Por segunda ocasión, en siete años, un hombre secuestró a los hijos de sus parejas y los llevó de Quito a Manabí, en Ecuador
La Unase rescató a los menores de edad luego de las denuncias de las madres. El responsable fue juzgado por el delito de secuestro extorsivo, pero recibió sentencias diferentes en los casos.

Imagen muestra la captura de Reimundo Everaldo S. S. luego de ser capturado por la Policía, que lo acusó del secuestro de un menor de 7 años. 18 de diciembre del 2025.
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La denuncia del secuestro de un niño, que fue llevado de Quito a Manabí, permitió que su raptor, pareja sentimental de la madre, sea sentenciado por un tribunal el jueves 11 de diciembre de 2025, pero también reveló que era la segunda vez que cometía el mismo delito.
La primera vez que Reimundo S. S., un obrero manabita de 53 años, fue investigado por secuestro extorsivo ocurrió en junio de 2017, cuando tenía 46 años y salía con María M. B., una manabita de 28 años y madre de dos niñas, de 11 y 7 años.
El mediodía del viernes 16 de junio de 2017, Reimundo S.S. se presentó en la escuela de las niñas a la hora de la salida y les dijo que tenían que acompañarlo a la terminal terrestre de Quitumbe, en el sur de Quito, donde los esperaría su mamá para viajar a Manabí.
“Al salir de la escuela entramos a una panadería y ahí llegó don Reimundo, nos dijo que nuestra abuelita estaba enferma, fuimos a cambiarnos, dejé mis cuadernos tirados y salimos. Tomamos un bus verde para ir a Manabí y cuando llegamos mi mamá no estaba ahí”.
Menor de edad secuestrada
Reimundo les dijo luego a las niñas que la madre había regresado a Quito. “Nos llevó a una casa en los platanales y nos dijo que nos íbamos a quedar ahí, que no volveríamos a Quito; y apareció un amigo de don Reimundo, pasaron tres noches y luego nos llevó la Policía. Ese señor quería a mi mami, pero ella no lo quería a él”, dijo la pequeña.
Los agentes de la Unidad Nacional Antisecuestros y Extorsión (Unase) llegaron donde estaban retenidas las menores de edad, un lugar con pocas viviendas, sin lámparas de iluminación nocturna y escasa circulación vehicular y peatonal en el sector Marina 1, en un inmueble ubicado en la parroquia La Bramadora, en el cantón El Carmen, en Manabí.
Hasta ahí los llevó la investigación y las tareas de inteligencia realizadas luego de que la madre de las niñas presentara la denuncia el mismo día del secuestro. En ella relataba que, al llegar a su domicilio, en el sector de Tumbaco, en el oriente de Quito, la dueña de la casa donde vivía le informó que “las niñas habían ido a la terminal de Quitumbe con Reimundo S.S.”.
En ese momento, María lo llamó por teléfono para pedirle que trajera a sus niñas, pero el hombre le respondió: “Si no vas a vivir conmigo, nunca vas a volver a ver a tus hijas”, según consta en el proceso judicial del caso en el tribunal de garantías penales de Manabí.

