Beccacece plantea discutir la localía de la Tricolor en Quito y ya lo quieren arrastrar como a Alfaro
El entrenador de la Selección de Ecuador, Sebastián Beccacece, vuelve a enfurecer a los autonombrados custodios de la dignidad de la Tricolor. ¿Qué dijo ahora?

Hinchas de Ecuador cantando el himno nacional en el estadio Rodrigo Paz Delgado antes del partido con Perú por la Fecha 8 de Eliminatorias, el 10 de septiembre de 2024.
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Sebastián Beccacece ha vuelto a irritar a sus detractores. Bueno, eso pasa cada vez que el entrenador de Ecuador habla, porque simplemente no lo soportan y todo lo que diga lo llevan a la exageración. La nueva polémica tiene que ver con declaraciones suyas sobre la localía de la Tricolor en Quito.
Beccacece plantea algo que, en realidad, se viene discutiendo desde hace un tiempo, cuando comenzó el éxodo de seleccionados a clubes del exterior: ¿realmente jugar en la altitud de Quito sigue siendo una ventaja si los tricolores desarrollan su carrera al nivel del mar?
¡Sacrilegio! ¡Qué horror! ¡Cómo se atreve! Para este grupo de tontivanos, Beccacece desmerece la "gran historia del fútbol ecuatoriano, desde Dusan hasta Alfaro" porque ha planteado que Quito es el principal factor de las clasificaciones a los mundiales.
Más allá de que Ecuador no ha ganado gran cosa en el ámbito de las selecciones, así que no sabemos de qué "gran historia" estamos hablando, Beccacece no ha atacado a nadie. Solamente ha planteado que, quizás, sea mejor alternar en las próximas eliminatorias partidos en Quito con cotejos en otras ciudades a nivel del mar, como Guayaquil, por razones prácticas.
Y ya que hablamos de historia, recordemos cómo se gestó la primera clasificación de Ecuador a un Mundial. Luis Chiriboga ganó la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol a fines del siglo XX con dos promesas de campaña: contratar un director técnico nacional y llevar la sede de la Tricolor a Quito de forma permanente, para aprovechar el factor de la altura. Eso fue público, como también fue evidente que los autonombrados custodios de la dignidad de la Tricolor se retorcieron como babosas salpicadas con sal.
Chiriboga cumplió, pero Carlos Sevilla duró poco en el banquillo por la pésima Copa América y se contrató al 'Bolillo' Gómez para las eliminatorias. En cambio, lo de Quito sí fue establecido como política permanente. La capital se convirtió en el fortín, en la mata de puntos y en un factor físico, pero también psicológico, que afectaba a los rivales. ¿Jugar ahí entre los años 2000 y 2025 desmerecía a los jugadores, los despreciaba, les echaba en cara que sin los efectos de la presión atmosférica de los Andes eran incapaces de ganar? Por supuesto que no.
En todo caso, alternar partidos entre Quito y Guayaquil es una idea que, muy probablemente, Beccacece ya no pueda aplicarla a fondo porque lo más seguro es que deje Ecuador luego del Mundial de 2026. Entonces, no hay razones para este nuevo cargamontón, esta nueva arrastrada a lo Eloy Alfaro que le hacen los papamoscas de siempre.
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