Sara de Mar, una deportista de espíritu insuperable

Sara de Mar comienza por contarnos que el camino hacia su pasión por nadar ha sido largo y un poco accidentado. Y es que comenzó a los 6 años cuando le inscribieron en un curso de natación. Después, sus primeros pasos en este deporte fueron desde un enfoque más competitivo.

A medida que fue creciendo, se distanció del agua, se dedicó a estudiar gastronomía y a trabajar en restaurantes. También se casó y tuvo dos hijos. Pero a pesar de ello, siempre volvía a nadar, aunque sea una vez a la semana.

Reconexión con las aguas abiertas

La invitación de una amiga a una competencia fue el inicio de una revelación. Sara tenía 30 años y no había nadado en algún tiempo. Fue entonces cuando sintió nuevamente la adrenalina de estar en el agua, pero algo había cambiado. Ahora se trata de la emoción de vencerse a sí misma.

“No importa cuánto tiempo demores o si debes tomar descansos. Lo importante es llegar”.

Y es justamente eso lo que la mantiene motivada. La sensación de tocar tierra firme después de muchas horas de estar en el agua fría y vencer el dolor físico que se experimenta en brazos y piernas. Pero para ello se requiere de una fuerza de voluntad indescriptible.

¿Cómo ser un espíritu insuperable?

Sara de Mar lo sabe. Es mucho más sencillo renunciar y no siempre se está 100% motivada. Sin embargo, ahí es cuando interviene el espíritu insuperable con el que TITANIUM ha bautizado a sus deportistas, quienes tienen voluntad de acero para dar siempre una milla extra.

Por ello, Sara comenta que marcas como TITANIUM, tienen un lugar muy especial en su corazón, ya que van más allá de ser solo un patrocinador para brindar un apoyo y un acompañamiento constante en otras aristas, como manejo de la persona, relaciones públicas y la creación de una comunidad.

Sara de Mar y su desafío de los 7 Mares

El espíritu insuperable de Sara la ha llevado a concebir retos de gran magnitud. Uno de ellos es el proyecto 7 Mares, que nació producto de su reencuentro con la natación.

“Son siete travesías alrededor del mundo, consideradas las más representativas y desafiantes”.

Cortesía Sara de Mar

El Canal de la Macha fue el inicio de este proyecto de vida. Una vez que Sara lo completó solo pudo pensar en el siguiente y, en el año 2019 cruzó el Canal de Catalina en Estados Unidos. Después vino la pandemia y retrasó un poco su siguiente desafío.

Apenas pudo retomar en 2021, intentó cruzar el Canal de Molokai en Hawái. Lastimosamente no lo pudo completar, pero esto solo enardeció el deseo de lograrlo. El año entrante, Sara planea volver a esta travesía.

Y es que Sara además cuenta con el apoyo de toda su familia, en especial de su esposo Diego, quien literalmente se sube al barco de cada una de sus travesías, acompañándola de principio a fin.

“También se ha vuelto un proyecto familiar que nos tiene un poco ocupados a todos”.

La travesía continúa en 2023

Sara ya tiene el cupo y la embarcación para su travesía en el Canal de Molokai. Sin embargo, todavía no tiene una fecha exacta ya que se trata más bien de un rango de días, debido a los muchos elementos en juego.

Una vez asignado un juez y definida la ventana de días posibles, es el capitán del barco quien evalúa mareas, corrientes, clima y otros detalles para tomar la decisión de la fecha exacta en la que finalmente se dará.

Antes de comenzar, Sara visualiza el momento en el que estará pisando tierra firme nuevamente. Ya durante el reto, trata de no pensar en algo que tenga que ver directamente con la natación. Canta alguna canción, piensa en alguna anécdota que ha pasado hace mucho tiempo y, sobre todo, en su familia y sus hijos, que son su mayor motivación.

Por su puesto, la concentración siempre está latente en esta deportista, quien con cada nueva travesía desafía su mente para cambiar pensamientos de temor o angustia, por momentos alegres que le recuerden cómo se sentirá al haberlo logrado, una vez más. El año entrante, no será la excepción.