LigaPro y una situación crítica: clubes más endeudados ante un control económico permisivo
Ocultamiento de información, jugadores con dobles contratos, pasivos que se incrementan cada año y la falta de gestión de varios dirigentes desnudan la realidad del fútbol ecuatoriano. Los clubes de la LigaPro están cada vez más endeudados y, por el momento, no hay una luz al final del túnel.

Los jugadores de Técnico Universitario y El Nacional se saludan antes de un partido en el estadio Bellavista, el 29 de junio de 2025.
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El control económico de la LigaPro fue creado para establecer un techo de gastos basado en los ingresos que cada club puede generar, como las taquillas, patrocinios, transferencias de jugadores, ventas de camisetas o aportes de socios, con el fin de evitar endeudamientos excesivos y promover la estabilidad financiera.
Para establecer este control económico, el Consejo de Presidentes de la LigaPro aprobó un reglamento que determina sanciones y obligaciones para los clubes.
Por eso, los equipos presentan un presupuesto anual que refleje sus ingresos y egresos, y sobre esa base se define el costo máximo de la plantilla para cada temporada, donde se incluyen sueldos, primas o bonificaciones, viajes, vivienda y otros gastos operativos.
Y a partir de allí, la LigaPro realiza, trimestralmente, auditorías para verificar que los clubes cumplan con lo declarado y tiene la facultad para sancionar a quienes incumplan, o imponer multas o restricciones para inscribir jugadores.
"O se alinean o desaparecen", reconoce Diego Castro, director regional de la LigaPro, ante los constantes incumplimientos de varios de los equipos, tanto de Serie A como de la B.
Sin embargo, el dirigente admite que el control económico no funciona como desearían y que depende de la calidad moral y profesional de cada directivo, ya que muchas veces se presentan valores que no son.
Además, Castro acepta que en el fútbol ecuatoriano todavía se mantiene la vieja práctica de firmar dobles contratos, para evitar pagos de impuestos o esquivar sanciones, lo que entorpece el cálculo del presupuesto anual de cada club ante la LigaPro.

