"Me hacían descargas eléctricas en los pulgares”, el testimonio de otro miembro de Alfaro Vive Carajo
En la primera jornada de la audiencia de juicio por el presunto delito de lesa humanidad, la Fiscalía llamó como testigos a exintegrantes de Alfaro Vive Carajo.

Abogados y víctimas en la Corte Nacional de Justicia por de delito de Lesa Humanidad en contra de Alfaro Vive Carajo, el 5 de noviembre de 2025.
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Autor:
Mario Alexis González
Actualizada:
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El 5 de noviembre de 2025, después de 10 años de dilaciones y 40 años desde que sucedieron los hechos, en la Corte Nacional de Justicia se instaló el juicio por presunto delito de lesa humanidad contra cinco exoficiales militares y un médico, por supuestos excesos contra militantes de Alfaro Vive Carajo.
En la primera jornada de la audiencia de juicio, la Fiscalía llamó como testigos a las víctimas de una supuesta detención ilegal ocurrida en noviembre de 1985. Primero compareció Susana Cajas, quien detalló como fue objeto de torturas y abusos sexuales.
El segundo testigo de la Fiscalía fue Francisco Javier Jarrín Sánchez, la segunda víctima en este caso. El hombre reside en Brasil, por lo que testificó a través de videoconferencia.
En su relato, Jarrín afirmó haber sido víctima del Estado ecuatoriano, tras haber sido detenido ilegalmente por más de 15 días, sufrir torturas en condiciones infrahumanas y permanecer incomunicado.
Jarrín relató que fue detenido, junto a Susana Cajas y Luis Vaca, en una tienda en el Parque Infantil de Esmeraldas, en noviembre de 2025. Dijo que soldados armados los llevaron al Batallón Montúfar en esa misma ciudad.
En ese lugar, mencionó la víctima, le amarraron las manos en la espalda y luego las unieron con otro nudo con las piernas. Luego, dijo, fue trasladado amarrado a otro lugar, que sería la Escuela de Inteligencia, en Conocoto, donde habrían ocurrido las torturas.
Durante su testimonio, Jarrín dijo que fue torturado durante esa detención, ya que fue recluido en un espacio reducido. Al igual que Cajas, describió al calabazo como un espacio bastante pequeño, con una sola venta pequeña.
"Cuatro torturadores"
Durante la detención, dijo el testigo, le sacaban de esa celda y lo llevaban a un cuarto, donde permanecía encapuchado, y se encontraba con “cuatro torturadores”. Le pedían que se ponga en cuclillas y le ponían dos cables eléctricos en sus pulgares para generarle descargas eléctricas. Finalmente, tenía que saltar mientras estas personas se reían.
Otra de las torturas que Jarrín relató es que en un momento lo sacaron del calabozo y lo llevaron a otro cuarto más grande, en el que había una mesa y varias sillas. Le pidieron que se siente y una persona con su rostro tapado se sentó frente a él.
Le pidieron que se sacaran la capucha y le mostraron una foto de él junto a otras personas. “Me llamo la atención la contextura de de esta persona. Era robusta, yo diría obesa, con unas manos muy fuertes. Parecía que tenía barba”.
En uno de los días de tortura, Jarrín aseguró que lo llevaron a una habitación donde Susana Cajas estaba desnuda y rodeada de varios hombres. “Les dije paren de torturarle, nos han descubierto. Somos de Alfaro Vive Carajo”, recordó el hombre.
“Busqué la forma de suicidarme porque la situación era insoportable. Pero, gracias a Dios, no encontré ningún cable u objeto”, agregó Francisco Javier Jarrín.
Durante los días de encierro, explicó el testigo, perdió la noción del tiempo. Recuerda que lo movían constantemente y en una ocasión lo llevaron varias horas a una especie de aserradero. “Me botaron en un cuarto y cuando quise ir al baño, me dieron un balde”.
Un médico colaboraba con torturas
Otro pasaje que recordó es que un día lo llevaron a un consultorio médico y un médico, que vestía de blanco, se peinaba hacia atrás y era delgado, lo estaba atendiendo. Dijo que en el lugar había una camilla y varios implementos médicos.
Según la teoría del caso de la Fiscalía, Fernando Ron, uno de los procesados era el médico de la Escuela de Inteligencia, y colaboró con las torturas, administrando a los detenidos pentotal sódico, conocido como el ‘suero de la verdad’.
También, el hombre dijo que nunca entendió cuál era la línea de investigación de los torturadores, ya que en los interrogatorios no había preguntas profundas o directas sobre cajas de seguridad de Alfaro Vive Carajo u otros datos de interés de esa organización.
Asimismo, Jarrín relató como un día, sin previo aviso, lo subieron a vehículo militar junto a Susana Cajas y los liberaron cerca de Cumbayá. Llegó otro vehículo y los volvieron a trasladar, aduciendo que eran policías y que ellos estaban indocumentados.
Entonces, ambos fueron llevados al Centro de Detención Provisional (CDP) del Centro de Quito. Pudo llamar por teléfono y conversó con su familia para que le lleven ropa y comida. Jarrín salió a los pocos días de esa prisión y dos meses después viajó al extranjero.
La audiencia se extenderá por varias semanas, con decenas de pruebas testimoniales y documentales.
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