El colapso de la LigaPro: Deudas, amaños y la sombra del crimen organizado

La temporada 2025 de la LigaPro no será recordada por grandes partidos, la aparición de nuevas figuras ni por estadios llenos. Este año quedará marcado por la crisis total de varios clubes, el amaño de partidos y la irrupción del crimen organizado. 

Desde su creación en 2018, la Liga Profesional no ha enfrentado una situación tan complicada como la que vive actualmente con clubes históricos al borde de la extinción, futbolistas que no tienen para comer y una justicia penal que empieza a mirar de cerca lo que sucede en el césped. 

A pesar de eso, extrañamente los clubes siguen confiando en la gestión de Miguel Ángel Loor, que fue reelecto como presidente con la mayoría de votos de los presidentes. 

¿Qué pasó en 2025 para que la LigaPro atraviese uno de los peores momentos desde que se creó en 2018? Estas son cuatro razones:

1. El control económico es un mito

Una de las banderas de la actual gestión de la LigaPro ha sido la del control económico. Cada que puede, Miguel Ángel Loor repite que hay controles, capacitaciones y gestiones para que los clubes se vayan saneando. Pero en la vida real, eso no ocurre. 

Los presidentes de los clubes siguen manejando los equipos de fútbol como pueden, se endeudan más de lo que deben y crean huecos financieros que en muchos casos ya son imposibles de cubrir en un tiempo prudente. Eso pone en riesgo la vida institucional de equipos históricos y también la continuidad del torneo. El mismo Loor admitió la crudeza de la situación: si se aplicara el reglamento con rigor, "apenas cuatro o cinco clubes quedarían vivos". 

El Nacional es probablemente el caso más crítico de la LigaPro. Un club que pasó de ganar títulos y de ser la cantera del fútbol ecuatoriano a perder la categoría administrativamente por no poder pagar deudas que superan los USD 7 millones. 

Pero no es el único caso. La temporada 2025 ha estado repleta de paros y huelgas. En distintos momentos del año, los planteles de Emelec, Barcelona SC, El Nacional, Deportivo Cuenca, Delfín y Macará decidieron dejar de entrenar por deudas pendientes de ¡hasta siete meses! 

Eso solo refleja una cosa: el control económico no sirve. Y si los clubes no se ajustan los cinturones, aceptan sus errores y toman correcciones, la situación solo se irá empeorando.

2. Crimen organizado, apuestas y amaño de partidos

Quizás es el problema más grave. Este año se destapó una estructura de manipulación de partidos y apuestas ilegales en la Serie B, lo cual puso en duda también a la Serie A. 

"No se trata de episodios aislados ni de conductas individuales; lo que surge del análisis es la existencia de estructuras internas y sostenidas de manipulación de partidos, operadas desde el corazón de las propias instituciones, con la participación activa de jugadores, agentes externos, facilitadores, y con una permisividad institucional inaceptable", dice un informe de la Dirección de Integridad y Antipiratería (DIA) de la LigaPro. 

Este informe revela la crítica situación que atraviesa la Serie B y deja dudas sobre la realidad en la que se encuentra la Serie A, ya que la red de apuestas y amaño de partidos se alimenta de la vulnerabilidad económica de los futbolistas, que no cobran sus sueldos a tiempo y se convierten en víctimas ideales. 

Con clubes que arrastran meses de deudas, los futbolistas se vuelven blancos fáciles para los reclutadores de estas estructuras, que ofrecen "salvavidas" financieros a cambio de cometer pequeños errores durante los partidos. 

Y no solo eso, sino que el tema ha escalado hasta la violencia ejecutada por los Grupos de Delincuencia Organizada y cada vez más se conocen denuncias de extorsiones y amenazas de muerte contra jugadores y árbitros para condicionar resultados, en una Liga Profesional que está perdiendo el control de sus torneos.

3. Un aburrido torneo, no solo por el formato

El empobrecido fútbol ecuatoriano no tuvo en 2025 grandes figuras que llamen la atención y que llenen estadios por sí solas. De hecho, los escenarios lucieron vacíos toda la temporada, con ciertas excepciones. Eso habla de lo poco atractivas que son las plantillas de los 16 clubes. 

Por eso, el torneo se volvió aburrido y el Independiente del Valle encontró el espacio perfecto para ganar el título con toda la tranquilidad. 

IDV, uno de los pocos clubes que trabajan con seriedad, no perdieron la oportunidad para seguir fortaleciendo su modelo: formar a los mejores jugadores del país, venderlos a buen precio y aparte ganar títulos. 

A eso hay que sumarle un formato con poca lógica. Independiente llegó a la definición del torneo con una ventaja de 10 puntos sobre Barcelona SC, que estaba en segundo lugar. Una diferencia imposible de descontar en 10 fechas. 

Mientras que el segundo hexagonal fue casi intrascendente porque lo único que había en disputa era el último cupo a la Copa Sudamericana. Por eso, varios partidos casi que no importaron. 

Y aunque el formato no funcionó para nada, se repetirá, con ciertos cambios. Ojalá esos ajustes funcionen y no tengamos un 2026 más aburrido que la temporada que termina.

4. Estadios vacíos y violentos

Aunque pocos quieran reconocerlo, los estadios del país se han convertido en lugares violentos e inseguros, lo que cada vez aleja más a los hinchas de las gradas. 

El episodio más grave del año se produjo en el Clásico del Astillero en septiembre de este año, jugado en el estadio George Capwell, cuando hinchas azules lanzaron botellas de vidrio a la cancha. 

En este mismo estadio, en un partido ante Independiente del Valle, un aficionado lanzó una botella que impactó en la cara de Junior Sornoza.  

También se han registrado incidentes entre hinchas de El Nacional. Una batalla entre facciones de la barra organizada se produjo en el estadio Atahualpa, por lo que tuvo que intervenir la Policía Nacional. 

Por estas razones, muchos clubes han decidido jugar sus partidos con público local, para tratar de disminuir los incidentes. 

La violencia, la inseguridad y el pobre espectáculo han alejado a los aficionados de los estadios y así lo reflejan los datos: la asistencia en la Serie A ha disminuido un 8,8% con respecto al año pasado.

¿El escenario puede cambiar?

Parece poco probable. Los clubes van a seguir en crisis porque mantienen deudas millonarias de las que no podrán salir con facilidad y el control económico de la LigaPro servirá de poco o nada para mejorar la situación. 

Con equipos endeudados es casi imposible que lleguen figuras de renombre al campeonato ecuatoriano, como ocurría en otras épocas. Por lo tanto, será difícil que mejore el espectáculo. 

En lo que respecta al amaño de partidos, la Federación Ecuatoriana de Fútbol presentó un proyecto para que se tipifique este delito. Esto puede representar una luz para que este problema al menos disminuya. 

Lo cierto es que el campeonato ecuatoriano vive una etapa complicada y si no se toman correcciones a tiempo, el escenario solo se seguirá complicando.