943 presos han sido asesinados en las cárceles de Ecuador, en los últimos 11 años

En los últimos cinco años, las prisiones de Ecuador se han convertido en el escenario de una masacre constante. En este período (2021-2025), marcado por la inestabilidad y el colapso del sistema penitenciario, se han registrado un total de 816 muertes violentas dentro de los centros de privación de libertad del país, que representan el 87% de los crímenes de este tipo cometidos desde 2014.

Esta cifra, que revela la magnitud de la crisis de seguridad penitenciaria, grafica una escalada de la violencia, con picos históricos y sangrientos que han consternado al país y han puesto en evidencia la pérdida de control estatal dentro de las prisiones.

El Ministerio del Interior tiene cifras públicas de asesinatos en las cárceles, desde 2014 hasta octubre de 2025. En el primer lapso, de 2014 a 2017, mostraron cifras relativamente bajas. En 2014, el conteo inició con apenas tres muertes violentas, una cifra que subió a 12, en 2015; descendió a seis, en 2016; y repuntó ligeramente a 8, en 2017.

El año 2018 registró un leve aumento, con 15 víctimas, mientras que 2019 duplicó la cifra, cerrando con 32 muertes violentas en las cárceles. Esa fue la primera alerta. En junio de ese año, en la Cárcel Regional del Guayas, fue asesinado alias 'Cubano'. En ese momento, las autoridades calificaron a las cárceles como "una bomba de tiempo".

A partir de ese momento, la violencia se empezó a descontrolar. En 2020, un año que, a pesar de las restricciones por la pandemia, vio cómo la cifra de asesinatos en las prisiones subía a 51. A sangre y fuego, Los Choneros intentaban controlar el panorama criminal desde las prisiones.

El 2021 se inscribió en la historia ecuatoriana como el más sangriento y violento en del sistema carcelario. La curva ascendió de forma explosiva, alcanzando un pico sin precedentes de 337 muertes violentas.

Este récord se explica por las tres peores masacres carcelarias que ha sufrido el país, episodios que concentraron cientos de víctimas en un solo día. La primera ocurrió el 23 de febrero de 2021 (con 85 muertes), seguida por la matanza del 28 de septiembre de 2021 (que dejó 129 víctimas). Finalmente, el 12 de noviembre de 2021 se registró otro evento trágico con 71 muertes. 

Tras el asesinato de alias 'Rasquiña', excabecilla de Los Choneros, las cárceles evidenciaron una alza en el número de asesinatos porque al interior de esa banda empezó una lucha por el control entre sus brazos armados como Lobos, Tiguerones, Chonekillers, Águilas y Fatales.

A partir de este año catastrófico, se pudo observar una tendencia a la disminución en la cifra de víctimas. El 2022 cerró con 163 muertes violentas.  La curva continuó descendiendo en 2023 y 2024, con 110 y 85 muertes, respectivamente.

No obstante, esta tendencia a la baja parece haberse revertido en 2025. Hasta octubre, los datos muestran que el número de muertes violentas ha vuelto a subir, alcanzando las 121 víctimas y proyectando un nuevo deterioro de la seguridad en las prisiones.

Casi 1.000 víctimas

El análisis detallado de las 943 muertes violentas registradas entre 2014 y 2025 permite trazar un perfil de las víctimas, dominado por hombres jóvenes, cuya nacionalidad mayoritaria es la ecuatoriana, y donde la causa principal de muerte son las riñas masivas, concentradas geográficamente en la provincia del Guayas.

La tragedia carcelaria ecuatoriana tiene su epicentro en Guayaquil, donde se han cometido 492 de los 943 asesinatos, lo que representa el 52,2% del total nacional. Esta provincia alberga a la Penitenciaría del Litoral, considerada la prisión más peligrosa del país. Le sigue, a mucha distancia, la provincia de Cotopaxi, con 79 víctimas, donde se encuentra el la Cárcel de Latacunga, también golpeada por la violencia.

El segmento poblacional más afectado por la violencia carcelaria son los adultos jóvenes. El grupo de 25 a 34 años concentra la mayor cantidad de víctimas con 462 fallecidos. El segundo grupo con más muertes es el de 35 a 44 años, con 200 víctimas, confirmando que la mayoría de los asesinados son hombres de edad media.

El perfil de las víctimas por nacionalidad muestra que la gran mayoría de los asesinados es ecuatoriana, con 890 casos registrados. A pesar de esto, se evidencia una minoría de víctimas extranjeras, siendo los venezolanos el segundo grupo más afectado con 19 fallecidos, seguido de cerca por los colombianos con 18 víctimas.

En lo que respecta al arma homicida, existe un gran déficit de información: la categoría "Sin dato" abarca la mayoría de los casos con 663 víctimas, representando casi el 70% del total de asesinatos, lo que impide determinar cómo murieron las víctimas en la mayoría de las masacres. Entre las armas identificadas, llama la atención el uso métodos inusuales y brutales como el combustible, electricidad, prendas textiles y hasta fundas para matar.

La principal causa o motivación detrás de las muertes violentas es clasificada como riña, sumando 549 casos. Esta categoría suele englobar las confrontaciones masivas y los ajustes de cuentas entre grupos de delincuencia organizada. El segundo motivo más frecuente es la amenaza, con 325 casos.

2025, camino a ser el segundo año más violento

Con este panotama, 2025 se perfila para ser el segundo más mortífero en la historia penitenciaria de Ecuador, solo superado por las masacres de 2021. Los datos oficiales, que registraban 121 muertes violentas hasta octubre, se dispararon dramáticamente con un solo evento en noviembre.

La masacre ocurrida el 9 de noviembre de 2025 en el Centro de Privación de Libertad de Machala sumó 32 asesinatos a la cuenta. Con este trágico suceso, el total de víctimas en las cárceles durante 2025 asciende a 153 fallecidos.

Al sumar los 121 casos hasta octubre más los 32 de Machala, la cifra de 153 muertes ya se sitúa a solo 10 víctimas de superar las 163 registradas en todo 2022. Si el promedio de violencia se mantiene, se podrían sumar cerca de 25 asesinatos más hasta fin de año, cerrando 2025 con un total proyectado de 178 muertes violentas

Las últimas masacres sucedidas en Machala y Esmeraldas provocaron una respuesta urgente por parte del Gobierno de Daniel Noboa. En un movimiento sorpresivo, y en medio de la campaña electoral por el referéndum del 16 de noviembre de 2025 en el que Noboa perdió, el Ejecutivo aceleró la inauguración de una obra insignia: la llamada Cárcel del Encuentro.

Esta nueva prisión de máxima seguridad fue construida en la zona rural de Juntas del Pacífico, en Santa Elena, y fue presentada como la solución para aislar a los cabecillas de las bandas criminales. Sin embargo, su puesta un funcionamiento ha generado dudas, ya que el propio Mandatario reconoció que la estructura no está terminada.