Locales cerrados, botes parados y un día perdido para el turismo, así fue el paso del tsunami en Ecuador
La alerta de tsunami en Ecuador, generada tras el terremoto de magnitud 8,8 en Rusia, fue cancelada por el Inocar. Más de 2.300 personas fueron evacuadas solo en Galápagos.

Locales y restaurantes cerrados en la playa El Murciélago, en Manta, tras la alerta de tsunami en Ecuador, el 30 de julio de 2025.
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EFE
Autor:
Redacción Primicias
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Habitantes evacuados en Galápagos, embarcaciones paradas y negocios cerrados, el tren de olas del tsunami alcanzó los 1,3 metros de altura en las islas, este 30 de julio. El fenómeno pasó sin dejar daños o víctimas en las costas insulares y de Ecuador continental, aunque sí representó un día perdido para provincias que viven del turismo.
Solo en Santa Cruz, la isla más poblada del archipiélago, y en Isabela, fueron evacuados más de 3.230 habitantes, incluyendo turistas, como forma preventiva ante la alerta de tsunami emitida tras el terremoto de magnitud 8,8 ocurrido en la península rusa de Kamchatka.
Desde tempranas horas del 30 de julio, el Inocar y Riesgos habían emitido la alerta de evacuación y ordenaron la cancelación de vuelos, mientras se esperaba que el tren de olas arribe a las costas insulares cerca de las 09:00.
Según el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada de Ecuador (Inocar) se preveían variaciones en el nivel del mar en el perfil costero e insular ecuatoriano, con olas de alturas estimadas de hasta 1,5 metros, y de hasta un metro en zona continental.
Pero, una vez que arribó el tren de olas a la región insular, las mediciones mostraron que las olas apenas si llegaron a los 1,3 metros.
Además, las 'ligeras pertubaciones' se disiparon antes de las 14:00, cuando el Inocar finalmente canceló la alerta de tsunami para toda la costa insular y continental de Ecuador.
Cerca de las 15:30 de este miércoles, Riesgos corroboró la versión del Inocar señalando que "las perturbaciones en el nivel del mar han disminuido y ya no presentan una amenaza para la población ni para la infraestructura costera". También, los vuelos hacia Galápagos ya fueron reanudados.
En videos compartidos en redes sociales, se observa cómo las olas rosan con fuerza el muelle desolado en Santa Cruz, mientras algunos curiosos no se apartan de lugar, con la expectativa de presenciar el tsunami.
Tranquilidad entre habitantes
Una habitante de Santa Cruz, que estaba en una edificación a unos 100 metros de la playa y constataba que la marea subía y bajaba, indicó a EFE que hubo evacuaciones en las zonas de riesgo a primera hora de la mañana, pero subrayó que la tónica general era de "tranquilidad".
En sus redes sociales, la radio Santa Cruz informó de la evacuación del perfil costero de la isla Isabela, "incluyendo viviendas, hoteles y centros comerciales".
Otro internauta transmitía en vivo por redes sociales en las horas, en las que posiblemente llegaban las grandes olas. Mantuvo constantemente la cámara dirigida a las costas sin que se apreciaran movimientos inusuales en el mar.

"Aquí no pasa nada, ya déjennos pasar al malecón", reclamaba debido a que la Dirección del Parque Nacional Galápagos dispuso el cierre temporal de los sitios de visita en áreas protegidas que impliquen acceso marítimo.
"Todo está súper tranquilo aquí, no hay nada, ni siquiera el aguaje. Son las 08:30 (hora local) que decían que iba a pasar la ola, no ha pasado nada", aseguraba durante la transmisión en la isla Santa Cruz, desde un segundo piso, desde donde se apreciaba a gente en bicicleta o caminando y conversando en la calle.
Negocios cerrados en Santa Cruz
En las Islas Galápagos habitan alrededor de 28.500 personas, de ellas unas 17.200 en la isla Santa Cruz, situada en el centro de archipiélago; unas 8.300 en San Cristóbal, la isla más oriental de la zona insular; y 3.000 en Isabela.
Para estos pobladores, el turismo es su principal fuente de ingreso, no en vano las islas recibieron unos 279.277 visitantes en 2024, y más del 50% fueron extranjeros.
"La mayoría de negocios a orillas del muelle (Puerto Ayora) o cerca del Parque Nacional estuvieron con sus puertas cerradas", contó el director de la ONG Galápagos Conservancy, Hugo Mogollón.
Si bien quienes trabajan en restaurantes, hoteles, visitas guiadas a las islas o locales de artesanías, entienden que las medidas tomadas por el tsunami fueron preventivas, este miércoles significó un día de pérdidas.

Una vez que la alerta de tsunami fue levantada, poco a poco los negocios recobraron su pulso comercial, pero no así otras actividades turísticas.
Esto ocurre porque el Parque Nacional Galápagos de Ecuador ha dispuesto el cierre temporal de los sitios de visita en áreas protegidas, que impliquen acceso marítimo, presencia en playas y zonas de uso público, como precaución.
La medida se mantiene hasta las 23:59 de este 30 de julio de 2025.
Mar en Manabí y Esmeraldas sin mayores cambios
En horas de la mañana, las actividades marítimas, portuarias y de turismo fueron suspendidas en los 22 cantones de Manabí.
Algo similar sucedió en Esmeraldas, donde se esperaba que el tren de olas en la parte continental de Ecuador llegue a las 11:00 a Muisne.
Una hora después en Esmeraldas, el principal muelle artesanal lucía tranquilo, aunque todos los botes de pescadores estaban parados y con motores apagados.

Ni en Esmeraldas o Manabí, las olas pasaron el metro de altura, y tampoco ocasionaron afectaciones materiales o heridos.
En las costas manabitas, especialmente en Manta, se esperaba que las olas arriben entre 11:00 y 11:30 de este miércoles.
“A las 11:06 comenzaron a existir cambios no significativos” en el mar, indicó Carlos Delgado, capitán del Puerto de Manta.
Mientras duró la emergencia, los negocios de Manta, Crucita, y Bahía lucían cerrados al público, y solo algunos militares resguardaban las playas manabitas para evitar que bañistas se acerquen.
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