Hurtos en supermercados de Ecuador | “Pido disculpas, no tenía qué darle de comer a mi hija”
Una revisión de los procesos judiciales por hurtos en cuatro supermercados de Ecuador revela que desde 2022 se han judicializado 421 casos, algunos terminaron en conciliación, otros en prisión. Conozca cuáles son las sanciones por este delito.

Productos dentro de un local de TuTi
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Necesidad económica, error humano, desempleo o ‘porque no tenían para comer’ han sido algunas de las razones que, en los últimos cuatro años, han argumentado decenas de personas denunciadas por hurtos en los principales supermercados a escala nacional.
Una revisión de los procesos judiciales revela que en el periodo de 2022 hasta el 10 de noviembre de 2025 se han judicializado 421 hurtos de toda clase de productos, desde alimentos hasta artículos de ferretería, en supermercados de gran concurrencia como Mi Comisariato, Tuti, Tía o Supermaxi.
De estos, la cadena de supermercados Mi Comisariato, de la Corporación El Rosado, sustentó ante los juzgados el mayor número de juicios, 243 desde 2022; seguido de Supermaxi, de la Corporación Favorita, con 141; Tiendas Tuti S.A., con 26; y Almacenes Tía, Tiendas Industriales Asociadas, 11 causas judiciales.
En 2022 se judicializaron 120 casos, al año siguiente 123, en 2024 un total de 110 causas y este año 68 procesos hasta el 10 de noviembre, según los registros de la función judicial que recopila los casos de todas las provincias. Uno de los más recientes ocurrió el 8 de noviembre de este año, en Santa Elena.
Un reporte del ECU-911 alertó a la Policía para que acuda al Paseo Shopping de La Libertad, donde se había detenido a Anthony T. M., un ciudadano que se había sustraído productos de ferretería valorados en USD 68,74.
“Fuimos alertados de un presunto hurto en el shopping La Libertad, por lo que acudimos al lugar y tomamos contacto con el supervisor, quien nos manifestó lo sucedido, entregándonos al aprehendido y tomando el procedimiento de ley”.
Informe policial
A este informe se sumaron los testimonios de los policías, el video donde se observa el hurto, la proforma con el monto de lo sustraído y la evidencia física, es decir los productos. Anthony salía del supermercado cuando el supervisor de la puerta 1 lo detuvo y lo llevó al área de caja, donde lo revisó y le encontraron dos llaves ajustables, un reloj análogo y un ratchet de ½ x 10.

“Pido disculpas a la Corporación El Rosado por este error humano y voy a cancelar los productos”, dijo Anthony durante la audiencia de formulación de cargos, mientras el abogado del supermercado desistió de una reparación integral, aceptó las disculpas y el pago.
No obstante, el juez dispuso la aplicación del artículo 209 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que sanciona el hurto como contravención, y le fijó al acusado una pena de cinco días de cárcel en un centro de privación de libertad en Guayaquil.
Hasta 30 días de prisión
El artículo 209, que castiga el hurto, contempla la prisión desde 15 hasta 30 días cuando el monto de los productos sustraídos supera la mitad de un salario básico unificado, esto es USD 235.
Otro caso se registró el 10 de noviembre de 2025 en el centro comercial Scala, en Cumbayá, Pichincha. “Encontrándonos de patrullaje preventivo avanzamos hasta el local de Megamaxi a fin de verificar un hurto de mercadería”, señaló el informe de la Policía.
Así fue detenido Brandon P. A., de 27 años. “El señor había ingresado como cliente, cogió un coche y se dirigió al pasillo A6 donde guardó todos los productos y llegó a la sección de belleza donde toma dos productos y deja uno para poder despistar”, menciona el parte.

