con la creación de siete Hábitats Ecológicos Urbanos, que incluirán 2.500 plantas, mobiliario y miradores para aves. Esas obras deberían estar listas hasta finales de 2025.

Francisco del Salto, director metropolitano de Gestión Territorial, informó en una entrevista con PRIMICIAS que la repotenciación del parque estará a cargo de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop).
Aunque el funcionario no dio detalles de esa repotenciación, dijo que para 2026 se espera tener un avance del 50% al 60%, junto con la prolongación de las avenidas Amazonas y Rafael Aulestia para mejorar la movilidad en la zona. Este año, según Del Salto, deberían concluir los estudios y los diseños del plan de intervención del Bicentenario; y además, se iniciarán las primeras fases.
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