Uno de los clubes más populares de Brasil anunció el martes 1 de septiembre un acuerdo por el que cede por los próximos 20 años los derechos sobre el nombre de su estadio a la farmacéutica Neo Química, uno de sus patrocinadores y que pagará 300 millones de reales (unos USD 54,5 millones).
Por el acuerdo, el Arena Corinthians, uno de los principales estadios de Sao Paulo y que fue construido para el Mundial de fútbol que Brasil organizó en 2014, pasará a llamarse a partir de ahora Neo Química Arena.
Neo Química, que ya fue patrocinador del Corinthians mediante un acuerdo que le permitió lucir su marca en la camisa del uniforme, es una de las empresas de la gigantesca Hypera Pharma, una de las mayores fabricantes de medicinas de Brasil.
El acuerdo por 20 años y por el que el segundo club más popular de Brasil después del Flamengo recibirá 15 cuotas anuales de 15 millones de reales (USD 2,7 millones) también prevé que el estadio pase a ser usado para espectáculos y conciertos musicales, "aunque siempre manteniendo el fútbol como prioridad".
"Como presidente del club estoy muy contento. Estoy seguro de que represento el sentimiento de los más de 35 millones de hinchas. Es excelente tener de regreso un gran socio del pasado, que siempre fue muy correcto en todos nuestros acuerdos", aseguró Andrés Sanchez, presidente del club.
"Estamos felices de hacer realidad esta asociación en un momento tan determinante para el club y sus hinchas, como el de la conmemoración del aniversario de 110 años", dijo por su parte la directora general de la marca Neo Química, Ana Biguilin.
El acuerdo de cesión de derechos de nombre se produce seis años después de la inauguración del estadio y ocho años después de que el propio Sanchez anunciara que al menos siete empresas estaban interesadas en tal acuerdo, que ayudaría a financiar la construcción de la Arena Corinthinas.
El estadio, que fue construido con un presupuesto previsto de 335 millones de reales (unos USD 60,9 millones), terminó costando casi tres veces más (USD 179 millones) y la obra solo salió adelante por el apoyo del entonces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, un reconocido hincha del Corinthians.
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