Caso Malvinas | Juicio por la desaparición de cuatro menores entra en fase crucial con sus últimas declaraciones
Tribunal Penal de Guayaquil prevé escuchar los últimos testimonios, incluido el de un subteniente al mando de la patrulla que detuvo a cuatro menores de edad, señalado como pieza central del caso.

Una toma referencial de la Base Aérea de Taura, ubicada en el kilómetro 24,5 de la vía Durán-Tambo en Guayas, la base de los militares de la Fuerza Aérea procesados por la desaparición de cuatro menores de edad.
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Redacción primicias
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La audiencia de juicio por la presunta desaparición forzada de cuatro menores de edad en el denominado caso Malvinas ingresó este martes 2 de diciembre de 2025 en su doceava sesión, una fase clave en la que el Tribunal de Garantías Penales de Guayaquil prevé escuchar los últimos testimonios antes de cerrar el periodo de prueba.
El proceso, que reúne en el banquillo a 17 militares, se reinstaló luego de que se suspendiera la noche previa por decisión del juez ponente, Jovanny Suárez Chávez, a falta de cuatro declaraciones pendientes, dijo.
El juicio, instalado desde el pasado 5 de noviembre, ha concentrado la reproducción de audios, la revisión de videos y la exposición de peritajes, en medio de dos versiones enfrentadas de los militares sobre lo ocurrido la noche del 8 de diciembre de 2024, cuando cuatro niños y adolescentes fueron interceptados por dos patrullas militares en el sur de Guayaquil, cerca al barrio de Las Malvinas.
Los menores -Josué e Ismael Arroyo, Nehemías Arboleda y Steven Medina, de entre 11 y 15 años- desaparecieron tras la detención. Declaraciones levantadas en el proceso apuntan a que fueron abandonados heridos y sin ropa en un camino rural de Taura, a unos dos kilómetros del centro parroquial. Pero el 24 de diciembre, sus restos aparecieron calcinados en un manglar remoto de esa misma jurisdicción del cantón Naranjal, provincia del Guayas.
La expectativa se centra ahora en las últimas declaraciones, incluida la de un teniente coronel imputado como presunto cómplice y la del subteniente que comandaba la patrulla Tango Charlie. Este oficial es señalado por cuatro de los militares por obligar a desnudarse a los aprehendidos o incluso por presuntamente pisarlos, darle de correazos y efectuar un disparo cerca al menor de los niños.

02/12/2025
10:07
“Fui enviado a Taura sin capacitación alguna”
Según el soldado Christian Eduardo A. Q., el subteniente los incitó a todos a declarar que ninguna agresión había ocurrido y concordar una misma línea de defensa. También les pidió borrar fotos y videos de sus teléfonos. “Como dicen en la vida militar, teníamos espíritu de cuerpo”, afirmó.
También señaló que días más tarde, el 10 y 11 de diciembre de 2024, un coronel y un teniente coronel les habrían comunicado que habían visto un video con parte de lo sucedido, grabado por el subteniente a cargo de la patrulla , quien les dijo haber eliminado ese contenido de su teléfono.
Cuando llegó su turno de rendir versión escrita en primera instancia, aseguró que copió y pegó el texto de otro soldado, cambiando solo algunas palabras, como lo habrían hecho todos, según su versión.
El militar relató también las presiones, amenazas e intimidaciones que sufrió tras cambiar de abogado y mostrarse dispuesto a contar lo sucedido. Dijo que en el centro de detención en Latacunga otro miembro de la patrulla lo amenazó con represalias si “sapeaba”.
Señaló que él no tenía formación para operaciones tácticas ni en derechos humanos: era especialista en meteorología, había trabajado en radares y torres de control, y fue enviado a Taura “sin capacitación alguna”.
02/12/2025
09:57
“Nunca fue mi intención matarles; yo no les golpeé”
El soldado Christian Eduardo A. Q., el de menor rango y antigüedad entre los 16 uniformados que integraban la patrulla Tango Charlie, relató con detalle la secuencia de agresiones, órdenes y presiones internas que -según dijo- marcaron la noche del 8 de diciembre de 2024 y los días posteriores.
El militar, acogido a un mecanismo de cooperación con la Fiscalía, inició su declaración solidarizándose con las familias de los cuatro menores de edad y afirmando que “nunca fue mi intención matarles; yo no los aprehendí, no les golpeé, tampoco los maté”.
El soldado describió como a las afueras de Taura el cabo primero Jonathan Raúl G. P. le hizo una llave por detrás al “más grande” de los detenidos, donde empezó a darles patadas y golpes
Según su versión, el cabo luego regresó con “un palo grande” y golpeó al más grande de los detenidos y a uno mediano, mientras otros miembros de la patrulla presenciaban o participaban de la agresión. También ubicó al sargento Wilmer Danny L. C. dandole de correazos a un menor.
Aseguró que en ese momento el subteniente al mando ordenó a los jóvenes “pelarse, sacarse la ropa”. Uno de ellos se resistió, pero -según dijo- el cabo volvió a agredirlo hasta obligarlo a desnudarse. Según su testimonio, la patrulla dejó a los detenidos desnudos y golpeados, pero vivos en una escena del árbol caído a las afueras de Taura.
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