Los Choneros 'reconquistan' territorio peruano y buscan apoderarse del oro del río Cenepa
Grupos armados vinculados a la banda ecuatoriana se internan más de 30 kilómetros en territorio peruano, cooptan autoridades, amenazan a comunidades y desplazan a mineros artesanales.

Imagen referencial de un control de Fuerzas Armadas peruanas a la minería ilegal ejecutada a través de dragas artesanales en la provincia de Condorcanqui, fronteriza con Ecuador.
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Odecofroc
Autor:
Redacción Primicias
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La cuenca del río Cenepa, en la provincia amazónica peruana de Condorcanqui, se ha convertido en un nuevo foco de expansión para la banda criminal ecuatoriana de Los Choneros, liderada por José Adolfo Macías Villamar, alias 'Fito', quien espera por el trámite de extradición a Estados Unidos en la cárcel La Roca de Guayaquil.
La presencia del grupo armado organizado en esa zona selvática de Perú ha sido denunciada por autoridades y comunidades locales desde inicios de año, quienes reportan una penetración de entre 30 y hasta 60 kilómetros en suelo peruano, atravesando la cordillera del Cóndor desde Ecuador.
La situación genera creciente preocupación en una zona históricamente abandonada por el Estado peruano y marcada por conflictos transfronterizos. Condorcanqui limita con la provincia ecuatoriana de Zamora Chinchipe, en el sureste de Ecuador, y es conocida por ser el lugar donde se desarrolló la guerra del Cenepa entre Ecuador y Perú en 1995.
El interés de Los Choneros por la minería ilegal llevó a que alias ‘Fito’ desplace en 2023 a uno de sus lugartenientes de más alto rango, Darío Javier Peñafiel Nieto, alias 'Topo', hasta la provincia amazónica de Orellana, al noreste del Ecuador. Desde allí también trafica armas y dirige rutas de tráfico de cocaína, según la justicia de Estados Unidos.
“Se buscan casar con nativas”
El primer grito de alerta sobre la irrupción de Los Choneros en Condorcanqui lo dio el alcalde del Centro Poblado de Shaim, Francisco Yampis, quien desde inicios de año denunció públicamente el ingreso de hombres fuertemente armados hasta territorio de las comunidades indígenas awajún de la zona.
“Han entrado más de 30 kilómetros en territorio peruano”, advirtió en una entrevista radial. Los criminales -dijo- están desplazando a mineros en proceso de formalización que operan con maquinaria pesada sin autorización en la cuenca del río Cenepa y buscan consolidar control territorial mediante la intimidación y la corrupción, dijo.
Según denuncias recogidas por líderes indígenas y organizaciones civiles, estos grupos armados no solo desplazan a los mineros artesanales tradicionales, sino que implementan estrategias de integración social para consolidar su presencia en la zona.
“Las comunidades nativas awajún están dispersas y abandonadas por el estado peruano. Los traficantes buscan casarse con mujeres indígenas de la zona para poder ser aceptados y comenzar su actividad de extracción del oro”, señaló Ricardo Soberón, abogado peruano especialista en economías ilícitas y políticas públicas sobre drogas y narcotráfico.

Escenario de corrupción institucional
Las denuncias de las comunidades locales apuntan a presunta cooptación de las fuerzas del orden peruanas. “Les pagan para que no hablen. Les pagan en dólares”.
Expertos en seguridad confirman que las Fuerzas Armadas y la Policía son particularmente vulnerables a la corrupción debido a su carácter jerárquico y la ausencia de controles en la selva. "Servir en zonas fronterizas es un servicio tan demandado que hasta se pagan cupos por ir a estos destinos", explica Soberón, refiriéndose a lo que se conoce como "la caja negra".
La voracidad de las organizaciones criminales internacionales por llegar a territorio peruano responde a que el país es uno de los mayores productores de oro en la región, con el metal cotizándose actualmente a más de USD 3.000 la onza.
El oro aluvial que se extrae de las orillas de los ríos tiene mayor concentración que el de un socavón. Aproximadamente 20 gramos se pueden extraer con un trabajo de tamizaje de una tonelada de tierra, según los expertos.
Perú concentra el 44% de todas las exportaciones ilegales de oro de Sudamérica, muy por encima del 9% que representa Ecuador, según el Instituto Peruano de Economía. Además del oro, existe evidencia de articulación con otras economías ilícitas como el narcotráfico y la extorsión.

¿Qué pasa del lado ecuatoriano?
Según un informe de Insight Crime, fundación especializada en el estudio del crimen organizado, la expansión de bandas ecuatorianas como Los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones hacia países vecinos y, particularmente, a territorio peruano refleja un patrón de criminalidad transnacional en aumento. Emisarios de Los Lobos han llegado incluso hasta Chile en medio de ese proceso.
Los Choneros habrían replicado en Perú una estrategia ya conocida en Ecuador: ofrecer protección armada a mineros ilegales para luego asumir el control de la cadena extractiva, refiere Insight Crime.
Aunque la policía peruana aún no ha confirmado oficialmente la presencia permanente del grupo en Perú, constantes arrestos en Tumbes (en la frontera con la provincia de El Oro en Ecuador), revelan vínculos entre ecuatorianos, venezolanos y actividades delictivas como extorsión y sicariato.
¿Cuál es la situación del lado ecuatoriano en Zamora Chinchipe, en límite con Condorcanqui? Un reciente informe conjunto de Ojo Público y Código Vidrio revela cómo la provincia de Zamora Chinchipe se ha convertido en un punto crítico de la minería ilegal, especialmente en poblaciones como Cumbaratza, donde operan redes que extraen y trasladan oro.
“El oro que obtienen los contratistas sale por tierra y aire, en avionetas fletadas por mineros y actores mafiosos, señala un oficial del Ejército que participa en los operativos en estos sectores”, refiere el informe.
En el poblado de 4.000 habitantes, las Fuerzas Armadas han detectado desde abril pasado vuelos inusuales de avionetas tipo Cessna y se han detenido a sospechosos provenientes de las provincias de Los Ríos y El Oro, donde es conocida la influencia de la banda criminal de Los Lobos en la minería ilegal.
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