La isla Puná representa el 41% del territorio de Guayaquil, pero aún enfrenta rezagos en obras y servicios básicos
Con la entrega de una nueva unidad médica y una planta de agua potable, el Municipio de Guayaquil busca atender demandas históricas en la isla, que ha enfrentado exclusión en el acceso a servicios.

Vista de uno de los muelles de la isla Puná, 128 kilómetros al sur del Puerto Principal, en el Golfo de Guayaquil, este jueves 31 de julio de 2025.
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La isla Puná, un territorio rural que con 919 kilómetros cuadrados y sus islas aledañas representan el 41% de toda la extensión territorial de Guayaquil, experimentó un nuevo hito con la inauguración de una Unidad Médica Municipal, valorada en USD 3,5 millones , y con una segunda planta potabilizadora de agua, a un costo de USD 4 millones.
Sin embargo, las voces de sus habitantes revelan que persisten desafíos en el acceso a servicios básicos de calidad, evidenciando las brechas históricas que enfrenta este territorio insular, una zona de riqueza natural y productiva del Golfo de Guayaquil.
La nueva planta de agua beneficiará a más de 6.000 habitantes de siete comunidades del sur de la isla y se suma a los esfuerzos municipales por atender las necesidades de los 17.400 pobladores distribuidos en 29 comunidades. Puná se ubica a 124 kilómetros al sur de Guayaquil.
Esta inversión se produce seis años después de la primera planta desalinizadora inaugurada en 2019, en la administración anterior, cuyo funcionamiento aún genera reparos entre los residentes de la cabecera parroquial.
Anderson Chávez, presidente de la junta parroquial de Puná, confirmó que la nueva planta de agua abastecerá a comunidades ubicadas a más de 60 kilómetros de la cabecera parroquial. "Estamos hablando de zonas como Campo Alegre, Río Hondo, Cauchiche, que están a 39 kilómetros al sur de la cabecera parroquial, y Puná Vieja, la zona más lejana a 25 kilómetros adicionales", explicó.
La calidad del agua en Puná
No obstante, la experiencia con la planta de 2019 ha generado desconfianza entre algunos pobladores. Matilde Chávez, vecina de la isla, expresó sus reservas sobre la calidad del agua suministrada: "Es agua que sirve para labores domésticas, pero no se puede tomar, nos da picazón en el cuerpo porque es agua salobre. Viene del mismo mar y no sirve para consumo".
Ella y sus vecinas señalaron que muchas familias continúan comprando agua de pozo, pagando USD 0,25 por "poma" porque el bidón de agua procesada alcanza en la isla USD 12,75. "Todos los días tenemos que comprar agua porque la de la planta no nos satisface para beber", añadió.
En respuesta a estas inquietudes, el presidente presidente de la junta parroquial defendió la calidad del agua, asegurando que realizaron visitas técnicas con el concejal Manuel Romero para verificar su potabilidad. "Hemos constatado que el agua es cien por ciento segura para consumir. Quizás por malas conexiones internas en los hogares se ve afectada o por la costumbre de tomar agua de pozo, más dulce, existe resistencia al cambio", argumentó Chávez.

Una respuesta a un problema crítico
No obstante, la inauguración de la Unidad Médica Municipal, valorada en USD 3,5 millones, genera alivio en una población que históricamente ha enfrentado limitaciones severas en atención sanitaria.
Los testimonios ciudadanos apuntaron a deficiencias críticas en el sistema de emergencias que ofrece un dispensario del Ministerio de Salud Pública (MSP) en la parroquia rural.
Ericka Banchón, habitante de Puná, narró un caso que ilustra las limitaciones que espera se vean salvadas con el nuevo centro municipal de salud: "Hace un mes tuvimos el accidente de un joven impactado por un carro. La encargada del dispensario del Ministerio de Salud dijo que no podía dar la orden de atención porque los médicos estaban libres ese día. No lo atendieron aquí y tampoco autorizaron el traslado en ambulancia fluvial", señaló.
La residente explicó que, en emergencias, los pobladores deben asumir por cuenta propia el traslado a Guayaquil, proceso que implica costos y tiempo crucial. El servicio de lancha rápida toma una hora y media hasta la ciudad.
"Hay veces que la ambulancia fluvial no funciona o no quiere atender. Las personas tienen que tomar una lancha particular", detalló Banchón, quien celebró que los médicos de la nueva unidad municipal vivan en la parroquia y que el centro cuente con un helipuerto para la atención de emergencias mayores.

Electricidad: el olvido de las islas menores
Máximo Chalén, de 64 años y residente de Puerto Salinas, representa la realidad de las comunidades más pequeñas del Golfo. Su isla, con 150 casas y más de 1.000 habitantes, lleva cuatro años sin servicio eléctrico tras el daño de la planta municipal que no duró ni un año en funcionamiento, dijo.
Él llegó a la primera sesión itinerante del Concejo Municipal en Puná, este jueves 31 de julio de 2025, a realizar un pedido al Alcalde de Guayaquil sobre la rehabilitación el sistema de electrificación en su comuna.
"Hay familias que han comprado pequeños generadores, pero no abastecen. Vivimos como a inicios del siglo pasado y tenemos que traer hielo de Guayaquil", relató. Los generadores a gasolina solo funcionan dos o tres horas diarias debido al alto costo del combustible.
Para el agua, en Puerto Salinas dependen de un barco que les vende tanques de 55 galones a USD 3 cada uno, compra que realizan cada semana o cada 15 días, según el consumo familiar
Compromisos municipales y proyectos en desarrollo
El alcalde Aquiles Alvarez, quien escuchó pedidos ciudadanos respecto a obras de infraestructura y servicios públicos, anunció que se están ejecutando inversiones por USD 75.000 en alumbrado LED para Puná, con planes de instalar luminarias solares en Puerto La Cruz, Puerto Salinas, Puerto Libertad y Puerto Roma en los próximos 60 días.
Un proyecto estratégico es el puente vehicular que conectará Puná Baja con Puná Alta, cuyo estudio técnico supera los USD 900.000. El proyecto está en fase final para ser elevado al portal de compras públicas. "Con esto nos vamos a ahorrar 15 kilómetros de vuelta para conectarnos entre Puná Alta (parte de la cabecera parroquial) y Puná Baja", explicó.
Anderson Chávez confirmó que el puente tendrá aproximadamente 150 metros de longitud y facilitará el acceso de agricultores, pescadores y estudiantes entre las zonas de la isla.
La comunidad también solicitó la construcción de un mercado municipal y del malecón del sector Barrio Lindo a fin de aumentar el turismo en la parroquia, algo a lo que el alcalde se mostró dispuesto, mientras avanzan trabajos de repotenciación del muelle municipal.
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