Columnista Invitado
En el nuevo orden mundial, ¿a qué debe apuntar Ecuador para salir de su estancamiento?

Economista por la Sorbona y máster en Corporate Finance por EDC Paris. Consultor en estrategia e inversión, especializado en mercados emergentes y análisis macroeconómico. Radicado en París, analiza y escribe con la mirada de una nueva generación.
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A solo tres horas en avión de mi casa, hay una guerra triste y brutal donde cada día mueren decenas de jóvenes como yo. Las noticias están llenas de conflictos sociales, crisis energéticas, guerras comerciales, deudas públicas que crecen…
Aun así, cada día me sorprendo más con el potencial de las nuevas tecnologías, me entusiasmo con las oportunidades de los mercados emergentes y quiero que mi país aproveche estas grandes transformaciones. Contradictorio, ¿no?
En 1933, Norman Angell, economista y político británico, recibió el premio Nobel de la Paz por su obra La Gran Ilusión, donde sostenía que la interdependencia económica hacía irracional la guerra. Ese mismo año Hitler llegó al poder. Una ironía histórica que nos recuerda que la economía y la razón no bastan para disuadir el conflicto y entender el mundo que nos rodea.
Hoy vivimos una coyuntura similar. Mientras los mercados financieros baten récords, crece el malestar social, hay tensiones geopolíticas y guerras. Las respuestas no son claras, así que comencemos por algunos de los ejes que describen el estado de la economía global.
El dólar bajo presión
Tras la victoria aliada en 1945, la divisa estadounidense se consolidó como moneda dominante. Estados Unidos disfrutó de un privilegio imperial: casi todas las materias primas se compraban en dólares. Así los países y bancos centrales acumularon billones de dólares en reservas, y EE. UU. disfrutaba de la moneda dominante, el ejército más poderoso y el control de los pagos globales.
Ese orden se está rompiendo, y la guerra en Ucrania lo ha acelerado todo. Después de la invasión, Rusia vio congelados más de 280.000 millones de dólares en reservas, fue excluida del sistema de pagos SWIFT y condenada. Las sanciones no han tenido el impacto esperado, la guerra lleva ya 3 años y 7 meses, y Moscú se vio obligada a vender su petróleo y gas más barato y en otras monedas. Hoy India paga parte de su petróleo en rupias y China en yuanes.
El resultado es claro: El dólar sigue siendo la moneda dominante por su liquidez y profundidad de mercado, pero su costo de uso aumenta. A inicios de siglo representaba más del 70% de las reservas mundiales; hoy menos del 60%.
Si ahora puedes comprar energía en tu propia moneda, ¿para qué acumular tantos dólares?
El triángulo Moscú-Nueva Delhi-Pekín
Ray Dalio, fundador de Bridgewater, explica que aprendió a anticipar el futuro estudiando el pasado. Muchos ignoran que antes de la Revolución Industrial del siglo XIX, China era la economía más grande del planeta. Hoy busca recuperar ese lugar.
En poco más de dos décadas, Pekín construyó un poder industrial enorme: autos eléctricos, baterías, energía nuclear... Acumuló excedentes comerciales, especialmente con Estados Unidos. Con esos dólares compró bonos del Tesoro americano y financió su influencia geopolítica, invirtiendo en infraestructura y prestando capital en África y América Latina.
El gigante asiático no está solo, la alianza Moscú-Nueva Delhi-Pekín gana peso cada día. Con un “enemigo común”, los tres países han encontrado objetivos complementarios. China aporta tecnología y capital; India, una fuerza laboral joven y de bajo costo; y Rusia, las materias primas.
Ecuador: una oportunidad histórica
En este contexto, Ecuador, al ser un país dolarizado puede atraer, a su escala, parte de los dólares que hoy buscan rumbo. Y tiene mucho que ofrecer: materias primas, agua, energía limpia y barata, y una población relativamente joven.
El país, por ejemplo, planea añadir 7.400 MW de capacidad renovable en los próximos ocho años con hidroeléctricas, plantas solares, parques eólicos y proyectos geotérmicos. Lo que parece déficit de infraestructura puede ser una oportunidad para inversionistas extranjeros: empresas de energía, mineras o data centers que buscan electricidad abundante y verde.
La nueva Constituyente será clave para abrir la puerta al capital internacional y traer una cantidad de inversión nunca antes vista en nuestra historia.
En un mundo que busca dónde estacionar excedentes de dólares, Ecuador puede ser una de las respuestas. Es una oportunidad histórica, pero solo si se hacen las cosas bien.