¿Éxito o fracaso? Así funcionan las sociedades anónimas en el fútbol en Sudamérica
Ecuador es el país más reciente de la región en aprobar la figura de las sociedades anónimas en el fútbol. ¿Cuál es la situación de los clubes y las ligas en el continente?

Imagen referencial de sociedades anónimas y fútbol.
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En Sudamérica, la profesionalización del fútbol ha llevado a múltiples reformas legales, siendo una de las más debatidas la figura de las sociedades anónimas deportivas (SAD).
Mientras algunos países las promueven como mecanismos de transparencia, inversión y modernización, otros se aferran a modelos tradicionales de clubes como asociaciones civiles sin fines de lucro.
En Ecuador, esta figura fue aprobada por la Asamblea Nacional en la Ley Orgánica de Solidaridad Nacional, en la sesión del 9 de junio de 2025. Sin embargo, aún faltan reglamentos y normativas para que pueda ser aplicada por los clubes de nuestro país.
¿En qué países de Sudamérica existen las sociedades anónimas en el fútbol, cómo se regulan y qué efectos han tenido en el deporte?
Chile: El modelo obligatorio
Desde 2005, Chile adoptó un modelo obligatorio de sociedades anónimas deportivas para todos los clubes profesionales. Esta decisión fue impulsada por una grave crisis financiera que afectó a gran parte del sistema futbolístico chileno, obligando al Estado a intervenir y reformar la gestión de los clubes.
La Ley 20.019 estableció que los clubes debían transformarse en sociedades anónimas para poder participar en el fútbol profesional. Esto llevó a la creación de empresas como Blanco y Negro S.A. (Colo Colo), Azul Azul S.A. (Universidad de Chile) y Cruzados S.A. (Universidad Católica).
Si bien el modelo ha traído orden financiero y ha facilitado la atracción de inversiones, también ha sido objeto de críticas, por alejar a los socios e hinchas de la toma de decisiones, y por priorizar criterios comerciales por sobre los deportivos.

Perú: Una transición parcial
En Perú, la transición hacia las sociedades anónimas ha sido parcial. Aunque se ha impulsado el modelo desde la Federación Peruana de Fútbol y operadores comerciales, no todos los clubes están obligados a convertirse en SAD.
Hasta 2024, solo cuatro de los dieciocho clubes de la Liga 1 (entre ellos, Sporting Cristal y César Vallejo) funcionaban bajo esta estructura, mientras que otros aún operaban como asociaciones civiles sin fines de lucro. La adopción es voluntaria pero incentivada.
El caso de Sporting Cristal, bajo la gestión empresarial del Grupo Backus, ha sido considerado un ejemplo de éxito por su estabilidad financiera y organización. En contraste, clubes tradicionales como Universitario o Alianza Lima han enfrentado crisis dirigenciales, sin la estructura de una SAD que imponga mayores controles.

Brasil: La libertad de elegir
Brasil aprobó en 2021 la "Lei da Sociedade Anônima do Futebol", que permite a los clubes convertirse voluntariamente en SAD. Este modelo convive con el tradicional de asociaciones civiles, dando libertad a las instituciones para elegir su camino.
Algunos clubes históricos, como Cruzeiro, Botafogo y Vasco da Gama, ya se han transformado en sociedades anónimas, en parte para atraer inversores que los rescaten de sus crisis económicas.
El caso de Cruzeiro fue emblemático, al ser adquirido por el exfutbolista Ronaldo Nazário, lo que permitió ordenar las finanzas del club y retornar a la Serie A. Sin embargo, en Botafogo y Vasco los resultados han sido irregulares, y los hinchas reclaman mayor transparencia a los nuevos propietarios.

Uruguay: Adopción gradual
En Uruguay, las SAD son una posibilidad legal pero no una obligación. Varios clubes de primera división se han convertido en sociedades anónimas en busca de inversión extranjera y estabilidad financiera, como Montevideo City Torque (parte del City Group), Albion y Boston River.
Sin embargo, los clubes más tradicionales como Peñarol y Nacional se mantienen como asociaciones civiles, defendiendo su autonomía y su vínculo con los socios.
El caso de Montevideo City Torque ha sido uno de los más visibles, al convertirse en una filial del City Football Group, lo que ha mejorado su infraestructura y visibilidad internacional. No obstante, aún no ha logrado consolidarse como protagonista deportivo local.

