Viernes, 03 de mayo de 2024

Cerca de 300 casas siguen hundiéndose en Solanda, en el sur de Quito

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

18 Nov 2023 - 6:49

Los habitantes de Solanda aseguran que el problema empezó con la construcción del Metro de Quito. Más de 50 inmubeles están abandonados.

Habitantes de Solanda miran los daños en una de las viviendas del sector, el 9 de noviembre de 2023.

Autor: Jonathan Machado

Actualizada:

18 Nov 2023 - 6:49

Habitantes de Solanda miran los daños en una de las viviendas del sector, el 9 de noviembre de 2023. - Foto: Primicias

Los habitantes de Solanda aseguran que el problema empezó con la construcción del Metro de Quito. Más de 50 inmubeles están abandonados.

Los habitantes del populoso barrio de Solanda, ubicado en el sur de Quito, viven y duermen con miedo desde hace siete años.

Alrededor de 300 casas de este sector no han dejado de hundirse desde 2017, cuando empezó la construcción del Metro de Quito.

En algo más de ocho cuadras a la redonda hay viviendas de uno, dos, tres y cuatro plantas con ventanas rotas, paredes agrietadas, pisos inclinados y techos destruidos.

También hay cerca de 50 casas vacías que apenas se sostienen con palos de madera y columnas de hierro y cemento.

Sus propietarios prefirieron abandonarlas por miedo a que una pared o el techo se les venga encima en cualquier momento.

Uno de ellos es Fernando Proaño. Compró su casa hace 25 años, pero tuvo que dejarla a inicios de 2018 por los graves daños que sufrió.

"Hace cinco años tuve que salir con mis hijos porque la casa se volvió inhabitable", se lamenta.

Los daños esta propiedad están a la vista de cualquier persona que camina por la zona. En las paredes externas, que están inclinadas y con grietas, hay cintas amarillas con la palabra "peligro", que advierten un posible colapso del inmueble.

Unos pasos más adelante está la vivienda de Hugo Pusdá, quien se salvó de morir en 2018 cuando el techo se derrumbó en su habitación.

"Por suerte no estuvimos en casa. Hubiésemos muerto con mi esposa", recuerda.

Esa misma noche decidió dejar la que fue su casa por 30 años y mudarse con su hermana, en el sector de Guamaní, en el extremo sur de Quito.

"Ahí vivo con mi esposa, pidiendo posada. Sabemos que causamos molestias a mi hermana, pero no tenemos a dónde ir", dice.

Los afectados reclaman al Municipio el pago de las indemnizaciones por los daños a sus viviendas, pues aseguran que no habían sufrido afectaciones desde que fueron construidas, hace más de 30 años.

"Ni los terremotos causaron estos daños. La construcción del Metro fue la culpable de esta tragedia", dice Galo Arias, otro de los perjudicados.

Este hombre vive en una casa de una planta con su madre, su esposa y su hijo desde hace 39 años. Sostiene que el Municipio "miente" al decir que las casas se hunden porque tienen varias plantas.

"Yo no he construido nada arriba. Mi casa es de un piso y está casi destruida", dice mientras indica las grietas en las paredes.

Fernando Chamba, presidente del Comité Ejecutivo de Solanda, exige que el Municipio ejecute las garantías de alrededor de USD 50 millones que constan en el contrato firmado entre el constructor del Metro y la empresa Seguros Generali.

"Las autoridades se han lavado las manos. Ninguno de los últimos cuatro alcaldes ha hecho algo por solucionar este drama", dice.

PRIMICIAS buscó la versión del Municipio de Quito, pero no obtuvo respuesta. La Empresa Metro de Quito asegura que la Secretaría de Seguridad es la responsable de este tema.

Mientras que la Secretaría de Seguridad contradice esta información y sostiene que es la Empresa Metro de Quito la que debe responder.

Soluciones parche en Solanda

Los habitantes de Solanda califican como soluciones parche y burla a las intervenciones que el Municipio ha realizado para intentar frenar el hundimiento de sus viviendas.

Se refieren a la colocación de esponjas, madera y columnas de metal en el interior y exterior de las casas.

"A mi casa le pusieron maderas y algunas columnas de metal hace 15 días, pero eso no quita el miedo de que pase algo. Por eso no he regresado", dice Hugo Pusdá.

Imagen de una de las casas de Solanda que fue intervenida por el Municipio de Quito, el 9 de noviembre de 2023.

Imagen de una de las casas de Solanda que fue intervenida por el Municipio de Quito, el 9 de noviembre de 2023. Primicias

Lo mismo piensa Silvia Simbaña, cuya vivienda está deshabitada desde finales de 2017.

"Quisiera que el Alcalde o los funcionarios del Municipio vengan a vivir en estas casas para que sientan nuestra realidad", dice molesta.

Pero este no es el único problema que enfrentan los propietarios de las viviendas vacías. A ellos también les preocupa el aumento de la inseguridad y de la mendicidad.

Temen que sus propiedades sean tomadas por habitantes de calle o que se conviertan en guaridas de delincuentes. Por eso piden que el Municipio atienda sus pedidos cuanto antes.

Una de las viviendas abandonadas en Solanda por los graves daños que presenta, el 9 de noviembre de 2023.

Una de las viviendas abandonadas en Solanda por los graves daños que presenta, el 9 de noviembre de 2023. Primicias

Posibles causas del hundimiento

Aunque el Municipio de Quito contrató una consultoría para que determine las causas que provocan el hundimiento de las casas de Solanda, los resultados aún no están listos. O al menos no se han hecho públicos.

Las únicas pistas que tienen los habitantes de Solanda sobre este problema se desprenden de un estudio elaborado por la Universidad Central y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Ese informe plantea cinco razones que originaron este problema:

  • El paso de vehículos pesados usados por la empresa contratista del Metro.
  • El nivel freático del suelo.
  • Las viviendas que tienen más de cuatro pisos.
  • Problemas en el sistema de alcantarillado y agua potable.
  • La extracción de agua del subsuelo de Solanda para la construcción del Metro.

Los moradores esperan que las autoridades capitalinas atiendan sus reclamos antes de que el Metro empiece a operar el 1 de diciembre de 2023, pues temen que su funcionamiento termine por destruir sus viviendas.