Así se encuentra la Panamericana Norte, vía E35, un día después del fin del paro de la Conaie
Las huellas que dejaron los 31 días de movilizaciones indígenas en la provincia de Imbabura aún dejan rastros a lo largo de los más de 80 kilómetros de la ruta E35, la principal vía que conecta al norte de Quito con los cantones Otavalo, Cotacachi y Atuntaqui.
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La mañana de 23 de octubre de 2025, un equipo de PRIMICIAS recorrió la Panamericana Norte, vía E35, para constatar su estado, luego de que en la víspera la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) anunció el fin de paro.
A lo largo de la vía aún se pueden ver restos de troncos de árboles, llantas quemadas, partes de autos destrozados, miles de piedras y otros miles de adoquines que fueron arrancados por los comuneros para usarlos como armas contras policías y militares.
En tramos, como el puente de Guayllabamba y el puente sobre el río Pisque, aún quedan montículos de tierra que las fuerzas del orden deben limpiar en las próximas horas para agilizar el tránsito vehicular.
Pese a que la vía luce expedita, decenas de militares y policías permanecen en los puntos en los que se registraron los enfrentamientos más fuertes: redondel de Cajas, parroquia González Suárez, comunidad Huaycopungo, ingreso y salida del cantón Otavalo, comunidad Ilumán, comunidad San Roque y el ingreso al cantón Cotacachi. La orden para los militares es permanecer en estos lugares hasta que no exista una alerta sobre una nueva movilización.
Además de la presencia militar, policías a bordo de motocicletas recorren la vía de norte a sur y de sur a norte vigilando alguna posible manifestación. Incluso, un helicóptero de la Policía realiza constantes sobrevuelos para evaluar la zona, mientras cuadrillas de la Alcaldía de Otavalo y de la prefectura de Imbabura limpian la vía.

La vía E-35 fue escenario de un campo de batalla durante la madrugada y primeras horas del 14 de octubre de 2025 cuando comuneros y militares se enfrentaron en los puntos antes mencionados tras la salida de un convoy militar desde Ibarra hacia Otavalo.
Ese día hubo decenas de heridos y vehículos dañados, incluyendo algunos civiles. El convoy logró llegar a Otavalo en medio de una espesa nube de gases lacrimógenos y ataques de los manifestantes, que no solo utilizaron piedras, tronco y adoquines. Sino también armas artesanales que expulsaban voladores elaborados con pólvora.
Cuando parecía que la llegada del convoy ponía fin a las protestas, miles de manifestantes de los diferentes cantones de Imbabura llegaron a Otavalo para enfrentarse a la fuerza pública. Ese nuevo capítulo se extendió durante ocho horas, dejando decenas de heridos de los dos bandos y más de 60 detenidos.
Lo que resta ahora es la limpieza final de la vía para que la circulación vehicular sea totalmente segura. Los habitantes de Otavalo, Cotacachi y Atuntaqui esperan con ansias la llegada del feriado del 2 y 3 noviembre para recuperarse de las millonarias pérdidas que dejaron los 31 días de manifestaciones.


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