Así es el proyecto integral de fútbol femenino y formativas de Universidad Católica
El Club Universidad Católica tiene uno de los mejores proyectos de fútbol femenino en el país. El equipo se enfoca en las divisiones formativas y les da alimentación, educación y vivienda a las jóvenes jugadoras.

Jugadoras de Universidad Católica, previo a un partido por la Superliga Femenina, el 30 de marzo de 2025.
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Universidad Católica
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La exigencia en el equipo femenino de Universidad Católica se nota desde el primer momento en que se observa uno de sus entrenamientos. No hay ni un segundo de descanso, se repiten los movimientos, las jugadas preparadas, hasta que todo salga a la perfección.
El cuerpo técnico, dirigido por la argentina Daniela Díaz, exDT de River Plate, constantemente da instrucciones y se fija individualmente en cada jugadora.
"La idea de Católica es conformar un proyecto, por eso ha apostado fuerte por traer un cuerpo técnico extranjero", afirma la experimentada entrenadora, que fue campeona en su país.
Sin embargo, más allá de la exigencia, también hay comprensión. Cada vez que hay un error, los entrenadores dan palabras de ánimo y alientan a las chicas a seguir intentándolo.
En definitiva, es un entrenamiento de primer nivel, digno de un club importante, y no es una sorpresa. La 'Chatoleí' ha puesto un gran enfoque en desarrollar su división de fútbol femenino y los resultados están a la vista. El equipo ha conseguido siete victorias en sus primeros 12 partidos y está entre las primeras posiciones de la tabla de la Superliga Femenina. Además, la Sub 20 fue campeona del torneo de AFNA.
No obstante, más allá de lo que se puede observar en la cancha y en los entrenamientos, el verdadero cambio se ha dado en el día a día de las futbolistas, que han encontrado en el deporte una oportunidad única para cambiar su vida.

Un equipo muy joven
Si algo salta a la vista durante este entrenamiento es la gran cantidad de chicas jóvenes y adolescentes que forman parte del primer equipo.
"Nosotros tenemos un promedio de edad de 19 a 20 años. Esto me gusta, es un lindo desafío, porque son jugadoras que son una 'esponja', se les aplica conceptos y los entienden de inmediato. Y, al ser un equipo joven, se les puede exigir físicamente y tenemos pocas lesiones", explica la DT.
Universidad Católica cuenta con 120 jugadoras, divididas en cuatro secciones: Sub 16, Sub 18, reserva y primer equipo.

"Con la ayuda del cuerpo técnico, basamos mucho de la conformación de nuestra plantilla en visualizar cuáles talentos tenemos en nuestras formativas. Lo que hacemos es periódicamente ir subiendo a las chicas, para que vivan esa experiencia, que tengan ese espacio en el fútbol profesional y se vayan adaptando", informa José Mato, jefe de formativas.
Es así que, por ejemplo, en este entrenamiento del primer equipo, se encuentran Daylin Bazurto y Mirely Palacios, dos chicas de apenas 16 años.
"Estaba entrenando con la Sub 20 y tuvimos un torneo de AFNA. Ahí nos vieron y desde ahí nos subieron. Cuando me dieron la noticia de que me iba a quedar me puse muy feliz. En los entrenamientos al principio estuve un poco nerviosa, como es normal, pero me he ido acoplando poco a poco y me estoy esforzando día a día para mantenerme aquí", dice Bazurto, quien viene de Esmeraldas y juega como defensa central.

"Universidad Católica ha crecido bastante en su club femenino, antes no tenías tanto apoyo como ahora", analiza Palacios, volante quiteña que lleva cuatro años en las formativas. "Me sentí emocionadísima cuando me subieron, no lo podía creer, era un sueño llegar al primer equipo".
Poco a poco, estas jóvenes futbolistas van entendiendo la exigencia de jugar un campeonato nacional, pero también aprenden como es la convivencia en un equipo profesional. "Es un grupo con mucha actitud, alegría, baile y lo dan todo en la cancha", cuenta Bazurto.
Con toda una carrera por delante, las dos futbolistas sueñan con que este sea el primer paso hacia una trayectoria en ascenso, con la ilusión de llegar a jugar en Europa.

Un proyecto integral y multidisciplinario
El cambio en el equipo femenino y las formativas de Universidad Católica ha sido drástico. Mirely Palacios recuerda que, cuando recién llegó hace cuatro años, apenas y tenían uniformes. Hoy en día, no les falta nada.
Las futbolistas tienen las mismas facilidades que el equipo masculino. "Actualmente, las chicas tienen espacios de entrenamiento y gimnasio, profesionales a su servicio como nutricionistas, médicos y psicólogos. Ellas se sienten realmente respaldadas, con todo lo necesario para ser jugadoras de fútbol", explica José Mato.
Y, además de lo deportivo, la vida de estas atletas ha cambiado fuera de las canchas. Las jugadoras reciben educación, alimentación y, en el caso de las que provienen de otras provincias, vivienda. Todo esto gracias al apoyo del Programa de Fomento Deportivo de Banco Pichincha y Crisfe.
"Nuestra misión es cuidarlas, escucharlas y atenderlas. Tenemos un grupo de profesionales que nos ayuda a filtrar cualquier tipo de necesidad, aspecto o requerimiento que las jóvenes jugadoras puedan llegar a tener".

Además, hay el apoyo y la motivación para que, luego de terminar el colegio, las chicas continúen con sus estudios de tercer nivel.
"El cambio, principalmente, ha sido por parte de los que estamos en la cabeza de los procesos, de realmente creer que hay posibilidades en el fútbol femenino (...) Nuestro objetivo es ser referentes a nivel continental".
Es así como Universidad Católica, a partir del fútbol, busca cambiar la vida de estas jóvenes jugadoras, que no solo serán próximamente seleccionadas nacionales o jugarán en Europa, sino que además podrán triunfar como profesionales y referentes en su deporte.
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