El Mundial 2026 empieza de la peor manera con el sorteo más horrible de la historia
El sorteo del Mundial 2026 ha sido aburrido, largo y sin sabor a fútbol. ¡Todo tan yankee!

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino; el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; la presidenta de México, Claudia Sheinbaum y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, posan durante el sorteo del Mundial 2026.
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EFE
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Los peores augurios comienzan a cristalizarse. Cuando la FIFA anunció que el Mundial de 2026 tendría 48 selecciones participantes, se vislumbró un torneo sin mayores emociones ni calidad, donde el bulto sería lo más importante. Y el hecho de que Estados Unidos sea el coorganizador principal le añade un toque artificial y el sorteo lo ha demostrado: aburrido, largo y sin sabor a fútbol. ¡Todo tan yankee!
Lo sorprendente es, de entrada, la enorme duración del sorteo en esta era en que el grueso de los espectadores viven scrolleando. El sorteo en sí mismo podía resolverse en 15 minutos, pero esta manía de hacer que todo sea como Las Vegas o el premio Óscar lo volvió exagerado.
Los invitados no podían ser más desangelados y ajenos al 'soccer'. ¿Wayne Gretzky, ícono del hockey sobre hielo? ¿Aaron Judge, estrella del béisbol? ¿Tom Brady, del fútbol americano? Solo faltó que pongan a Dwayne Johnson dándode se quiños con John Cena.
Los artistas invitados estuvieron a la altura, pero solo hubiera bastado con un par de números, el del himno oficial y otrito más. Aunque se agradece que hayan cantado en vivo, que Village People se presente con su icónico, añejo (y politizado) 'YMCA' estuvo sobrando. ¡Ah, claro!, fue para que Donald Trump mueva sus brazos y haga algo parecido a bailar luego de que la FIFA le regaló ahí mismo un premio por la paz. ¿Qué era esto, un evento de los republicanos?
Lo curioso es que el mismo Trump aportó con el momento más desopilante del sorteo, al decir que el fútbol americano debería cambiarse de nombre. Bueno, si lo dice alguien que cambió el nombre del Golfo de México en sus mapas, habría que tomarlo en serio.
Lo peor fue el resultado del sorteo mismo, pues la gran cantidad de países participantes y el hecho de que haya tres organizadores cabezas de serie anuló por completo la expectativa de la conformación de los grupos. Prácticamente, no hay partidos interesantes, como si esto fuera la primera fase de la Copa Ecuador.
España-Uruguay y Brasil-Marruecos son lo más interesante. Bueno, habría unos 10 cotejos algo atractivos si rascamos un poco y metemos ahí al Portugal-Colombia, pero es un número bajo porque la fase de grupos tiene 72 partidos. No hay verdadero grupo de la muerte, no hay emotividad, no hay duelos con trasfondo geopolítico ni con antecedendes de clásico. En otras palabras, no hay conversación.
Debido a la magnitud de las eliminatorias, todavía faltan las repescas, por lo que el sorteo dejó grupos que deben completarse el otro año, algo ridículo.
Todo esto es culpa de la ambición. Apegados al esquema "más partidos, más dinero", la FIFA transfomó al Mundial, un evento exclusivamente reservado para los mejores con uno que otro mediocre, en un mero Festival, donde los mediocres son mayoría.
En fin, al menos para los ecuatorianos el grupo se antoja llamativo, pues Alemania y Costa de Marfil son equipos competitivos y habrá espacio para emocionarnos, al menos un poco, en este mar de profundo hastío.
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