Ismael Rescalvo llegó para terminar de arruinar el Centenario de Barcelona SC
Lo realmente terrible es que el Barcelona de Ismael Rescalvo juega mucho peor que cuando lo comandaba Segundo Castillo.

Ismael rescalvo en el partido de Barcelona SC con Liga de Quito, el 24 de julio de 2025.
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Todos, o casi todos, esperaban que Ismael Rescalvo se hundiera con Barcelona SC. Desde que pasó lo que pasó con IDV, una niebla terrorífica sobrevuela sus partidos y era bastante probable que naufragara en el ídolo. Pero llama la atención la velocidad meteórica de su fracaso. ¡Menos mal que decía ser mejor entrenador que cuando pasó por Emelec! ¡Cómo sería si fuese peor!
Lo realmente terrible es que el Barcelona de Rescalvo juega con mucho menos brillo que cuando lo comandaba ese maniquí llamado Sir Second Castle: espantosamente vestido y sumamente tieso para decidir sobre la marcha. Pero con Castillo al menos se peleaba arriba en la tabla mientras se competía en otro frente, la Copa Libertadores. Al extricolor lo despidieron cuando BSC escoltaba a Independiente del Valle con un solo punto de distancia y tras lograr una racha de 12 partidos sin perder.
Ante Liga de Quito se ha tocado fondo. La distancia con IDV se agrandó y Barcelona luce sin fuerzas para acercarse al líder. Y el equipo se ha convertido en un momumento a la inmovilidad. Nadie busca la pelota. Nadie encara. Nadie ejerce una gota de liderazgo. Y, cuando alguien recibe la pelota, no la pasa, sino que se libra de ella como si se desprendiera de un objeto maldito. Imposible ganar así. Imposible competir así.
Esto se agrava por el contexto, muy desolador. La dirigencia canaria soporta una inmensa presión y la pugna del alcalde de Guayaquil (hermano del presidente del club) con el Gobierno Nacional sí repercute en el ambiente. Además, Liga (mejor dicho, uno de los patrocinadores) sacó a pasear sus copas por Guayaquil y eso se transformó en un inoportuno símbolo de un pendiente no resuelto.
El ambiente de fiestas julianas y la censura a dos periodistas impedidos de trabajar en el estadio terminó por enturbiar esta atmósfera, lo que impulsó a algunos hinchas a cantar en el Monumental: "¡Que se vayan todos!" y a otros a retirarse del estadio en pleno partido, descorazonados.
Por supuesto, quedan partidos para revertir esta situación. Pero muchos hinchas ya no tienen esperanza. Están convencidos de que Rescalvo llegó para terminar de arruinar el Centenario de Barcelona. Hasta ahora, va bien.
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