Ever Hugo Almeida superó el dolor e hizo historia con el Mushuc Runa en su último baile en Ecuador
La figura de Ever Hugo Almeida es sinónimo de resiliencia, pasión y un inquebrantable amor por el fútbol. A sus 76 años, este uruguayo nacionalizado paraguayo sigue dejando su huella.

Composición fotográfica de distintos momentos de Ever Hugo Almeida, exjugador y director técnico.
- Foto
Archivo, API y Mushuc Runa; elaboración PRIMICIAS
Autor:
Actualizada:
Compartir:
"No estoy enfermo, lo que estoy es un poco renguito", dijo Ever Hugo Almeida en abril de 2024, cuando lo despidieron de El Nacional con el pretexto del estado de salud del entrenador, luego de una cirugía de cadera. Lo vieron maltrecho y dudaron, pese a que en 2022 los rescató de la Serie B y que había un contrato por cumplir.
Apenas un año después, El Nacional lucha cada semana para no acabar en el descenso. Por su lado, Ever Hugo Almeida disfruta de un majestuoso momento en Mushuc Runa, el equipo indígena que ha hecho historia en la Copa Sudamericana.
Como el mismo Ever Hugo Almeida lo dijo en aquellos aciagos días de 2024, el delicado momento de salud que atravesó no afectó ni su mente ni su corazón ni su hígado. Había enfrentado una bronquitis crónica que pudo ser fatal y fue sometido a una cirugía de prótesis de cadera, a finales de 2023. Era la tercera. Cosas que pasan a gente de su edad, sobre todo cuando se presenta la señora artrosis y hace de las suyas en las articulaciones.
A su edad (nació en Salta el 1 de julio de 1948), se hubiera pensado que este uruguayo nacionalizado paraguayo ya tenía el derecho de descansar. Como guardameta, libró batallas inolvidables con el buzo del Olimpia y lo ganó todo, desde el título de Paraguay (10 veces) hasta la Copa Libertadores (dos veces, una ante Barcelona SC) y la Intercontinental. Eso, por sí solo, ya merece una serie de Netflix o, mucho mejor, un libro escrito por Martí Perarnau.
Como entrenador, oficio que desempeña desde 1992, las ha padecido todas. Y también las ha disfrutado, porque algo tiene el fútbol que insufla de vida al Ever Hugo Almeida, campeón como entrenador en Paraguay, Guatemala, Colombia y Ecuador, aunque a veces todo salga mal, como fue su olvidable paso por el Barcelona SC en 2008.
Además del dolor físico, estaba el dolor personal —sigue estando, porque eso se controla, pero no se olvida—. La vida de Almeida tuvo un giro desgarrador a finales de 2023, en vísperas de Navidad, con la muerte intempestiva de su hijo, Iván Almeida, a los 45 años, a causa de problemas cardíacos. Iván había seguido los pasos de su padre y se convirtió en director técnico en Paraguay. Pero, en un pestañeo, dejó de existir.

Ever Hugo Almeida no se rindió. No podía porque eso era irse contra su propia naturaleza. Deseaba un último baile en Ecuador. Y así apareció Luis Chango, presidente de Mushuc Runa, que le ofrecía la oportunidad de dirigir al 'Ponchito', sin DT tras la marcha de Renato Salas. Chango, quizás el dirigente más pragmático de la LigaPro, no miró la cédula ni el certificado médico. Quería lo que transmite Almeida: liderazgo, competencia y disciplina. Sagacidad. Quería ganar.
Hoy, Mushuc Runa es el equipo de moda en la Conmebol. Su brillante campaña en el Grupo E de la Sudamericana, con 16 puntos y triunfos en Chile, Brasil y Argentina, ha sido memorable. Además, el equipo no perdió ni un partido en esa llave. Una campaña que demuestra la capacidad de Almeida para infundir disciplina, estrategia y confianza en sus dirigidos.
Habrá que ver hasta dónde llegará Mushuc Runa en la Sudamericana. Los 'playoffs' son crueles. Pero Ever Hugo ya sabe hasta dónde llegará él. O mejor dicho, hasta cuándo. Aprovechó este dulce presente para anunciar que, al final de la temporada, regresará a Paraguay. El corazón llama a casa. Allá quiere buscar algún club para seguir viendo el fútbol desde el banquillo y no desde la sala de televisión de la casa.
Qué bueno. Ever Hugo Almeida no se irá despedido ni con la incómoda sensación de que alguien de la dirigencia le falló, como pasó en su última etapa en El Nacional. El fútbol, pero sobre todo su resiliencia, le dan el regalo de marcar a su manera el final de su último baile en Ecuador.
Compartir: