¿Lo hicieron mal? Estas son las calificaciones de los jugadores Ecuador tras empatar con Brasil

La insospechada lesión de Hernán Galíndez en el calentamiento previo al partido le obligó a ser titular, lo cual puede pasmar a cualquiera. Exhibió una atajada de mérito en el primer tiempo tras el monstruoso error de Pervis y se desenvolvió bien con los pies cuando sus compañeros alargaban la cancha. Otra atajada suya en el segundo tiempo redondeó un debut auspicioso.

Con menos profundidad que una canción de Jombriel, jamás pudo ganar en el uno contra uno. Le faltó con quien intentar una pared o una conexión para generar real peligro. No regresó para el segundo tiempo. 

Salvo una jugada en que Vinicius se le escapó, salió airoso cuando fue exigido. De menos a más.

Destruyó sin piedad a Vinicius y a Richarlson. Sus anticipos y sus movimientos fueron de ballet. 

Tuvo un tropiezo en el segundo tiempo que pudo complicar a sus compañeros, pero firmó uno de sus mejores partidos con Ecuador. Luchó como león y apoyó en el ataque. 

Ese error del primer tiempo opaca un rendimiento más bien excelente, con gran recorrido de ida y vuelta. Si ese remate sobre el final del partido salía con más puntería, Daniel Noboa lo nombraba ministro ahí mismo.

No fue su noche. Recuperó pocos balones en la zona defensiva del rival y, en las jugadas ofensivas, estorbaba como esas tías que entran a la cocina a ayudar pero dejan todo sucio. Mucho trabajo, pero poca recompensa. 

Impecable cortando, pero en general no funcionaron sus constantes lanzamientos hacia los costados. Hubiera sido más incisivo si optaba por conducir la pelota y ganar unos metros. Por supuesto, es culpa del entrenador, que le pide hacer estas cosas tan inoficiosas.

Intentó imprimir velocidad con sus pases progresivos, realizados con la precisión de un relojero. Sus movimientos para quedar en ventaja y no sufrir ante la presión rival son una maravilla. Pero hubo un problema: al jugar junto a Moisés Caicedo provocó que nadie atacara el espacio entre defensores por su lado, así que siempre hubo uno menos. Ancelotti dijo gracias.

Empezó mal, pero cambió de lado y logró mostrar sus condiciones, aunque de todos modos se equivocó permanentemente en la última jugada. Pero tampoco esto es totalmente culpa suya: por más determinado que esté en encarar, sin funcionamiento colectivo se pierde su aporte. 

¿Enner, eres tú?

Parecía defensa de Brasil: con miedo a encarar, retrasó el juego y eso le dio respiro al rival. 

Se salió con la suya, porque en realidad era difícil vencer a Brasil sin delanteros. Bastaba con el empate, con competir, con afinar todo para que la defensa se luciera y demostrara su jerarquía, incluso con arquero suplente de última hora. Por momentos, Ecuador presionó al rival, pero en otros le dejó respirar. La Tricolor jugó muy bien posicionada, pero sin los intérpretes para tomar decisiones arriba. Claro, es problema de la excéntrica nómina, aunque de todos modos nadie esperaba que Franco fuera el 9 inicial. Una pena por los que deseaban festejar la clasificación en Guayaquil.