Colombia: Sociedades anónimas en la práctica
En Colombia, aunque no existe una obligación formal, la mayoría de clubes profesionales opera bajo la figura de sociedades anónimas. Este modelo se ha consolidado desde los años 90 como una forma de regularizar las finanzas y profesionalizar la administración.
Millonarios, Atlético Nacional y otros clubes grandes funcionan como sociedades anónimas. Esto ha facilitado la llegada de capital privado, mejores controles internos y una organización empresarial.
Atlético Nacional, bajo la propiedad del grupo empresarial Ardila Lülle, ha logrado consolidarse como uno de los clubes más exitosos del país. No obstante, otros, como Independiente Santa Fe, han sufrido crisis internas a pesar del modelo SAD, lo que sugiere que la figura legal no garantiza por sí sola el éxito.

Paraguay: Una opción permitida
Paraguay permite la existencia de SAD, pero no las exige. Algunos clubes han optado por esta estructura, como Libertad y Guaraní, que han logrado consolidar proyectos deportivos y económicos exitosos bajo este modelo.
No obstante, otros clubes siguen funcionando como asociaciones sin fines de lucro, lo que genera una coexistencia de modelos con distintos niveles de eficiencia y transparencia.
El Club Libertad ha sido uno de los más exitosos con este modelo, obteniendo títulos locales y participaciones constantes en torneos internacionales, gracias a una gestión corporativa sólida.

Argentina: Una disputa legal en curso
Argentina fue durante décadas uno de los países que prohibía expresamente las sociedades anónimas deportivas en el fútbol profesional.
Sin embargo, desde fines de 2023, el gobierno nacional impulsó un decreto para permitir la transformación voluntaria de los clubes en SAD. Esta medida generó una fuerte reacción de la AFA, que prohibió la participación de equipos que adopten esta figura en sus competiciones.
La experiencia de Racing Club, que fue dirigido por una sociedad anónima de 2000 a 2008, pero luego tuvo que volver al modelo de socios por una administración inestable, es usada como argumento por los detractores. Por otro lado, Talleres de Córdoba ha tenido una gestión privada exitosa, aunque sin ser formalmente una SAD.

Bolivia: Estructura legal ambigua
En Bolivia, la legislación sobre el fútbol profesional no es clara respecto a las sociedades anónimas. La mayoría de los clubes funciona como asociaciones civiles, aunque algunos han intentado adoptar estructuras empresariales, sin un marco legal definido.
Esto genera incertidumbre tanto para inversores como para los propios clubes, que operan con limitaciones en cuanto a financiamiento y transparencia.
El caso de Blooming, que ha intentado atraer inversión privada sin respaldo legal firme, refleja las dificultades del modelo actual. La falta de una estructura SAD legal ha contribuido a crisis económicas en clubes como San José, que incluso desapareció del profesionalismo en 2021 y tuvo que refundarse desde las divisiones inferiores.

Venezuela: Entre lo tradicional y lo empresarial
En Venezuela, algunos clubes han adoptado estructuras empresariales para operar más eficientemente, pero no existe una ley nacional que regule las SAD en el deporte.
La situación económica del país ha hecho que muchos clubes recurran a formas mixtas de financiamiento, incluyendo alianzas privadas o control directo de empresarios, sin una formalización jurídica clara.
Caracas FC, bajo control privado desde hace años, ha logrado mantenerse competitivo en el contexto venezolano. En cambio, clubes históricos como Deportivo Italia o Estudiantes de Mérida han sufrido deterioros por falta de inversión y claridad institucional.
Otros casos de la región: México y Estados Unidos
En Estados Unidos, el fútbol profesional no utiliza el modelo de sociedades anónimas deportivas como en América Latina o Europa. En su lugar, los equipos funcionan como franquicias dentro de una liga cerrada (Major League Soccer), bajo un modelo centralizado y comercial.
La MLS posee los derechos de los clubes y jugadores, y los propietarios compran una franquicia con derechos de explotación de una ciudad. No existe ascenso ni descenso, y la propiedad está regulada bajo estrictos controles financieros por parte de la liga.
Este sistema ha facilitado la inversión extranjera y la estabilidad financiera. Equipos como LAFC, propiedad de un consorcio empresarial, y el Inter Miami de David Beckham han mostrado crecimiento sostenido.

México, por su parte, permite y fomenta desde hace décadas la existencia de clubes como sociedades mercantiles, una figura cercana a las SAD. La mayoría de los equipos de la Liga MX son propiedad de empresas privadas o grupos económicos, como Grupo Pachuca, Grupo Orlegi o Televisa.
La legislación mexicana no obliga a los clubes a operar bajo un modelo social o sin fines de lucro, por lo que el fútbol profesional funciona esencialmente como una industria comercial.
Clubes como León y Pachuca han sido exitosos con este modelo, ganando títulos y desarrollando infraestructura. Sin embargo, casos como el de Jaguares de Chiapas, que desapareció tras problemas financieros, muestran también los riesgos del modelo mercantil.
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