Paro en Ecuador | Escasez y ventas 'clandestinas' marcan la undécima jornada de protesta en Otavalo,
Las comunidades indígenas de Otavalo, en Imbabura, radicalizaron su protesta el 2 de octubre de 2025. Los manifestantes impidieron el desarrollo normal del comercio, mientras en la ciudad se empieza a sentir la escasez de gas y otros productos.

Vista general de la calle Bolívar, en el centro de Otavalo, durante el paro nacional, la tarde del 2 de octubre de 2025.
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PRIMICIAS
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En grupos de entre 10 y 30 personas, los integrantes de las comunidades indígenas que se manifiestan en Otavalo recorren las calles de esa ciudad desde la madrugada del 2 de octubre de 2025. El mensaje es claro: ningún local puede atender al público y ningún carro o moto puede circular o estar parqueado en las calles.
Así, la protesta en este cantón de Imbabura se radicalizó en la undécima jornada de la medida contra el decreto ejecutivo con el que presidente Daniel Noboa eliminó el subsidio al diésel en Ecuador.
Luego de los enfrentamientos con la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas (FF. AA.), en la primera semana del paro —que dejó a un comunero fallecido—, las manifestaciones indígenas se habían limitado al cierre de los ejes viales que conectan al norte del país.
Pero desde este 2 de octubre, la protesta se adentró a las calles de Otavalo. Los comuneros ubicaron piedras, palos y alambres de púas en las principales intersecciones de la ciudad. El objetivo era impedir la movilización de carros y motos por la ciudad.
A esto sumaron la advertencia de que las llantas de cualquier vehículo que circule por la ciudad serían pinchadas. Y esa amenaza se cumplió. Un equipo de PRIMICIAS que recorrió la la población evidenció, al menos, cinco acciones de este tipo durante la mañana.
Uno de los afectados fue el vehículo del propietario de una de las farmacias que funciona en la ciudad. Dos de sus llantas fueron dañadas y, posteriormente, tuvo dificultades para encontrar una vulcanizadora abierta.

En otra zona de la ciudad, en cambio, una joven fue atacada mientras circulaba en una motocicleta. Por el afán de reventar una de sus llantas, un manifestante terminó clavando una varilla en uno de sus pies. La mujer tenía que ser intervenida quirúrgicamente, pero hasta el cierre de este artículo no se confirmó si logró ser trasladada a Ibarra, capital provincial de Imbabura, debido a los cierres viales.
Además, los manifestantes exigieron a comerciantes de la ciudad a cerrar sus negocios. En una panadería que abrió en la mañana del jueves, la dependiente fue encerrada durante varias horas, luego de que manifestantes aseguraran la puerta del local por fuera.
Al mediodía, durante la hora del almuerzo, los restaurantes estaban cerrados. Pero, algunos seguían atendiendo de manera 'clandestina'. Los empleados caminaban por las calles ofreciendo comida. Tras realizar el pedido, las puertas se abrían hasta la mitad y los clientes lograban pasar.

En las calles, en cambio, vendedores informales intentaban comercializar productos agrícolas. Pero, también lo hacían de manera reservada para evitar levantar sospechas de los comuneros. Un joven utilizó una maleta de viaje de 23 kilos para llevar cebollas y tomates y vendérselos a los pobladores interesados.
Restaurantes sobreviven casi sin gas
De manera simultánea a los cierres viales y las prohibiciones de circular y comercial, Otavalo empezó a vivir un panorama cada vez más complejo en el abastecimiento de productos básicos.
Aunque en la mañana un operativo permitió el ingreso de un camión con oxígeno al hospital San Luis, la población se enfrenta ahora al desabastecimiento de gas doméstico y a la paralización de actividades en locales comerciales y gasolineras.
Por las calles de la ciudad es común ver a personas trasladando tanques de gas en coches o carretillas en busca de un punto de venta.
Una mujer que atiende un restaurante contó a PRIMICIAS que ya se terminan sus reservas y que, por el momento, solo pueden preparar alimentos con equipos eléctricos.
“Seguimos entregando pollo broaster y papas fritas, pero no podemos hacer arroz ni menestra porque el gas se acabó”.
Dueña de restaurante de Otavalo
El problema se replica en varios restaurantes, que han debido reducir su oferta o improvisar alternativas para mantener la atención.

En los hogares la preocupación es similar: los tanques se agotan y no hay fecha confirmada para el ingreso de un convoy de abastecimiento.
Las autoridades municipales informaron que mantienen diálogos para habilitar corredores humanitarios que permitan el ingreso de camiones de gas. Sin embargo, hasta este jueves no se concretaba ningún acuerdo.
El antecedente inmediato genera tensión: el fin de semana pasado, un intento de ingreso humanitario terminó en un fuerte enfrentamiento que dejó un vehículo pesado incendiado, militares retenidos, personas heridas y un comunero indígena fallecido, Efraín Fuérez.
A la falta de gas se suma el cierre de las estaciones de servicio para la dotación de combustibles, que permanecen sin operar desde el inicio de las movilizaciones.
El casco urbano de Otavalo muestra largas filas en los pocos negocios abiertos, calles semivacías y una economía detenida, mientras Imbabura sigue siendo el epicentro del paro nacional convocado por la Conaie.
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