"Les pedimos a los clubes que nos reporten trimestralmente los pagos al personal y revisamos hasta los movimientos bancarios. Si el jugador 'Juan' gana USD 3.000, ¿por qué tengo pagos a 'Juan' por USD 8.000? Entonces solicitamos que justifiquen por qué le pagaron los USD 5.000 restantes. El problema de eso es que se lo hace trimestralmente, no antes".
Dentro del reglamento del control económico constan las infracciones, que se dividen por muy graves, y leves, que van desde los USD 1.000 hasta los USD 20.000.
Por ejemplo, se considera una infracción muy grave: "Omitir o no presentar cualquier convenio contractual que implique un exceso del límite de costo de plantilla deportiva autorizado".
La LigaPro considera a los siguientes objetivos como los principales del reglamento del control económico, aunque muy pocas veces lo logra:
- Mejorar la capacidad económica y financiera de los clubes, incrementando su transparencia y credibilidad.
- Otorgar la debida importancia a la protección de los acreedores, garantizando que los clubes salden puntualmente sus deudas con los jugadores, cuerpos técnicos y staff técnicos, administraciones públicas y el resto de clubes.
- Fomentar una mayor disciplina y racionalidad en las finanzas de los clubes de fútbol.
- Alentar a los clubes a operar en base a sus propias capacidades de ingresos.
- Fomentar el gasto responsable en beneficio del fútbol a largo plazo.
"La mayoría de equipos atraviesan fuertes problemas económicos, porque no se limitan a su presupuesto y ahí se va generando un hueco, que después se hace muy difícil de tapar".
Pablo Ortiz, presidente de Universidad Católica
Un control económico permisivo
El reglamento del control económico de la LigaPro es bastante tolerante, principalmente porque los propios clubes aprobaron condiciones que permiten cierta flexibilidad y el arrastre de incumplimientos a años siguientes. Por eso muchos están con la soga al cuello.
Y es que la LigaPro no aplica sanciones drásticas de inmediato, como la prohibición de jugar o inscribir jugadores si un club tiene deudas, porque esto llevaría a la desaparición de la mayoría de los equipos y dejaría el torneo con pocos participantes.
"El reglamento tiene permisividades de poder pasar los incumplimientos para los siguientes años, algo que fue aprobado por los clubes. Si somos 100% estrictos, jugarían tres equipos. Tarde o temprano tienen que pagar del patrimonio de los dirigentes o poniendo de su bolsillo", admite Diego Castro.
"Conozco casos en Deportivo Cuenca donde hacen contratos a nombre de las esposas de los jugadores. Entonces, la dirigencia declara que le paga al jugador una cantidad, para que esa cifra entre en el control económico (...)"
Santiago Zambrano, abogado en derecho deportivo
Santiago Zambrano, abogado en derecho deportivo, coincide en lo complaciente del reglamento y sostiene que, si es que LigaPro prohíbe inscribir jugadores, por ejemplo, a los equipos del Astillero, "se pierde el valor económico del torneo".
"Lo que interesa es que se siga jugando. Pero va a llegar un punto insalvable, y yo creo que estamos a medio camino. La situación es muy compleja. Antes había más opciones de que eso no pase".
Esta permisividad del reglamento se debe, entonces, a la necesidad de mantener la competitividad del campeonato y evitar la quiebra masiva de clubes, permitiendo una adaptación gradual y un arrastre de las deudas.
"Los clubes que tengan pasivos de cierto monto no deberían inscribir jugadores"
Miguel Ángel Loor, presidente de la LigaPro, indica que si por él fuera, "nadie o al menos los que tengan pasivos de cierto monto no deberían inscribir jugadores por cinco años o hasta que los reduzcan a cero".
Según el dirigente, lo óptimo sería que los equipos jueguen con juveniles, ya que así se regularizaría el pasivo arrastrado que existe desde "antes de que nazca la LigaPro". Aunque con la consecuencia de que el nivel futbolístico baje.
Loor agrega que para varios clubes, el control económico de LigaPro es "muy exigente". Mientras que, "para otros, capaz sólo uno, debe ser más fuerte".
PRIMICIAS consultó con varios dirigentes de la Serie A sobre cómo funciona el control económico en la LigaPro y todos coinciden en que no se mide con la misma vara, razón por la cual se debe implementar una reforma paulatina sobre este aspecto.
Incluso, uno de los directivos cree que LigaPro juega con la desesperación de los clubes y la necesidad de fichar jugadores. Y menciona que, dependiendo de cada caso, son más estrictos con unos y no tanto con otros.
En este sentido, Santiago Morales, gerente de Independiente del Valle, apunta que "el 'fair play' (juego limpio) no existe en el fútbol ecuatoriano, por las desigualdades".
¿Hacia dónde va el fútbol ecuatoriano?
Santiago Zambrano advierte que el fútbol ecuatoriano está inmerso en una crisis económica muy compleja. Y eso se refleja en que cada vez aparecen más jugadores o entrenadores con la intención de contratar sus servicios como abogado.
Por ejemplo, revela que en El Nacional el panorama es desolador, y que ahora buscan renegociar acuerdos de pago por USD 8.000, divididos en ocho letras de USD 1.000 cada una. Montos que, para la industria del fútbol, son relativamente bajos.
Zambrano resalta que los ingresos por los derechos de televisión le dieron cierta comodidad a los clubes y a sus dirigentes, quienes no se concentraron en generar otro tipo de ingresos. Hoy, eso pasa factura, ya que los equipo cada vez han ido recibiendo menos dinero por este rubro.

También revela que, en el caso de los 'puros criollos', a los asistentes técnicos les pagan con academias de fútbol, con lo cual todo lo que generan va a su bolsillo, para así liquidar las deudas. O al menos acortarlas.
"Yo creo que este año El Nacional pierde la categoría por deudas. Su situación es muy delicada", alerta el abogado, quien trabaja con decenas de futbolistas de Serie A.
PRIMICIAS se contactó con Marco Pazos, presidente de los 'militares', para tener su versión, pero señaló que no hará declaraciones hasta tener solucionados los problemas económicos.

Asimismo, Zambrano insiste en que el fútbol ecuatoriano debe enfocarse en aprender a negociar y vender jugadores. "Por ejemplo, no hay un sistema que te permita tener una cláusula de rescisión en un contrato. A la gente no le gusta vender".
Y sostiene que el sistema de transferencia local es muy bajo y por ese motivo no hay liquidez y flujo entre los clubes. "Ese mercado debe crecer".
Así, la LigaPro afronta un torneo en medio de denuncias de entrenadores como Jorge Célico u Omar Asad, quienes no cobraron la totalidad de sus sueldos, o decenas de jugadores que acuden a FIFA para demandar a clubes por falta de pago. El fútbol ecuatoriano vive una de sus peores crisis financieras. ¿Cuál es la salida?
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