Estados Unidos quiere convertirse en la casa del deporte mundial, ¿por qué le interesa esto?
En un lapso de cuatro años, Estados Unidos habrá sido sede de la Copa América, el Mundial de Clubes, el Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos. ¿Cuáles son los intereses económicos, sociales y geopolíticos de acoger los eventos deportivos más importantes del mundo?

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Gianni Infantino, presidente de la FIFA, durante una reunión en la Casa Blanca, el 22 de agosto de 2025.
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AFP
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Estados Unidos quiere convertirse en la nueva casa del deporte mundial. De 2024 a 2028, el país habrá acogido cuatro eventos de primer nivel: Copa América, Mundial de Clubes, el Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos.
El interés de esta nación por ser la sede de las competiciones más importantes tiene algunos ejes por detrás. Por un lado, están los ingresos económicos y el desarrollo del fútbol en el país, pero también está el interés geopolítico, de mostrar su poderío ante otras potencias del mundo.
¿Cuánto dinero genera Estados Unidos por acoger estos eventos deportivos?
Los organizadores de la Copa América, que tuvo lugar en 2024 y que coronó campeona a la selección de Argentina, estiman que el evento generó un aporte económico de USD 600 millones a la economía estadounidense.
Aproximadamente 2,5 millones de turistas visitaron el país durante el torneo, lo que contribuyó a sectores como hotelería, transporte y gastronomía de las ciudades anfitrionas.
Miami, al ser la sede de la final, fue la ciudad más beneficiada, con una inyección de USD 20 millones a su economía local y un aumento del 10% en la necesidad de alojamiento por la llegada de hinchas, periodistas y planteles de fútbol.
Mientras que el Mundial de Clubes, al ser un evento más global y con más partidos, habría traído 3,7 millones de turistas y habría generado hasta USD 9.100 millones en aporte al PIB (Producto Interno Bruto) de Estados Unidos, según indica un reporte de la FIFA.
También se habrían creado 105.000 puestos de trabajo alrededor de país, lo que habría generado USD 3.360 millones en prestaciones sociales.

Por otra parte, para el Mundial de la FIFA de 2026, se estima la asistencia de 6,5 millones de personas, lo que aportaría USD 17.200 millones al PIB de Estados Unidos y crearía 185.000 puestos de trabajo.
Finalmente, la cereza del pastel serían los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Según explicó su comité organizador, este evento traería un impacto económico de USD 18.000 millones, crearía 90.000 puestos de trabajo y recaudaría USD 700 millones en impuestos para el estado de California y las comunidades locales.
"Será el equivalente a tener siete Super Bowls al día", expresó Reynold Hoover, CEO del comité organizador.
Por lo tanto, con ser sede de estos cuatro eventos, Estados Unidos ingresaría un acumulado de USD 44.900 millones a su economía.

El crecimiento del fútbol y el aporte social
Estados Unidos se ha enfocado en aumentar el interés del fútbol alrededor de su país. Si bien otros deportes, como el básquetbol, el béisbol y el fútbol americano, siguen siendo más representativos de la cultura norteamericana, el 'soccer' ha logrado ganar espacio en la hinchada.
La Major League Soccer se ha convertido en una de las ligas más importantes del mundo. En 2025, alcanzó un récord de USD 336 millones en transferencias de jugadores, un aumento del 75% con respecto a la temporada pasada.
El Inter Miami ha sido el gran referente, con la llegada de Lionel Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets, Jordi Alba y, recientemente, Rodrigo de Paul. Por otra parte, el coreano Heung-Min Son fue el fichaje de renombre en este mercado, con su traspaso a Los Angeles FC.

En cuanto al aporte social, la FIFA otorgó USD 1 millón a cada una de las 11 ciudades sedes del Mundial de Clubes, para la construcción de canchas y minicanchas de fútbol y la organización de actividades deportivas para niños en zonas necesitadas.
Por otra parte, en coordinación con el Centro para el Deporte y los Derechos Humanos, se creó el proyecto 'Generación 2026', para la promoción de una práctica del deporte más segura para niños, niñas y jóvenes en las ciudades sedes del Mundial de la FIFA.
Mientras que la organización de los Juegos Olímpicos se ha comprometido a invertir USD 160 millones para que niños en situaciones precarias puedan acceder al deporte.
La geopolítica y el 'soft power'
Más allá de los ingresos económicos y el impacto social, también hay por detrás una cuestión de poder político. Al acoger estos eventos de primer nivel, Estados Unidos busca reforzar su imagen internacional como un líder global en deporte, cultura y tecnología.
El gobierno de Estados Unidos, hoy liderado por el presidente Donald Trump, busca proyectar sus valores, su identidad y su estilo de vida al mundo, generar simpatía y legitimidad en la comunidad internacional y desviar la atención de las polémicas institucionales y gubernamentales.
Esta estrategia se denomina como 'soft power' (poder blando) y se refiere a la capacidad de un país para influir en otras naciones sin usar la fuerza militar, sino a través de la atracción cultural.

Tal como pasó en la Guerra Fría con la carrera espacial (la Unión Soviética fue la primera en mandar un hombre al espacio, pero Estados Unidos llevó al hombre a la Luna), ahora la intención es mostrar el poderío a través del deporte, sobre rivales geopolíticos como China (que albergó los Juegos Olímpicos de 2008) o Rusia (que fue sede del Mundial 2018).
Es la misma estrategia que han utilizado los países del Medio Oriente (Qatar fue sede del Mundial 2022, mientras que Arabia Saudita acogerá la edición de 2034).
Por otra parte, los eventos deportivos atraen a líderes mundiales, diplomáticos y empresarios, lo que facilita encuentros multilaterales y sirve como un espacio para la atracción de negocios, turismo y capital extranjero.
El claro ejemplo de esto ha sido la cercanía entre el gobierno de Estados Unidos y la FIFA. Mientras que Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se ha convertido en un huésped de honor de la Casa Blanca, Donald Trump estuvo en medio de las celebraciones del Chelsea cuando levantó el trofeo del Mundial de Clubes.

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