Presos colombianos expulsados expresan gratitud a Ecuador, ¿qué pasa en la frontera con Colombia?
La ministra encargada de Relaciones Exteriores de Colombia, Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, se desplazó a la frontera con Ecuador. Colombia califica la expulsión de 870 presos colombianos como "gesto inamistoso".

Rosa Yolanda Villavicencio, ministra encargada de Relaciones Exteriores de Ecuador, llega a Rumichaca, el 26 de julio de 2025.
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La Cancillería de Colombia informó el 26 de julio que un equipo interinstitucional del Gobierno de ese país, liderado por la ministra encargada de Relaciones Exteriores, Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, se desplazó al Puente de Rumichaca, en la frontera entre Colombia y Ecuador. Su misión: recibir a los colombianos expulsados por Ecuador y para acompañar a los gobiernos territoriales.
El Gobierno de Ecuador inició el 25 de julio la deportación de presos extranjeros ordenada por el presidente Daniel Noboa, con un grupo de cientos de reclusos colombianos que se encontraban en diversas cárceles ecuatorianas. Según la Cancillería colombiana, esto se tomó de "manera unilateral" por parte del país vecino, lo que ha impedido que se genere "un protocolo de traslado digno".
Al contrario de otras repatriaciones de presos realizadas anteriormente, donde debían seguir cumpliendo su condena en Colombia, los presos expulsados por Ecuador quedaron exonerados de continuar purgando su pena, por lo que recuperarán la libertad al entrar en territorio colombiano si no cuentan con procesos pendientes en la Justicia de Colombia.
Los primeros presos de un colectivo de alrededor de 870 salieron de las cárceles de Chimborazo, Azuay, Carchi y Napo, por medio de operativos conjuntos entre las Fuerzas Armadas y la Policía que iniciaron desde la noche del jueves.
Las autoridades de Colombia no estaban preparadas, pese a los anuncios previos de Ecuador. Hubo problemas técnicos relacionados con el protocolo de ingreso al territorio colombiano, que no estaba activo en el momento en el que los reclusos empezaron a llegar a la frontera, según informó el comandante de Policía de Nariño, Pablo Galindo.
"Migración ya inició con todos sus procesos, como la verificación de antecedentes nuevamente, verificación de situaciones especiales y, si no tienen ningún tipo de situación siguen ya en tránsito en Colombia", aseguró el oficial.
Algunos reclusos no contaban con cédula, lo que retrasó más el protocolo de ingreso.
Tras el inicio de las deportaciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia aseguró que había expresado su "más enérgica protesta" ante el Gobierno ecuatoriano por "este gesto inamistoso" hacia su país, pues la medida se había tomado de "manera unilateral".
La Cancillería colombiana mencionó que Ecuador tomó la decisión de deportar a sus nacionales "desatendiendo las respetuosas y reiteradas solicitudes del Gobierno de Colombia en el sentido de generar un protocolo que permitiera el traslado de estas personas en condiciones dignas, con respeto de sus derechos, y en un proceso seguro y ordenado".
Agradecidos con Ecuador
Los presos, sin embargo, tenían su versión. El colombiano Juan David Cardona, detenido y condenado, dijo a la agencia EFE sentirse agradecido con Ecuador por "la oportunidad" que les estaba dando de regresar a su país.
"A pesar de todos los errores uno está arrepentido de todo lo malo que ha hecho", aseguró, y añadió que ahora lo que quiere es regresar con su familia y "aprovechar el tiempo perdido".
Cardona contó que la Justicia ecuatoriana le dio diez años de cárcel después de que lo encontraron "con droga", pero que solo cumplió dos. "Los ocho años quedarán allá porque ya voy para mi tierra".
Fernando Ortega, otro de los colombianos detenidos y expulsados, coincidió con Cardona y aseguró que estaba feliz de poder volver a su país después de un poco más de un año en prisión, de los tres a los que lo habían sentenciado.
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