'Ella se negaba a vivir con él'
Reimundo S.S. era un “amigo de confianza” para la mujer y sus hijas. Con María mantenía una relación sentimental de menos de un año, pero ella se negaba a vivir con él. En su denuncia, para presionar a las autoridades, ella señaló que él era “una persona ajena”.
En cambio, Reimundo S.S. declaró ante los jueces que conocía a María desde 2016 y que ella “era su pareja”, que tenían “una relación afectiva” y que con su denuncia ella buscaba “causarle daño”, que él “se llevó a las niñas con el consentimiento de la madre”.
“La propia madre me pidió que se la llevara, llevé a las niñas desde Tumbaco a una finca que tenía en Manabí, las dejé en la casa de un amigo y luego supe que se las llevó la Policía”, dijo en su testimonio este obrero manabita que fue detenido, pero que obtuvo una sentencia de inocencia, pues la justicia declaró el sobreseimiento del caso y él quedó en libertad.
Aunque la Fiscalía emitió un dictamen acusatorio, -y argumentó que las menores de edad fueron retenidas en contra de su voluntad, llevadas a otra provincia y rescatadas a los tres días en el platanal de una finca por agentes de la Unase-, la entidad fiscal no logró que durante la audiencia de juicio la madre de las niñas presentara su testimonio.
“Las presuntas víctimas, por ser menores de edad, jamás rindieron versión alguna y tampoco comparecieron a las llamadas realizadas a fin de que en diligencia de Cámara de Gessel pudieran referir los hechos que vivieron y de los cuales se presume la responsabilidad del procesado”, señaló el tribunal en su veredicto de inocencia el martes 13 de octubre de 2020.
'Bienvenido a la libertad'
Cinco años después, la tarde del lunes 8 de diciembre de 2025, el veredicto judicial manabita fue diferente. Reimundo S.S. fue condenado a 21 años de prisión por secuestro extorsivo, esta vez contra un niño de 7 años al que también llevó desde Quito a la misma finca en Manabí.
La madre y el menor de edad sí acudieron a la audiencia de juicio para contar que el 28 de diciembre de 2024, Reimundo S.S. aprovechó que el niño estaba al cuidado de una niñera en un local de venta de frutas y verduras, en la parroquia Tumbaco, y “se lo llevó con rumbo desconocido”.
Maribel B. M., de 42 años, presentó la denuncia el 29 de diciembre y los días 2 y 3 de enero de 2025 recibió llamadas telefónicas en las que el hoy sentenciado le decía que el niño estaba bien, pero que, como condición para liberarlo, le deposite USD 3.000 en una cuenta bancaria, pues, de lo contrario, no volvería a ver a su hijo con vida.
“Le pidió a la niñera que vaya a comprar un almuerzo y aprovechó para llevarse a mi hijo. Desde el 5 de enero tuve llamadas del señor que me pedía USD 3.000, como no tenía dinero solo deposité USD 50 en la cuenta de Nayeli P. A., quien es nuera del detenido”.
Maribel B.M., madre de menor de edad secuestrado.
Diez días después del secuestro, el 7 de enero de 2025, el hijo de Lilian fue rescatado por la Unase en el recinto Marina 1, parroquia La Bramadora, en El Carmen, Manabí. “Bienvenido a la libertad, te voy a llevar donde tu mamita”, se escucha en el video que difundieron los agentes policiales que encontraron al pequeño cubierto con plásticos en una zona montañosa.
“El individuo que estaba a cargo del menor de edad intentó huir precipitadamente del lugar. Luego de una breve persecución, los agentes logramos neutralizar y detener a esta persona, que se identificó como Reimundo S. S.”, reportó la Policía.
Durante el juicio, el niño rindió su testimonio en Cámara de Gessel y relató que Reimundo S.S. lo llevó a El Carmen “porque quería ser el novio de su mamá y entonces su mamá no lo quería”. “Luego lo llevó a un bosque, en una casa de madera que decía que era de su abuelo. De ahí salieron y subieron a una montaña de un bosque, y ahí se quedaron sentaditos en un lugar”.
La Fiscalía demostró que el menor de edad fue trasladado fuera de su domicilio, llevado a otra provincia y hallado después, mientras su mamá era extorsionada económicamente.
Todo esto, “sin el consentimiento de la progenitora”, lo que quedó demostrado por las condiciones en que los policías encontraron al niño: con la ropa que vestía el día del secuestro, con un “mal olor” por el desaseo y con problemas en la piel, señales del cautiverio que vivió.

No obstante, Reimundo S.S. alegó durante la audiencia que Lilian era su pareja y que “ella dio el permiso para que llevara al niño a El Carmen”. Su abogado defensor pidió que Lilian rinda testimonio, pero ella no se presentó y los jueces valoraron la declaración del niño, los hallazgos telefónicos y las versiones de una docena de policías que presentaron informes.
El sobreseimiento que pidió el abogado para Reimundo S.S. no fue concedido y el juez Fray Ortiz lo condenó a 21 años de prisión en la cárcel de Santo Domingo. Desde ahí, el 10 de diciembre de 2025, Reimundo S.S. presentó un recurso de apelación a la sentencia.
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