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El ascenso de un referente: Hernán Galíndez es figura en Ecuador y disputará su segundo Mundial
Hernán Galíndez se ha convertido en un líder absoluto y un referente en la selección ecuatoriana de fútbol, dentro y fuera de las canchas. Su experiencia y su guía, sobre todo hacia los más jóvenes, ha marcado el camino de la Tricolor hacia el Mundial 2026.

Hernán Galíndez durante un partido entre Ecuador y Estados Unidos en el estadio Q2 de Austin, el 9 de octubre de 2025.
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Hablar de Hernán Galíndez es hablar de convicción, perseverancia y pasión. El arquero argentino nacionalizado ecuatoriano no la tuvo fácil en los inicios de su carrera. Pasó por todas las divisiones formativas de Rosario Central y, después de varias campañas irregulares, descendió de categoría.
"Recibimos amenazas de muerte mis papás, mi abuela, mi hermano y yo. De un día para el otro me dijeron: 'Ándate. No sirves para nada'. La gente en la calle me insultaba y me decía que era horrible tapando. Me fui prácticamente escondido", contó en una entrevista con PRIMICIAS.
Eso le generó mucha incertidumbre al jugador con respecto a su futuro. Incluso, se cuestionó si es que debía seguir jugando fútbol o retirarse.

De todas formas, Galíndez no se derrumbó. Sabía que tenía las condiciones. Y el carácter. Solo necesitaba una nueva oportunidad en el arco. Así llegó la propuesta de Universidad Católica. No lo dudó.
El arquero viajó al país el 18 de enero de 2012. Arribó con su representante y juntos se trasladaron a la Casa de la Selección. Fue su primer contacto con el que casi 10 años después, sin imaginarlo, sería su punto de concentración para decenas de partidos con la Tri.
Lo cierto es que en Universidad Católica y sobre todo en Ecuador encontró su lugar. Se consolidó como titular, ganó experiencia, maduró como futbolista y construyó su reputación, la de un jugador que no se da por vencido y que se apasiona cada vez que pisa la cancha.

Del arquero de clubes al referente de la Tri
La naturalización abrió una nueva puerta gigante. En octubre de 2020, el entrenador Gustavo Alfaro lo convocó por primera vez a la selección ecuatoriana, en reemplazo de Johan Padilla, quien se contagió de Covid.
Su debut oficial llegó el 23 de junio de 2021, en la fase de grupos de la Copa América, en un empate 2-2 ante Perú. Ese torneo marcó su ingreso formal a la Tricolor, y estuvo presente en los partidos restantes hasta los cuartos de final, instancia en la que Ecuador fue eliminado por Argentina.
A partir de ahí, Galíndez se ganó la confianza como uno de los arqueros fijos del plantel. Su desempeño con lo consolidó: mientras tenía continuidad en el fútbol local (y luego en el extranjero), el arco nacional empezaba a reconocer su nombre.

Su mejor momento fue el Mundial de Qatar, en el que atajó los partidos ante los anfitriones, Países Bajos y Senegal. De todas formas, el golpe tanto para Galíndez como para el resto del grupo fue muy grande por la eliminación en la fase de grupos.
Pero más allá de los resultados, lo que siempre ha destacado Galíndez es el "orgullo" que siente cada vez que su nombre está entre los convocados para partidos oficiales o amistosos con la Tri. "No hay nada más lindo que vestir esta camiseta", ha repetido en varias ocasiones.
Y eso ha estado acompañado por rendimientos impecables. Tanto en partidos de las Eliminatorias al Mundial 2026 como en amistosos, el arquero ha sido clave: buenos reflejos, gran juego aéreo y mucha efectividad en el mano a mano. Figura en varios encuentros.

En las últimas Eliminatorias acumuló 12 partidos jugados, un promedio de 0,3 goles por encuentro, 2,5 atajadas cada 90 minutos y un total de ocho vallas invictas. Al mismo tiempo, completó el 65% de pase de los cuales el 91% fueron en campo propio y el 27% en campo rival.
Por eso Galíndez, hoy con 38 años, se ha ganado la confianza, el respeto y la consideración del cuerpo técnico, compañeros, dirigentes e hinchas. Como uno de los más grandes en el vestuario, su aporte ha sido excepcional dentro y fuera de las canchas.
"No decidí nacer en Argentina, pero sí decidí ser ecuatoriano". Con esa convicción, aceptó la capitanía en algunos partidos, incluso frente a la Albiceleste, algo que refleja su compromiso absoluto con un país que le abrió las puertas y le convirtió en un jugador de élite.
Un legado cada vez más firme con Ecuador
La trayectoria de Hernán Galíndez demuestra que el fútbol trasciende fronteras. Su paso de Rosario a Quito, su nacionalización, su lucha por ganarse un lugar, y su paso por clubes y selección construyen una historia de perseverancia y compromiso.
Triunfó en Católica, no le fue tan bien en Universidad de Chile, regresó y salió campeón con Aucas y se ha ganado la confianza en Huracán. A todo lado a donde fue dejó huella: no solo por sus atajadas, sino por su identidad y su convicción de vestir las camisetas con orgullo.

Hoy, con más de una década en el fútbol ecuatoriano, con un Mundial, dos Copas América encima y el reconocimiento de muchos compañeros y aficionados, es uno de los arqueros más emblemáticos de la historia reciente de la Selección.
Y ahora se acerca otro gran reto en su carrera: el Mundial 2026. Seguramente Galíndez será una de las principales esperanzas de Ecuador en este torneo. Al igual que en Qatar, cantará el himno a todo pulmón y no dejará ni una sola pelota por perdida.
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