Gobiernos en jaque: la legitimidad se desvanece de a poco en Perú, Colombia y en Venezuela
La crisis política y la presión social desgastan las ya golpeadas gestiones de los mandatarios Dina Boluarte, Gustavo Petro y, sobre todo, la de Nicolás Maduro.

Imágenes de los presidentes Dina Boluarte, Gustavo Petro y Nicolás Maduro.
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PRIMICIAS
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Aunque Suramérica está acostumbrada a las crisis, la situación política en los países del norte está llegando a un nuevo clímax. Los gobiernos de la peruana Dina Boluarte, el colombiano Gustavo Petro y el venezolano Nicolás Maduro sufren el desgaste de sus criticadas administraciones.
Además, todos se ubican en el fondo de la escala de popularidad de la región, solo superados por el boliviano Luis Arce, que lideró la histórica derrota de la izquierda en las recientes presidenciales de su país. Gustavo Petro tiene apenas un 36,2% de aceptación; Nicolás Maduro, un 28,5%, y Dina Boluarte, un 24,9%.
Los problemas internos y externos siguen acorralando a estos mandatarios, que se niegan a reconocer las falencias de sus administraciones y a aceptar sus errores. Y la coyuntura tiene a los ojos de la comunidad internacional observando sus administraciones.
Estos países comparten, además, amistades y enemistades entre ellos. Por ejemplo, Colombia y Perú están enredados en la disputa por la isla Santa Rosa; Boluarte no reconoce a Maduro como presidente; mientras que Petro lo respalda e incluso niega la existencia del venezolano cartel de los Soles.
¿Qué exactamente sucede en cada uno de estos países?
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Perú
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La 'heredera' del caído Pedro Castillo, enfrenta varios problemas. La mandataria Dina Boluarte enfrenta numerosas investigaciones en la Fiscalía, por las muertes de al menos de 59 personas durante la ola de protestas acontecida tras su llegada al poder, además de otras indagaciones por enriquecimiento ilícito.
La presidenta, que se encuentra en su último año de mandato, es investigada también por el caso 'Rolexgate' por haber recibido presuntamente sobornos en forma de regalos de lujo y por presunto encubrimiento en la fuga de Vladimir Cerrón, el líder del partido de corte marxista Perú Libre.
También pesa sobre Boluarte una investigación por no haber informado públicamente que estaría temporalmente incapacitada al someterse a una serie de cirugías estéticas y supuestamente haberse falsificado su firma en documentos oficiales durante su estancia en la clínica.
A la Mandataria también se la critica por intención de abandonar el Pacto de San José y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, su silencio cómplice tras la liberación del expresidente Alberto Fujimori, decretada por el Tribunal Constitucional; por duplicarse el sueldo en su último año; y por las extensas protestas en su contra durante 2023.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, en una fotografía de archivo el 28 de julio de 2025 durante un congreso en Lima.John Reyes / EPA / EFE - 2
Colombia
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Colombia fue sacudida este jueves, 21 de agosto de 2025, por dos atentados dirigidos contra un helicóptero de la Policía y una base aérea que dejaron al menos 18 muertos, lo que generó reacciones de varios países, incluido Ecuador, y la Organización de Naciones Unidas.
Esto sacudió al país apenas 10 días después de que falleciera el aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay, después de que fuera herido en otro atentado.
Ante el deterioro de la seguridad, con decenas de miles de desplazados, miles de asesinatos y secuestros, distintos sectores exigieron acciones contundentes contra los grupos armados ilegales. Petro respondió que declararía como "terroristas" al Clan del Golfo, la principal banda criminal, y a dos disidencias de las FARC, el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia.
Pero, de frente a su último año de gestión, el mandatario colombiano enfrenta una serie de problemas crecientes: la mala relación con su vicepresidenta Francia Márquez; la gran inestabilidad ministerial; las promesas fallidas de asamblea constituyente y hasta la paz total; las más de 50 reformas legales que no cuajaron; la denuncias de corrupción contra su entorno cercano.
Sin contar el cruce de acusaciones con su excanciller Álvaro Leyva que expuso en redes sociales una supuesta adicción a la cocaína por parte del mandatario colombiano y al que el mismo Petro acusa de un presunto intento de golpe de Estado.
Toda esta situación ha restado credibilidad y espacio de maniobra a Petro, quien intoxica más el ambiente con su comunicación personal, tanto en discursos como en la red social X. Varios de sus mensajes han sido calificados de indescifrables o erráticos, lo que causa confusión, críticas y burlas.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en un evento de inauguración en Caloto, departamento de Cauca, el 30 de julio de 2025.Joel González / Presidencia de Colombia - 3
Venezuela
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La situación de Venezuela escaló a un extremo inesperado: el país se debate entre la duda de una intervención militar de Estados Unidos y la represión del chavismo.
Esto debido a la tensión en medio del despliegue de buques militares de Estados Unidos al mar Caribe, tras lo cual el régimen de Nicolás Maduro anunció el envío de 15.000 efectivos de seguridad a la frontera con Colombia, aunque dijo que era para operaciones contra el narcotráfico.
A esto se suma la convocatoria a enlistarse en la milicia, para que el régimen esté listo frente a "esta amenaza imperialista contra la paz del continente, y contra nuestro país, la volveremos a vencer".
Todo esto sucede después de que Estados Unidos acusara al mismo Maduro y al ministro Diosdado Cabello de ser líderes del cartel de los Soles y ofreciera entre USD 50 y USD 25 millones respectivamente por información que lleve a su captura.
La crisis que enfrentan Maduro y sus aliados se complica un año después de quedarse en el poder tras un fraude electoral, una violenta represión contra la ciudadanía y la persecución y encarcelamiento de los líderes de la oposición.
Estados Unidos decidió avanzar con su estrategia para supuestamente asfixiar los recursos ilícitos que alimentaría al régimen chavista. El bloqueo de los buques estadounidenses, apoyados por submarinos, aviones de reconocimiento y de inteligencia militar, buscan crear una red que paralizaría todas las aristas del narcotráfico.
Este pulso entre Caracas y Washington está incrementando la tensión en los demás países de la región, que temen el desencadenamiento de un conflicto armado, en lo que consideran una región de paz, pese al incremento radical del crimen organizado en la mayoría de países.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una ceremonia militar.EFE
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