Esta ha sido la evolución de las carreras de running en Quito

Inscribirse a una carrera de 5K o 10K en Ecuador antes significaba recibir un número de papel, correr y compartir un circuito sencillo con unos pocos entusiastas. Hoy, estas competencias mueven miles de corredores, involucran marcas, entrenadores, causas sociales y organizaciones que han profesionalizado por completo el panorama del running. Esta evolución ha sido rápida, constante y, sobre todo, visible. 

Lo que inició en 1960 con la “Maratón de los Barrios Quiteños”, hoy conocida como Quito 15K, abrió el camino para que, con los años, surgieran nuevas competencias que hoy reúnen a miles de corredores en todo el país. Esta expansión ha hecho del running no solo una disciplina deportiva, sino una práctica integrada al estilo de vida de muchos ecuatorianos. 

Según Pablo Gonzáles, director de la Quito 15K desde hace 32 años, solo en 2025 el Municipio de Quito registró 118 eventos deportivos. Gonzáles cree que “si hay una gran cantidad de carreras es porque existe una necesidad en la sociedad, actividades que hoy por hoy mejoran la calidad de vida”. 

A la par del crecimiento numérico de los eventos, también hubo un cambio en el sentido de las carreras y el tipo de corredores que las habita. Según Gonzáles, ahora existe una renovación constante de participantes. El running pasó de ser un espacio para atletas experimentados a convertirse en el deporte preferido para varias personas, especialmente jóvenes, que buscan bienestar, salud y una actividad que acompañe su estilo de vida. 

Lorena Vintimilla, presidenta del JP Running Club, comenzó a correr hace apenas cuatro años, sin experiencia previa, y asegura que la motivación se contagia. “Cuando una ve los beneficios del deporte, quiere involucrar a más gente”, dice. Además, considera que el ejemplo de ver a otros impulsa a los demás. Como en el JP Running Club, el fundador tiene 85 años y corre 5K en la Ruta Nocturna. “Ver a un adulto mayor correr te hace pensar, si él puede, ¿por qué yo no?", comenta. 

El aumento de carreras también ha impulsado que estas se profesionalicen. Gonzáles recuerda que hasta inicios de los 2000, muchos corredores competían sin chip, con rutas poco marcadas y con hidratación limitada.  

Vintimilla recuerda que antes un niño con una franela marcaba la ruta, mientras que en la actualidad existen equipos, chalecos, personal capacitado, agentes de tránsito y paramédicos en cada punto clave del recorrido. 

Ahora, incluso las carreras medianas integran cronometraje electrónico, seguros médicos, hidratación responsable, manejo adecuado de residuos e indumentaria técnica pensada para el desempeño de los corredores. A esto se suman kits más completos, activaciones de marcas, espacios para fotografías, shows posteriores y demás. 

Franklin Tenorio, exatleta olímpico y entrenador, cuenta que antes solo los tres primeros lugares recibían medallas, hoy todos los participantes cruzan la meta con una como reconocimiento por su esfuerzo. “Las carreras se volvieron una marea humana porque la gente entendió que el deporte es salud. El trato al deportista debe ser bueno para todos, no solo para los profesionales”, dice el atleta. 

La idea de ‘experiencia’, como eje central del running, impulsó iniciativas con un enfoque distinto. Una de ellas es Warmi Runner, una carrera creada en 2012 por el atleta olímpico Jefferson Pérez, a partir de una historia familiar, pues la madre de Jefferson, quien es no vidente, expresó su deseo por participar en una competencia. 

“Decidimos dejar de pensar en un evento competitivo y crear uno conmemorativo”, explica David Farez, productor de eventos deportivos en JP Sport Marketing, empresa que organiza el Warmi Runner. Esta es una de las carreras de running femenino más grandes del país, con ediciones en Cuenca, Quito y Guayaquil. 

Esta evolución también ha generado expectativas más altas en los corredores. “El competidor busca la experiencia desde el momento en que se inscribe”, señala Farez. Muchos eventos han transformado aspectos que antes eran meramente administrativos, como la entrega de kits o de los premios, en momentos que refuerzan el sentido de comunidad y pertenencia. 

A futuro, los organizadores coinciden en que el país podría aspirar a algo todavía mayor. Para Farez, si las carreras del país lograran unir esfuerzos, Ecuador podría albergar un evento de alto nivel internacional, similar a las grandes majors del mundo. También, Tenorio y Gonzales, consideran que el reto inmediato es sostener la calidad en medio de un panorama saturado de carreras y competidores más exigentes. 

Desde la Maratón de los Barrios Quiteños en 1960 hasta las carreras multitudinarias de hoy, el running en Ecuador dejó de ser un pasatiempo de unos pocos para convertirse en un movimiento deportivo que evoluciona al ritmo de quienes lo corren: jóvenes, mujeres, adultos mayores y principiantes que se encuentran en cada kilómetro, una razón distinta para seguir avanzando. 

Carreras anuales en Quito   

• Warmi Runner (marzo)   
• Quito 15K (junio)   
• Quito Trail (julio o agosto)   
• Liga 10K (octubre)   
• Tenorio Run (noviembre)   

* Escrito por Mayerli Conejo, estudiante de periodismo de la USFQ