“No todo lo que duele destruye”, dice 'La Flaca' Guerrero durante conferencia en Ecuador
En recuperación y de regreso a Ecuador, María Teresa 'La Flaca' Guerrero revela cómo nació su lema “Cruza la ola”, una filosofía construida durante su tratamiento contra el cáncer de ovario.

‘La Flaca’ Guerrero durante su intervención en Guayaquil, donde compartió su testimonio tras enfrentar un cáncer de ovario, el 4 de diciembre de 2025.
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María Teresa Guerrero
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María Teresa ‘La Flaca’ Guerrero subió al escenario temblando de nervios, pero decidida a contar la historia que —según dijo— se convirtió en “la carrera que no elegí, pero que me tocó correr”.
Durante su intervención en el evento 'Invencibles', organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil, con la participación de María Teresa Guerrero y el conferencista y escritor mexicano Daniel Habif, la ecuatoriana habló del proceso que inició cuando recibió un diagnóstico que sintió “como una sentencia de muerte”, pero que terminó convirtiéndose en un eje transformador.

“Cruzar la ola” —su nuevo lema— nació precisamente de esa etapa. Para ella, vencer el cáncer no fue vencer un tumor, sino “vencer al miedo”.
“Esa ola gigante que aparece con cualquier diagnóstico, que nadie puede cruzarla por ti. Tu familia quiere acompañarte, tus amigos quisieran cargarte, pero es una ola transparente que solo tú puedes atravesar”.
María Teresa Guerrero
Aunque mencionó brevemente que los primeros síntomas fueron confundidos y que el diagnóstico llegó tras insistir en exámenes adicionales, prefirió no detenerse en el detalle médico.
Lo importante para ella fue lo que vino después: entender que la quimioterapia “no era una prueba de velocidad, sino de resistencia”, y que incluso en los momentos más duros descubrió un amor más profundo por la vida.
La historia de amor y la importancia de la “manada”
“Y, aunque parezca raro, desde que tengo cáncer, nunca he sido tan feliz en mi vida”, llegó a decir.
"El cáncer puede ser extremadamente desgarrador, pero al mismo tiempo profundamente hermoso, porque he visto el amor más profundo, como nunca antes".
María Teresa Guerrero
Además, aseguró que le "enseñó a disfrutar cosas que antes no sabía que tenía: un café, una conversación, el perdón. La enfermedad no cambia, pero tú sí puedes cambiar”.

Su pareja jugó un papel decisivo en el proceso. “Cuando nos conocimos, él me contó que también tuvo cáncer. Tenía una empatía increíble. Cuando le dije mi diagnóstico, me dijo: ‘Quédate conmigo en Texas, yo te voy a cuidar. Yo me voy a encargar de ti’”.
A él se sumaron su familia y amigos, a quienes llama su manada: “Uno no puede pasar un diagnóstico solo. Necesitamos a esa gente que te sostiene cuando tú no puedes sostenerte”.
El Ironman más largo de su vida
Para una deportista acostumbrada a los maratones y triatlones, comparar su proceso con una competencia es inevitable.
“El cáncer fue mi Ironman más largo: una natación de lágrimas, un ciclismo de quimio y un maratón de fe. Aprendí que el cuerpo puede quebrarse, pero el alma, cuando se apoya en Dios y en el amor, se vuelve más fuerte que nunca”.
María Teresa Guerrero
Hoy celebra haber terminado la etapa más fuerte del tratamiento —aún continúa con mantenimiento—, pero pausa y sonríe: “Pero estoy viva. Estoy aquí. Y amo la vida”.
“No todo lo que duele destruye, a veces te reconstruye”
Con esa frase cerró su testimonio, que arrancó aplausos y lágrimas entre los asistentes. “Yo ya no soy la mujer que entró al quirófano temblando de miedo. Hoy soy una mujer que aprendió a soltar, a creer, a agradecer”.
Su mensaje final fue para quienes también enfrentan una ola propia: "Todos tenemos una ola que cruzar, no solo yo, la mía fue el cáncer, la tuya puede ser una perdida, la enfermedad, el duelo, una decepción, puede ser cualquier cosa y hay que cruzar esa ola".
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