¿Por qué los hinchas de Ecuador recibieron a Brasil con tanto cariño? ¿Traición a la Patria?

El partido del 5 de junio con Brasil está causando polémicas a granel. Que si Ecuador le regaló la cancha al rival por abandonar Quito, que cómo así Beccacece llama a jugadores lesionados, que si Miguelito Parrales se merecía una oportunidad en lugar de Leo Campana... Y ahora se agrega un tema más a los incendiarios debates de X, jungla antes conocida como Twitter: el cariñoso recibimiento que tuvo el equipo de Brasil en Guayaquil.

Los hinchas ecuatorianos que corearon el nombre de Carlo Ancelotti, el flamante entrenador de Brasil, y que vistieron la camiseta verdeamarela en esa inusual bienvenida, son señalados prácticamente como traidores a la Patria. "¿Para eso querían la sede de la Tri, para cantarle al rival?", les acusan. 

Y no solo eso: esos hinchas se convirtieron en una inapelable demostración de que Guayaquil no merecía ser la sede de la Tricolor. ¡Por un puñado de espontáneos admiradores de Brasil, una ciudad de dos millones de habitantes ha sido descalificada! Increíble.

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En realidad, estamos ante exageraciones creadas por personas ansiosas de atención y que hacen del debate en X su negocio, o que tienen en su agenda politizar todos las controversias posibles en torno a la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Alguien se beneficia en las sombras de esta exacerbación de ánimos.

Por supuesto, nadie deja de ser ecuatoriano por tener ese gesto hacia Brasil y su fútbol. Ni tampoco pasaba nada si el Municipio de Guayaquil le daba las llaves de la ciudad, algo que quedó en rumores o que no pasó de las intenciones. Es verdad que Argentina es desde hace 15 años el equipo sudamericano que más admiración causa en Ecuador, pero el fútbol de Brasil siempre representa al de Sudamérica y esa afinidad histórica aún pesa demasiado.

La agitación aumenta por la presencia de Carlo Ancelotti, un sabio del fútbol que ha ganado títulos sin caer en el esnobismo de 'intelectuales' como Pep Guardiola. Verlo comandando a Brasil en Guayaquil es un hito y, como suele ocurrir con estos acontecimientos, no todos pueden comprenderlo en su justa dimensión, al menos no más allá del like.

Deslizarse al patrioterismo es lo que diferencia a la gente que ama al fútbol de la gente que ama postear y escandalizar sobre este deporte, que no es lo mismo. Mejor esperemos al partido para comprobar si Sebastián Beccacece estuvo a la altura del reto que significa jugar ante el Brasil de Ancelotti en el llano, de igual a igual.