La historia de película de Clark Olofsson, el criminal sueco que dio origen al Síndrome de Estocolmo

En películas, series de Netflix y en relatos presidenciales es común referirse al 'Síndrome de Estocolmo', un raro vínculo, en algunos casos afectivo, que desarrollan las víctimas de un crimen con sus captores. Y uno de los ladrones que dio origen a este síndrome, Clark Olofsson, murió el pasado 26 de junio. 

Olofsson fue de hecho uno de los criminales más famosos de la historia de Suecia y uno de los protagonistas del atraco que dio nombre al "síndrome de Estocolmo". Falleció a los 78 años en un hospital del país del país escandinavo, confirmó su familia a los medios suecos.

El increíble atraco de Olofsson, quien pasó en prisión por numerosos crímenes como robo, maltrato, tráfico de drogas, fue apodado el "drama de Norrmalmstorg".

Este fue un robo a un banco en el que los rehenes entablaron una relación de complicidad con sus secuestradores que dio nombre al popular término psicológico.

El "drama de Norrmalmstorg" ha originado varios libros y una película y Netflix estrenó hace tres años una serie inspirada en la vida de Olofsson, que cumplió condenas en varios países.

¿Cuál es la historia de Olofsson y cómo llegó al banco desde la cárcel? 

Un relato de 'película'

Todo empezó cuando Jan-Erik "Janne" Olsson, el autor principal del robo, entró el 23 de agosto de 1973 encapuchado, armado con una metralleta y con explosivos en la sucursal del Kreditbank en la céntrica plaza de Norrmalmstorg en la capital sueca.

"Tirénse al suelo, ahora empieza la fiesta", dijo en inglés antes de disparar al techo, tomar como rehenes a tres empleadas y planteó condiciones a la Policía para dejarlos salir con vida: 

• Tres millones de coronas suecas.
• Un carro y vía libre para abandonar Suecia.
• Y exigió además que fuera trasladado desde la celda de una cárcel otro ladón, Clark Olofsson, y con quien había coincidido en prisión. 
• Fue así como Olofsson llegó desde la cárcel al banco, por ser amigo del primer atracador. 

Las autoridades aceptaron parte de sus exigencias y llevaron a Olofsson al banco, donde estaba escondido otro empleado que pasó a integrar el grupo de rehenes en la bóveda de seguridad.

El origen de todo

Encerrados en el banco, Olsson y su compinche permanecieron seis días. Fue casi una semana en que los secuestradores y rehenes jugaron a las cartas y entablaron fuertes lazos afectivos.

Las víctimas estaban tan afectadas por los secuestradores y su 'amistad', que llegaron por ejemplo a aceptar una propuesta: fugarse con los ladrones en carro y a asegurar que confiaban en ellos "de forma ciega".

Cuando la Policía liberó a los secuestrados en una operación en la que no hubo heridos, los rehenes se negaron a salir antes que sus captores, por miedo a que éstos fueran castigados y se despidieron de ellos con abrazos.

Olofsson llegó a renunciar a su nacionalidad sueca para recuperarla luego más tarde y estaba libre desde hace siete años hasta su muerte en un hospital.