¿Hay cine ecuatoriano?: la pregunta que encendió la mecha de la muestra de películas que conecta Ecuador con España
"Línea Imaginaria", en Madrid, es la muestra que abre una ventana para que se conozca el cine ecuatoriano en España. Se viene la próxima edición y la convocatoria para enviar las películas está abierta.

La cineasta ecuatoriana María Cristina Carrillo da una entrevista en Radio Nacional de España.
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Archivo particular
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MADRID. Los acentos, los paisajes y todo lo conocido para los migrantes ecuatorianos que viven en Madrid vuelve cada año a la ciudad, a una sala de proyecciones en el céntrico barrio de Embajadores. El sitio es ideal para recibir a los ecuatorianos que, de alguna manera, son embajadores de su cultura como María Cristina Carrillo, la responsable de traer esos trozos de Ecuador que son parte de una muestra de cine que se repite cada otoño.
Esta cineasta y antropóloga retrató a la virgen migrante, La Churona, a inicios de la primera década del 2000 y se quedó en Madrid para hacer un doctorado sobre la migración ecuatoriana. Se acercó a las segundas generaciones y descubrió el desconocimiento que tienen del país de sus padres. ¿Habrá cine ecuatoriano?, le preguntó alguna vez uno de estos jóvenes y sin querer encendió una mecha.
“A los adultos les podía sonar alguna película ecuatoriana, pero a sus hijos, nada. No tenían un lugar donde acceder a ese conocimiento, y pensé que tenía que haber un lugar y un momento, y tenía que ser especial”, cuenta.
No fue fácil abrir ese lugar especial para el cine ecuatoriano en Madrid. Fue necesario tocar las puertas de la Embajada de Ecuador, de asociaciones de migrantes, de universidades… y buscar el apoyo de otros realizadores que también habían emigrado desde Ecuador, el país de la “Línea imaginaria” que dio nombre a la muestra de cine.
Las películas que abrieron la muestra
La primera edición se concretó en 2018 y faltaron manos y recursos para llevarla adelante. Una de las anécdotas que todavía se cuenta es la del esposo de María Cristina que tuvo que agarrar su vehículo e ir al aeropuerto para recoger a los invitados como si fuera un chofer.
Las primeras películas que llegaron a Madrid fueron muy políticas (Con mi Corazón en Yambo, Roldós), reveladoras (Feriado, Mi tía Toty) y dolorosas (Sin muertos no hay carnaval), y convocaron a decenas de ecuatorianos que llenaron la sala de cine pese al escepticismo de los programadores que dudaron en ceder el espacio para un cine desconocido.
María Cristina recuerda los comentarios de sus compatriotas y se vuelve a emocionar.
“La gente lloraba y decía ‘qué bonito vernos en pantalla grande’ o ‘qué bonito escuchar cómo hablamos’".
María Cristina
La reacción del público español también fue muy halagadora, según la organizadora. "Les impresionó mucho el presidente Roldós y descubrir cosas como que una actriz ecuatoriana había triunfado en Francia (Toty Rodríguez)".
La muestra del cine no ha parado desde entonces, ni siquiera durante la pandemia. Ese año se unieron con una plataforma de streaming y ofrecieron algunas películas online de manera gratuita. Además, tuvieron la oportunidad de colocar la promoción en la Gran Vía madrileña, algo reservado para pocos eventos culturales. Ese año colocaron algo muy ecuatoriano en el cartel: el piquero de patas azules en el cartel, en solidaridad con la protesta por la presencia de la flota pesquera china en Galápagos.

Programar la muestra es un año de trabajo sin sueldo y en cada edición se marcan un nuevo reto. “Nuestra apuesta siempre ha sido ambiciosa, queremos estar en la agenda de Madrid y que esto sea una puerta de entrada a Europa”, cuenta María Cristina y añade que la meta ahora es vincular a las segundas generaciones. “Queremos que produzcan cine, así como el EDOC (Festival Internacional de Cine Documental "Encuentros del Otro Cine") forma documentalistas, queremos ser el espacio de formación para los migrantes ecuatorianos”.
Para esta ecuatoriana de 55 años, la iniciativa es un proyecto que le ha dado mucho a nivel personal. “Ha sido poder vivir lo transnacional, estar aquí y seguir vinculada con el cine de Ecuador y tener espacios de diálogo. Siento que he podido unir dos mundos”.
La séptima edición
Pero aunque la sala de cine les reserva el espacio y muchos ecuatorianos (y ahora también españoles) esperan el momento de ocupar una butaca y ver a Ecuador en la pantalla grande, la gestión de fondos sigue siendo "un sufrimiento" para los organizadores.
Las fechas para la séptima edición serán del 24 al 31 de octubre, pero aún esperan la respuesta de dos subvenciones; una de España y otra de Ecuador, que por primera vez ha reconocido la necesidad de apoyar la difusión de la cultura ecuatoriana en el extranjero.
"El cine es arte, pero también es industria, y es súper importante para la promoción del país, Me parece una ceguera enorme no ver el potencial", insiste María Cristina.
La novedad de esta edición es que han creado una convocatoria más amplia para que los realizadores o productores inscriban sus películas hasta el 15 de julio y lleguen todos los largometrajes o cortometrajes que se hayan hecho en el país de la "Línea Imaginaria".
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