¿Así vamos a jugar el Mundial? Las pistas que deja Beccacece tras el empate de Ecuador en Estados Unidos
El amistoso con Estados Unidos debe ser el partido de Ecuador más polémico desde el punto de vista táctico en este año. ¿Al Mundial iremos a jugar al contragolpe?

El seleccionador de Ecuador, Sebastián Beccacece, habla durante una rueda de prensa, en Guayaquil el 7 de septiembre de 2025.
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EFE
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Los amistosos son para probar y siempre será un error sacar conclusiones categóricas tras un partido de este tipo. Pero el discretísimo cotejo de fogueo con Estados Unidos ha disgustado incluso a los defensores del entrenador Sebastián Beccacece con la Tricolor.
El problema del partido en Austin está en que Ecuador fue ampliamente superado en la cancha, así de simple y crudo. En la era Beccacece, la Tricolor siempre se replegó y mostró una solidez ofensiva encomiable (no perfecta, pero sí con una jeraquía establecida) que le permitió retirarse a los camerinos sin haber sido realmente vencida, incluso pese a las salvadas de los arqueros. Ecuador era como Rocky Balboa: aguantaba los golpes y en el momento menos esperado impactaba y hacía daño. Mérito del DT.
Pero, esta vez, Ecuador no demostró por qué alcanzó el segundo lugar de las Eliminatorias. Ni siquiera demostró por qué existe una enorme expectativa para el Mundial, dada la calidad de sus futbolistas. ¿Juego creativo? Nada. ¿Progresión? Tampoco. ¿Juego por las bandas? La única banda que funcionó en Austin fue la de The Strokes. ¿La defensa? Descoordinada, padeciendo hasta en los tiros de esquina y porque los dos 5 fracasaban constantemente.
El estupendo gol de Enner Valencia también es, paradójicamente, reflejo de esta preocupante presentación, pues la estrategia de ataque fue el nunca bien ponderado pelotazo. Lanzar el balón arriba, para ver si alguien puede resolver fue el mayor argumento de ataque. Ecuador no fue, en definitiva, un equipo que construía, sino que estaba a la caza del error ajeno.
Quizás lo que pasó en Austin pasó más por lo mental en algunos jugadores, por la sensación de sentirse abrumados por un equipo que corría como Usain Bolt, aunque por fortuna sin la clase suficiente para traducir en el marcador su superioridad. Si el rival era Francia, hubiera sido demoledor.
La gran duda es si este será el planteamiento para el Mundial, si Ecuador optará por esperar, morder y buscar contras. Como cualquier idea de juego en este deporte, es lícita para ganar con los jugadores correctos; pero, sin manejo de la pelota y sin estado físico, será insuficiente para infundir respeto y ganar los puntos. Veamos qué pasa con México, en el segundo amistoso de esta tanda.
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