¿Por qué el pedido de Maduro para que Ecuador devuelva los restos del Mariscal Sucre cae en el absurdo?
Los restos del mariscal Antonio José de Sucre, uno de los próceres de la Independencia de América Latina, reposan en Quito. ¿Por qué están aquí y no en Venezuela, donde nació?

Composición del mauselo del mariscal Antonio José de Sucre en Quito y un retrato suyo.
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Municipio de Quito y Archivo
Autor:
Redacción Primicias
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Ya se sabe que Nicolás Maduro no es precisamente un versado en Historia. Pero, como la propaganda sí es lo suyo, el presidente de Venezuela pidió a su ministro de Cultura, Ernesto Villegas, y al de Interior, Diosdado Cabello, emprender nuevas gestiones para trasladar hacia Venezuela los restos del mariscal Antonio José de Sucre, que reposan en la Catedral de Quito.
La aspiración de Maduro es llevar los restos de Sucre, uno de los próceres independentistas más destacados de América Latina, a Cumaná, terruño del Mariscal de Ayacucho, para rendirles honores. De hecho, Cumaná es capital del estado venezolano de Sucre.
No es la primera vez que Maduro solicita los restos de Sucre. En 2019, intentó gestiones para que el entonces presidente Lenín Moreno plegara a esta petición, pero fue rechazado.
¿Maduro tiene razón?
En realidad, no existen razones históricas para que Ecuador entregue los restos del glorioso militar, pues el mismo Sucre dejó escrito que deseaba ser enterrado en el Pichincha, el lugar donde sus tropas vencieron a las realistas, el 24 de Mayo de 1822, en la batalla que selló la independencia de lo que ahora es Ecuador.
¿La prueba? La carta que Sucre escribió el 12 de diciembre de 1825 al oficial José Trinidad Morán (venezolano y una de las figuras de la Independencia del Perú) deja claramente establecido que deseaba ser enterrado en el volcán.
A pesar de que Sucre fue presidente de Bolivia, lugarteniente de Simón Bolívar y aspirante a presidir Colombia, se estableció en Quito. En esta ciudad se casó con Mariana Carcelén y Larrea, la Marquesa de Solanda, y ahí nació su hija, María Teresa. Y hacia allá se dirigía a lomo de mula cuando fue asesinado, el 4 de junio de 1830, en Pasto.
Es verdad que los herederos de Sucre no cumplieron a cabalidad con la voluntad del militar, pues su viuda primero enterró el cuerpo en una propiedad familiar en el Valle de los Chillos. Luego, la marquesa trasladó los restos en secreto hasta el convento de El Carmen Bajo, y solo en el año 1900 se descubrió el féretro.
El presidente de la época, Eloy Alfaro, se negó a depositar los restos de Sucre en en volcán y se prefirió honrarlos en un mauselo especial en una capilla de la Catedral de Quito, donde se conservan hasta hoy. Pero, para acercarse a los deseos de Sucre, se utilizó roca volcánica para elaborar su catafalco.
Por todo eso, el pedido de Nicolás Maduro cae en el absurdo y es prácticamente imposible que Ecuador le haga el menor caso.
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