Brandon fue detenido cuando intentaba pasar las puertas de seguridad llevándose “dos audífonos, un auricular barracuda, un auricular negro, una crema cicatricure y una cicatricure advance”. El monto de los sustraído alcanzaba los USD 260, estimó el supermercado, mientras Brandon se disculpó frente al juez.
“Pido disculpas a la Corporación Favorita por haber hurtado estos productos, de igual manera, dejo constancia que ya no voy a volver a repetir estas acciones, tampoco voy a ir a los locales de la Corporación durante un año”.
Brandon P., 27 años
Los abogados del supermercado aceptaron las disculpas del acusado como parte de un acuerdo de conciliación y Brandon no fue detenido ni sentenciado a una pena privativa de libertad.
Tras hurto, huyeron
Un acuerdo similar hicieron Ivanna A. V. y Fanny V. E. con el supermercado Tía, en el sector de Conocoto, Pichincha. Ambas fueron detenidas el 5 de noviembre de 2025 cuando pretendían llevarse, sin pagar, varios productos alimenticios.
“Personal de monitoreo del supermercado Tía nos supo manifestar que había interceptado a las ciudadanas, de 56 y 31 años, las mismas que se habían sustraído de las perchas varios productos. Luego de cometer el hurto salen del lugar sin realizar la cancelación del producto”, menciona el informe policial.
Además, este reporte señala que el supervisor se apresuró a detener a las ciudadanas quienes le indicaron que “por una simple leche hacen tanto problema, ya vas a ver lo que te va a pasar”. “Posterior proceden a subirse a un vehículo y retirarse del lugar”.
Ante la situación, el supervisor pidió apoyo a personal de la Agencia Metropolitana de Tránsito, quienes ubicaron a las ciudadanas y las detuvieron en las calles Camilo Ponce y Jaime Roldós. Hasta ahí llegó la Policía y las mujeres accedieron voluntariamente a entregar lo sustraído.

Entre los productos que se habían llevado del supermercado constaban “tres quesos frescos semidescremados, seis leches Nido de 216 gramos, dos paquetes de paños húmedos de 50 unidades, una funda de harina de maíz precocinada y cinco paquetes de carne para estofado”.
Los abogados de ambas mujeres acordaron con los defensores del supermercado el pago de USD 47,28, las disculpas públicas y la prohibición de acercarse a alguno de los locales del Tía durante 24 meses.
Antes de conciliar, las disculpas
En Manta, el 19 de octubre de 2025, fue detenido Juan Carlos Z. Z. por haberse sustraído del local del Tuti, en el barrio Los Esteros, “dos carnes para estofado, dos pechugas de pollo, dos aliños completos y tres quesos mozarella, que sumaban la cantidad de USD 26,55”.
En la audiencia de formulación de cargos, los abogados del Tuti expusieron ante el juez que “la empresa tiene como política previa, antes de llegar a una conciliación, que la persona que cometió la infracción no sea reincidente, pida las disculpas públicas y que pague el valor de lo sustraído”. “Con eso nosotros estaríamos dispuestos a conciliar”, declararon los abogados, y enseguida el detenido pidió la palabra.
“Señor juez, yo soy reciclador, en un principio fui a comprar, pero en vista de que no me alcanzaba decidí coger esos productos, no lo quería hacer, pido las disculpas públicas, nunca antes lo había hecho, lo hice porque no tenía qué darle de comer a mi hija”.
Juan Carlos Z., procesado
Los abogados del Tuti aceptaron las disculpas, recibieron el pago por el valor sustraído y accedieron al acuerdo y al posterior archivo del proceso judicial. Así Juan Carlos Z. Z. quedó en libertad.

En Guayaquil, mientras tanto, en el Comisariato del centro comercial Riocentro Los Ceibos fue detenido Jefferson V. Y. cuando intentaba salir del Hipermarket con “13 cajas de caldo de gallina Maggi” que no había pagado y que ocultaba en la cintura del pantalón.
“El aprehendido ingresó al comisariato, él mismo cogió los productos y se los guardó; al momento de salir, suenan las alarmas y el supervisor se percata de ello y lo hace regresar”, reportó el supermercado, que estimó el monto de lo sustraído en USD 30,05.
Jefferson fue sentenciado a 15 días de privación de libertad en un centro de detención provisional de Guayaquil, pese a que se declaró consumidor de drogas y quiso pagar los valores de lo hurtado. “Pido disculpas, esto no volverá a pasar, no sé qué me pasó ese día, pido disculpas a usted, a la empresa, pido servicio comunitario, ir a alguna clínica de rehabilitación”.
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