“Me arrancaron el alma”, familiares de niños de Las Malvinas claman justicia en primer aniversario de su desaparición
En Guayaquil, una marcha, una ceremonia de reparación y una vigilia recordaron el primer aniversario de la desaparición forzada de los cuatro niños de Las Malvinas, un caso que mantiene a 17 militares procesados.

Cuatro figuras cubiertas con la bandera del Ecuador representaron a los niños de Las Malvinas durante la ceremonia en memoria de su desaparición y asesinato, realizada en Guayaquil, el 8 de diciembre de 2025.
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PRIMICIAS
Autor:
Gonzalo Herrera
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“¿Por qué le hicieron eso a nuestros hijos?”, preguntó entre lágrimas Johanna Arboleda, madre de Nehemías, durante la ceremonia de reparación simbólica realizada este lunes, 8 de diciembre de 2025, en el nuevo parque Los cuatro niños de Las Malvinas.
Su voz sonó en uno de los momentos centrales de la jornada que reunió a familias, organizaciones de derechos humanos y cientos de vecinos en el sur de Guayaquil.
La convocatoria incluyó una caminata de cerca de 20 cuadras, desde la Casa Comunal de Las Malvinas hasta el parque de la Coviem, el último lugar donde los cuatro menores jugaron fútbol el 8 de diciembre de 2024, antes de ser detenidos por militares frente al Mall del Sur.
Más de 400 personas participaron en el recorrido, que se replicó simultáneamente en otras ciudades del país, según organizaciones asistentes.
En el parque —que el Concejo Municipal bautizó el 3 de diciembre con el nombre de los niños— se desarrolló una ceremonia que combinó testimonios, cantos afroecuatorianos y un llamado a mantener la memoria colectiva.
La conmemoración continuó con una vigilia en la esquina de la avenida 25 de Julio y Ernesto Albán Mosquera, el sitio exacto donde los menores fueron detenidos de manera irregular por dos patrullas militares.

Memoria, dolor y reclamo de justicia
Durante el acto, familiares de las víctimas insistieron en la necesidad de verdad y reparación estatal.
“Ha sido un año muy duro para nosotros… solo queremos justicia”, dijo Arboleda ante la comunidad reunida.
Katy Bustos, madre de Ismael y Josué Arroyo, describió el duelo que atraviesan:
“No solo me arrancaron una parte de mí, me arrancaron el alma. En mi casa hay dos puestos vacíos que solo puedo llenar con su espíritu”.
Ronny Medina, padre de Steven, recordó la estigmatización que enfrentaron tras la desaparición: “Muchos nos discriminaron y hablaron mal de nuestros hijos, pero el único que juzga es Dios. Nosotros venimos de un barrio humilde, pero eso no nos hace delincuentes”.
Los cuatro adolescentes —Ismael (15), Josué (14), Saúl (15) y Steven (11)— fueron hallados días después en un sector rural cercano a Taura, calcinados y con impactos de bala, según informes forenses.
Por el caso, 17 militares enfrentan un proceso judicial por desaparición forzada, delito que incluye la privación de libertad por agentes del Estado, la negativa a reconocer la detención y la imposibilidad de ubicar a las víctimas con vida.
Un caso que marcó al país
El director ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, Billy Navarrete, recordó que las familias acudieron a la Fiscalía desde la noche de la desaparición, pero no recibieron información efectiva.
“Todo esto debe quedar grabado en la memoria del país. Los niños son inocentes… y aquí ha habido un encubrimiento que aún no termina de esclarecerse”, afirmó.
Navarrete señaló que el Estado debe una disculpa pública “categórica e integral” por el manejo del caso, que incluyó la difusión inicial de discursos discriminatorios y estigmatizantes.
La jornada también contó con la presencia de la embajadora de la Unión Europea en Ecuador, Jekaterina Doródnova, quien expresó solidaridad con las familias:
“Este parque se convierte hoy en un lugar de dignidad y compromiso colectivo. Hechos así nunca deben repetirse”.

A un año, el reclamo continúa
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, participó en el acto e insistió en la necesidad de mantener la memoria activa:
“Los cuatro niños se hicieron mediáticos, pero no son los únicos. ¿Cuántas familias más siguen sin saber dónde están sus hijos?”, señaló durante su intervención.
La administración municipal anunció que el parque recibirá una rehabilitación integral, ya en proceso de contratación pública, como parte de la reparación simbólica solicitada por organizaciones civiles.
Para las familias, sin embargo, el camino recién empieza.
“Queremos saber la verdad”, dijo Arboleda. “Esto tiene que repararse”.
Tras la ceremonia en el parque que ahora lleva su nombre, los asistentes se movilizaron en marcha hacia el sitio exacto donde los niños fueron detenidos la noche del 8 de diciembre de 2024.
Allí, familiares y vecinos levantaron un altar con flores blancas, velas y fotografías de las víctimas, mientras músicos afroecuatorianos acompañaban la vigilia con tambores y cantos tradicionales.
Cuatro figuras cubiertas con la bandera del Ecuador, extendidas sobre el suelo, representaron a los menores y se convirtieron en el centro del acto simbólico. Las velas, encendidas una a una por los asistentes, rodearon el espacio y marcaron el cierre de una jornada que dejó un mensaje unánime: la búsqueda de justicia continúa.
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