Un museo en el que las obras 'cobran vida', una vista 360 de Cuenca y todo lo que se puede descubrir en Todosantos
El complejo Todosantos, en el centro de Cuenca, ofrece una experiencia diferente a los turistas. Aquí se encuentra la primera iglesia de la ciudad, pero también un museo inmersivo, una galería de arte y hasta interesantes opciones gastronómicas.

Espacios del Complejo Todosantos de Cuenca: campanario, horno de leña, museo, el 14 de junio de 2025.
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PRIMICIAS
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De Todosantos se sabe que fue la primera iglesia que tuvo Cuenca. Pero es mucho más que eso: tras esa imponente fachada blanca que se levanta en la ruidosa Calle Larga, está un complejo patrimonial que guarda parte de la historia de la ciudad, pero además, ofrece nuevas experiencias que lo convierten en un destino turístico infaltable.
El complejo patrimonial Todosantos es administrado por las hermanas Oblatas, quienes han decidido abrir los espacios patrimoniales a los visitantes. Y no se guardan nada: aquí se puede tocar las campanas del templo, probar el pan recién hecho en el primer horno de la ciudad, interactuar con las obras del museo, visitar una galería de arte, hasta comer divertidos helados o probar un almuerzo al estilo gourmet.

Una cúpula que esconde una gran vista de Cuenca
El recorrido empieza en un lugar bastante inusual: unas estrechas gradas de madera que llevan hasta la cúpula. En la mitad del camino aparecen los primeros 'tesoros': una exposición con instrumentos musicales antiguos y partituras, que pertenecieron a las hermanas de la congregación del Corazón de María (Oblatas).
Al subir unos peldaños más, se llega a un pequeño cuarto en el que están las campanas que sirven para llamar a misa. Los visitantes pueden ser 'campaneros' por unos instantes, mientras admiran desde lo alto el río Tomebamba y las montañas que rodean a la ciudad.
Hay que hacer un último esfuerzo para llegar a la cúpula, un espacio muy reducido, pero al que vale completamente la pena subir. Desde ahí se tiene una de las mejores vistas 360 de la ciudad.
Los más observadores notarán, al subir y bajar las gradas, que hay vigas y troncos con años grabados. Esas fechas representan las épocas en las que se realizaron intervenciones para restaurar este lugar patrimonial.
Una iglesia llena de historia
La iglesia esconde otros tesoros, desde importantes obras religiosas hasta vestigios que recuerdan el origen de la capital azuaya. En el piso hay una ventana con piedras de distintos tamaños, que a simple vista, parecen comunes.
Pero, en realidad, esa imagen es la representación visual de la historia de Cuenca: a un lado hay piedras cañaris, que fue la primera cultura asentada en esta región; luego están las grandes rocas que usaron los incas en la época del Tahuantinsuyo. Finalmente, está el adoquín que trajeron los españoles en la conquista.
De hecho, el lugar en el que hoy se encuentra la iglesia de Todosantos fue antes un 'ushnu', que es como se conocía a las pirámides o plataformas que construyeron los incas. Estos espacios se usaban para realizar importantes ceremonias.
Y de la época cañari-inca, pasamos a la influencia de los españoles: la religión. Hay varias obras de arte religioso, incluyendo un Cristo crucificado que fue tallado por el escultor cuencano Miguel Vélez.
Un museo donde las obras 'cobran vida'
Pero el recorrido histórico es apenas el inicio de la experiencia que ofrece este complejo patrimonial. La siguiente parada es el museo, que hoy tiene disponible una muestra tiene realidad aumentada.
La hermana Patricia Guallpa, administradora del Complejo Todosantos, es la encargada del recorrido por el museo. Ahí se encuentra la muestra inmersiva 'Educadoras, arquitectas del futuro'. Antes de ingresar, es necesario conectarse al Wifi y descargarse una aplicación.
Aquí, los visitantes pueden interactuar con la muestra. Para hacerlo, solo deben escanear un código que está en las obras. En algunos casos, podrán escuchar las audioguías, y en otros, algo mejor: ver obras teatralizadas de las maestras que protagonizan esta exposición.
Las imágenes que aparecen fueron trabajadas con mucha dedicación. La empresa a cargo realizó un casting y recreó las escenas que se ven, contó a PRIMICIAS la hermana Patricia Guallpa.
De esta forma, podemos conocer más de mujeres como Dolores Caguango, Dolores J. Torres o escuchar un inspirador discurso de Angélica Carrillo, una educadora ecuatoriana que fue pionera en los derechos de la mujer.
El horno de leña más antiguo de Cuenca
Tras caminar por uno de los jardines patrimoniales que tiene el complejo, se llega a uno de sus rincones más llamativos y bien conservados: la panadería Santo Pan, en donde está el horno de leña más antiguo de Cuenca, que data de 1820.
A pesar de sus 200 años de antigüedad, el horno de leña funciona y ahí se hornea pan todos los días. Desde las tradicionales rodillas de cristo -un pan muy popular en Cuenca- hasta focaccia. Es un buen momento para tomar un café o descansar, porque aún hay cosas por mirar.
Arte y gastronomía
Tan solo a unos metros de la cafetería hay una sala que, en junio de 2025, acoge una muestra de la galería Espacio Arte, de María Susana Rivadeneira. Hay dos exposiciones: Los saberes de la ebanistería, con obras del artesano Javier Gavilanes, y Sinopsis de la Luz, de Carlos Vaca.
También hay un espacio para adquirir productos hechos por manos ecuatorianas: artesanías, ropa, obras de arte, entre otros.
En las mismas instalaciones del complejo patrimonial funciona el restaurante Curú, que ofrece una propuesta gastronómica diferente, con cocina de autor y uso de los productos locales, a un precio accesible. Está abierto de lunes a viernes.
En la parte posterior del templo hay una terraza mirador, que hoy es un espacio al que se puede llegar y disfrutar de la vista de la ciudad, mientras se saborea la propuesta gastronómica de Popular Terraza.
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