El 99% de la colección del Museo Nacional no se exhibe: La urgencia de un espacio seguro para la memoria del Ecuador
Miles de piezas patrimoniales no pueden exhibirse por falta de infraestructura adecuada. Expertos explican por qué es imprescindible un nuevo museo que garantice su conservación y acceso público.

Figuras custodiadas en la Reserva del Museo Nacional de Ecuador, en Quito, 15 de julio de 2025.
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En la reserva del Museo Nacional del Ecuador, en Quito, se resguarda un patrimonio invaluable que pocos han visto. Son miles de piezas arqueológicas, bibliográficas y documentales que narran la historia del país desde las culturas originarias hasta la época contemporánea. Sin embargo, el 99% de esta colección permanece oculta al público.
El motivo es simple pero grave: el edificio actual, ubicado en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, no cuenta con las condiciones técnicas para garantizar la seguridad y la preservación de estos bienes. La falta de espacios con control de temperatura, humedad y luz, así como sistemas de seguridad de última generación, impide su exposición continua.
“Cada material requiere un ambiente específico. No es lo mismo conservar un libro de pergamino del siglo XV que una pieza de cerámica Valdivia de hace 6.000 años”, explica a PRIMICIAS Carla Freile, subsecretaria de Memoria Social del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
“Una biblioteca con documentos coloniales necesita estabilidad ambiental absoluta para evitar que el papel, el cuero o el pergamino se deterioren. Y los vestigios arqueológicos como textiles, semillas o restos humanos, requieren condiciones controladas para que no se activen procesos de degradación”.
Carla Freile
Por esta razón, de los más de 63.000 bienes arqueológicos que custodia la reserva, apenas una pequeña fracción puede exhibirse. El resto se mantiene en espacios internos, accesibles solo para investigadores. Lo mismo ocurre con el Archivo Histórico, que conserva cerca de 90.000 bienes documentales, entre manuscritos, mapas coloniales, fotografías y material audiovisual.
Daniela Zúñiga, archivista del Museo Nacional, lo resume así: “Tenemos partituras originales, planos históricos, fotografías en papel y negativos de valor incalculable. Pero todo esto permanece en depósitos especializados porque no podemos arriesgarnos a que se deterioren. Sin infraestructura adecuada, no hay forma de garantizar que este patrimonio sobreviva para las próximas generaciones”.

La misma realidad se vive en la Biblioteca de Ciencias Humanas, donde se guardan cerca de 218.000 libros, incluyendo joyas bibliográficas como La Verdad de Santo Tomás de Aquino de 1480, declarado parte de la Memoria del Mundo por la UNESCO.
“Conservamos libros incunables y primeras ediciones que son irreemplazables. Nuestro trabajo es mantenerlas en perfecto estado porque no son solo patrimonio del Ecuador, sino de la humanidad”
Leonel Sánchez, responsable de la biblioteca.
El anuncio del nuevo Museo Nacional
La falta de un espacio moderno y seguro ha reactivado el debate sobre la necesidad de construir un nuevo Museo Nacional, un proyecto que el presidente Daniel Noboa anunció en la ceremonia de su posesión. Según la propuesta oficial, el nuevo edificio contaría con tecnología de última generación para conservación y exposición, permitiendo que un mayor porcentaje de la colección sea accesible al público.
Actualmente, apenas se exhibe el 1% de la colección nacional. Esto afecta el servicio cultural que se puede ofrecer a la ciudadanía”.
Carla Freile
La idea de un museo con reservas incorporadas alrededor de los espacios expositivos no solo facilitaría la rotación de piezas, sino que también garantizaría su preservación para las futuras generaciones.
Alejandra Martínez, responsable de la Reserva Arqueológica, destaca que esta colección no es solo un conjunto de objetos, sino un legado vivo. “Estos espacios guardan la memoria de nuestros ancestros, su sabiduría y cosmovisión. Cada pieza tiene una energía que nos conecta con quienes habitaron este territorio antes que nosotros. Necesitamos devolverles el respeto que merecen y mostrarlos de manera digna”.
Patrimonio en silencio
Hoy, en los depósitos del Museo Nacional descansan piezas como el “Sol de Ecuador”, una máscara ceremonial que simboliza la unión de los mundos espirituales, o cráneos con deformaciones intencionales que revelan jerarquías sociales precolombinas. Pero también hay objetos coloniales, fotografías que retratan el desarrollo del país en el siglo XIX y primeras ediciones de clásicos de la literatura nacional.

Todos ellos esperan por un espacio que permita exhibirlos sin poner en riesgo su integridad.
Por ahora, las reservas siguen custodiadas en silencio, a la espera de un lugar adecuado para su traslado.
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