Los Lobos establecen campamentos clandestinos en la isla Puná y trasladan violencia criminal al Golfo de Guayaquil
El ataque a un barco pesquero dejó cuatro muertos y evidenció la disputa entre Los Lobos y Sao Box por rutas marítimas usadas para contrabando y narcotráfico. La Armada destruyó un centro clandestino con casi 3.000 municiones. Lobos y Tiguerones ejecutan extorsiones en la isla Puná.

Una lancha llega al muelle de la cabecera parroquial de la isla Puná, en el Golfo de Guayaquil, el 31 de julio de 2025, horas antes del ataque y la incineración de dos embarcaciones en el lugar.
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PRIMICIAS
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Redacción primicias
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La banda criminal de Los Lobos consolida su presencia en la isla Puná y en sectores estratégicos del Golfo de Guayaquil mediante el establecimiento de campamentos ilegales desde donde coordina operaciones de extorsión a pescadores, tráfico de drogas y contrabando de municiones.
Así lo reveló una operación militar ejecutada por la Armada del Ecuador tras el ataque a un barco pesquero que dejó cuatro pescadores fallecidos el pasado viernes 8 de agosto de 2025 en el canal Jambelí, entre la isla Puná y el territorio continental de las provincias de Guayas y El Oro.
El ataque está vinculado -según fuentes policiales- a disputas territoriales entre facciones del mismo grupo armado (Los Lobos y Sao Box), una rivalidad que comenzó a escalar desde 2023 en Puerto Bolívar y Machala (El Oro).
Durante una operación ejecutada el martes, la Armada logró desmantelar un campamento clandestino en Puná e incineró una construcción de caña utilizada como centro de operaciones del grupo armado.
El Cuerpo de Guardacostas registró una persecución por vía fluvial y un intercambio de disparos con al menos doce atacantes quienes se movilizaban en lanchas rápidas y quienes lograron escapar tras abandonar las embarcaciones e internarse en la isla, en el sector de Punta Trinchera. Se presume que serían los responsables del atentado contra el barco pesquero y de otros hechos violentos en la zona.
El material incautado en el operativo incluyó 2.850 municiones de grueso calibre, siete armas de fuego, cuatro chalecos antibalas, tres motores fuera de borda, un generador de electricidad y un kilo de droga.
También se incautaron 24 teléfonos celulares (20 de tecnología antigua, 2G). Un oficial de la Armada informó que estos teléfonos dificultan su rastreo y ofrecen una mejor señal telefónica en un área rural con poca cobertura. Policía Judicial e inteligencia militar investigarán el contenido de los dispositivos.
Dos semanas de ataques y extorsiones:
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Emboscada en el Golfo por el control territorial
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El más reciente episodio de esta guerra armada se registró el viernes 8 de agosto, cuando un barco pesquero fue atacado, incendiado y hundido en el sector del Canal de Jambelí, al norte de Balao, dejando cuatro tripulantes muertos y siete heridos. Se atribuye el hecho a un enfrentamiento entre Los Lobos y Sao Box por el control de rutas marítimas estratégicas para el narcotráfico delitos afines. El barco bolichero (embarcación de pesca con redes de cerco y con capacidad de captura de más de cinco toneladas) habría estado bajo resguardo de los Sao Box cuando sus custodios (y la tripulación) resultaron atacados por decenas de miembros de la banda rival, de acuerdo a fuentes policiales. Según la Armada el buque incendiado no registró su permiso de zarpe. Además, se presume que realizaba actividad de pesca artesanal dentro de las primeras ocho millas marítimas en contradicción con la ley.
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Quema de dos embarcaciones civiles en Puná
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Mientras que la noche de 31 de julio de 2025 sujetos a bordo de cuatro embarcaciones menores, tipo fibra, dispararon y colocaron explosivos a dos embarcaciones de transporte que estaban ancladas frente a la cabecera cantonal de la isla Puná, con el objetivo de presionar el pago de extorsiones. Los sujetos además de disparar en contra de las embarcaciones civiles colocaron explosivos en las dos lanchas, provocando que se incendiaran. Como resultado, una embarcación para transporte de pasajeros se hundió, mientras que la segunda de transporte de agua y de víveres sufrió afectaciones por el incendio, informó la Armada. Además, esa misma noche, integrantes de un grupo delictivo dispararon contra la Unidad de Vigilancia Marítima de Puná, cuyo personal repelió el ataque desde tierra.
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Lobos y Tiguerones extorsionan a pescadores
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El conflicto no se limita a enfrentamientos y ataques. Pescadores artesanales de la isla Puná denuncian que son víctimas de un sistema de extorsiones ejecutado principalmente por Los Lobos y Los Tiguerones. Los delincuentes imponen el uso de forros de colores en los motores de las lanchas para identificar a qué banda se paga la “vacuna” extorsiva: negro para Los Lobos, rojo para Los Tiguerones, por ejemplo. Quienes no cumplen con los pagos corren el peligro de ser despojados de motores, dejados a la deriva o arrojados al mar. También se han reportado carnés y tarjetas de control de pagos que, según testimonios, alcanzan USD 25 mensuales más un cobro adicional por el forro del motor.
Aumento de presencia en territorio clave
La ubicación de Puná la convierte en un enclave estratégico para el narcotráfico, propicia para la contaminación con droga de buques mercantes por su cercanía en el lado este con el puerto de aguas profundas de Posorja -relacionado al aumento de violencia en cantones como Playas-.
Por esa misma zona atraviesa el canal de acceso a los puertos de Guayaquil a través del estero Salado. Mientras en el extremo suroeste se encuentra Machala con otra terminal portuaria: Puerto Bolívar.
La implementación de escáneres utilizados para inspeccionar el contenido de contenedores y vehículos en el ingreso a las terminales portuarias ha desplazado al agua los esfuerzos de los traficantes, que pueden recurrir a ocultar droga en el casco de los buques o en las propias cabinas de los barcos, según señaló una fuente de seguridad de los puertos.
Además, la extensión de Puná, con 920 kilómetros cuadrados -es la tercera isla más grande de Ecuador tras Isabela y Santa Cruz en Galápagos-, ofrece un enorme territorio para establecer centros de acopio de drogas y armas.

El comandante Roberto Velasco, subdirector de la Dirección Nacional de Espacios Acuáticos (Dirnea), informó que debido a los recientes ataques se implementó custodia militar permanente en embarcaciones como María Victoria, que transportan víveres hacia la isla Puná.
Las embarcaciones de carga y pasajeros cubren en hora y media los 95 kilómetros de distancia entre el Muelle de la Caraguay, en el sur de Guayaquil, y la cabecera de Puná -parroquia rural de Guayaquil- donde residen 6.000 personas. Toda la isla cuenta con 17.400 habitantes.
También se han reforzado patrullajes en puntos estratégicos del río Guayas, el Estero Salado, el Canal de Jambelí, y en sectores próximos a Posorja y a la cabecera parroquial de Puná, dijo Velasco. El mando naval insiste en que la ciudadanía realice denuncias de forma anónima a la línea 131 para facilitar la ejecución de operativos como los que condujeron al desmantelamiento del campamento ilegal.
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