Chespirito: El episodio 7 destroza a Florinda Meza y la retrata como la gran villana, pero ¿realmente fue así?
El penúltimo episodio de la serie 'Chespirito: sin querer queriendo' altera el orden de acontecimientos de la vida real para dejar planteada una infidelidad que no pasó de esa manera.

Escena de la serie 'Chespirito: sin querer queriendo'.
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HBO Max
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El séptimo episodio de la serie 'Chespirito: sin querer queriendo' ha sido demoledor para la imagen de la actriz Florinda Meza, que en esta ficción es retratada como la gran villana por involucrarse con hombres casados, traicionar a su prometido y entrometerse con altanería en los programas de Roberto Gómez Bolaños como si tuviera un rango más allá que el de intérprete. "¡Es una bruja!", exclama el personaje de Ramón Valdés. Hoy la llamaríamos "tóxica".
¿Fue así de contundente, como lo miramos en el episodio 7 de 'Chespirito: sin querer queriendo', la serie en español más comentada del año? Pues no fue para tanto, pero ahí está el poder de la ficción. Por culpa de Alejandro Dumas, por ejemplo, un lector casual cree que el cardenal Richelieu era un malvado, pero no fue así. ¡Pero sin la villanía de Richelieu no funcionarían 'Los tres mosqueteros'!
Este séptimo episodio es épico porque ahí confluyen todos los flashbacks que aparecieron en los seis episodios anteriores relacionados con el célebre rodaje de 'El Chavo' en Acapulco. Ya todo tiene sentido desde la narrativa de la serie: la frustración de Carlos Villagrán, la desazón de María Antonieta de las Nieves, el éxito que desborda a Chespirito y destruye su matrimonio, y la infidelidad que comete Roberto Gómez Bolaños con Florinda Meza en Chile, que en esta ficción es llamada Margarita 'Maggie' Ruiz para evitar líos legales.
La serie necesita a un villano estelar y el poder del guion, controlado férreamente por dos hijos de Roberto Gómez Bolaños (¡no contaban con su astucia!), le otorga ese rol a Florinda Meza. Y la serie también necesitaba un punto culminante, y el rodaje en Acapulco calza perfectamente: qué más desolador que el trascámaras de un hito de la televisión de América Latina, donde el elenco asiste a un derrumbe colectivo entre rumores de pasillo, ternos de baño y cocos con ron.
Pero los hechos han sido invertidos para generar esta indignación. En realidad, primero ocurrieron las grabaciones en Acapulco (mayo de 1977) y después llegó la infidelidad en Chile (octubre de 1977), que ya ocurrió en un contexto diferente. No fue cierto que Chespirito grabara aquellas escenas playeras carcomido por la culpa de su acostón en Chile.
Bueno, quizás culpa sí sentía, pero porque fue infiel varias veces a su esposa Graciela con mujeres que aparecían y se iban, un aspecto que la serie no aborda. Era un picaflor, pero omitir esa faceta de su vida perjudica enormemente a Florinda Meza, expuesta a un exagerado moralismo.
La propia actriz lo contó delante del mismo Roberto Gómez Bolaños en una entrevista: no quería involurarse con él porque era consciente de sus continuas infidelidades. Y cuando acordaron ser pareja, no fue tan a escondidas y lo hicieron pactando un compromiso de cómo manejar su relación en público. Florinda Meza impuso sus condiciones, eso sí. Se convirtió en su guardiana, algo que la serie sí refleja pero como un ingrediente dramático de la pugna entre esposa y amante.
Sobre Acapulco, tampoco fue verdad que en ese lugar todo el universo de Chespirito se destrozó, pues el elenco original siguió grabando episodios de 'El Chavo' y saliendo de gira por América en los siguientes meses. En todo caso, fue un peldaño más en la escalera que los llevaba a la decadencia y a la irremediable separación.
A ver qué nos muestra el octavo y último episodio de 'Chespirito: sin querer queriendo'.

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