Resumen 2025 | Estos fueron los cinco momentos de más tensión entre Estados Unidos y Venezuela

Después de que las autoridades electorales de Venezuela afirmaron, sin presentar las actas, que Nicolás Maduro había sido reelecto como presidente del país sudamericano, Estados Unidos informó en enero que no reconocía a su régimen como legítimo.

Un mes después, en febrero, Trump canceló las concesiones que permitían que Venezuela exporte petróleo a Estados Unidos, que hasta entonces se mantenían a pesar de las sanciones contra Caracas.

La presión económica y diplomática contra Venezuela aumentó más en abril, cuando entró en vigor un arancel del 25% anunciado en marzo para los países que compren petróleo venezolano.

A inicios de agosto, casi a la par que el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció que aumentaba la recompensa que ofrece para la captura de Maduro, se supo que Trump había ordenado en secreto a las fuerzas militares que planifiquen ofensivas (por mar y tierra) dirigidas a carteles de droga en América Latina.
​
Para el 20 de ese mes, también se supo que Trump dispuso el despliegue de los primeros navíos de guerra (USS Gravely, USS Jason Dunham, USS Sampson) al sur del mar Caribe, cerca de Venezuela.

A estos se les sumó la movilización de aviones de combate a Puerto Rico y un submarino de ataque de propulsión nuclear.
​
​En la última semana de agosto, también se conoció sobre la orden de desplegar tres buques anfibios de Estados Unidos: el USS San Antonio, USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale.

​Como respuesta, Caracas anunció el despliegue de sus buques de guerra en sus Costas, la activación de "millones" de milicianos y, en los meses posteriores, la realización de maniobras militares en el borde costero.

El 2 de septiembre, Estados Unidos anunció la destrucción de una lancha en el Caribe, frente a las costas venezolanas, después de asegurar que la embarcación era usada por supuestos miembros del Tren de Aragua para transportar drogas.

A finales de septiembre, la prensa estadounidense reportó que el Departamento de Guerra convocó a cientos de generales en todo el mundo a una inusual reunión urgente.

El 21 de octubre, la administración Trump empezó a dirigir ataques destructivos a supuestas embarcaciones narcotraficantes en el Pacífico.

A bordo de una de estas lanchas había un ecuatoriano que logró sobrevivir y quedó en libertad en Ecuador tras no encontrarse procesos en su contra.
​
​Hasta la fecha, más de 80 personas han sido asesinadas en estas acciones ofensivas por parte de las fuerzas estadounidenses.
​
​Estos ataques han recibido cuestionamientos por parte de organismos internacionales, como la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Human Rights Watch (HRW), así como gobiernos extranjeros y congresistas demócratas y unos pocos republicanos en Estados Unidos.

Donald Trump confirmó, el 16 de octubre que había autorizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a realizar operaciones encubiertas en Venezuela, después que el New York Times publicó un reportaje en el que reveló que altos funcionarios de Estados Unidos dijeron que el republicano aprobó que los agentes lleven adelante "operaciones letales", que incluían la posibilidad de quitar a Maduro del poder.

Pocos días después, el 22 de octubre, Trump empezó a decir que Estados Unidos se preparaba para realizar ataques por tierra, como parte de su estrategia militar en contra del narcotráfico. El anuncio ocurrió, además, en medio de una creciente tensión diplomática entre Washington y Bogotá.
​
A finales de mes, las fuerzas estadounidenses realizaron ejercicios militares conjuntos con Trinidad y Tobago, país insular del Caribe que está ubicado a solo 11 kilómetros de las costas venezolanas. En esta nación caribeña se empezó, además, la instalación de un radar de largo alcance.

Un mes después, el 26 de noviembre, República Dominicana anunció que autorizaba a Estados Unidos a usar dos de sus aeropuertos para los operativos militares en el Caribe, tras una visita de Pete Hegseth, el secretario de Guerra norteamericano, a este país.

El 10 de diciembre, en otra faceta de las maniobras militares de Estados Unidos, la Guardia Costera norteamericana interceptó e incautó un buque petrolero en el Caribe, que estaba sancionado por transportar crudo venezolano para Irán.

Según Pamela Bondi, la fiscal general estadounidense, el tanquero estaba involucrado "en una red ilícita de distribución de petróleo que apoyaba a organizaciones terroristas extranjeras".
​
​Caracas denunció la maniobra de las fuerzas estadounidenses como un "asalto militar, secuestro y robo al estilo de los piradas del Caribe".

Según plataformas de monitoreo de embarcaciones y documentos internos de la petrolera estatal venezolana PDVSA citados por medios como la BBC y New York Times, el buque Skipper había salido de Venezuela con 1,8 millones de barriles de petróleo, y 200.000 de ellos fueron transferidos a otro navío antes de la intercepción de la Guardia Costera de Estados Unidos.
​
Tras la incautación, Estados Unidos anunció nuevas sanciones a seis compañías marítimas dedicadas al transporte de petróleo venezolano.
​
​El 15 de diciembre, el gobierno de Trinidad y Tobago informó que autorizó que aviones militares de Estados Unidos ocupen los aeropuertos del país caribeño. El mismo día, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, anunció que Caracas cancelaba inmediatamente sus contratos, acuerdos y negociaciones para suplir gas natural a Puerto España.